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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
w87 1/6 págs. 26-27

Regocijo con la clase número 82 de Galaad

“NO SOMOS cristianos solo cuando hace buen tiempo. Nos alegramos muchísimo de estar aquí.” Con esas palabras el presidente del programa inició una reunión especial de un día que se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Jersey City, el domingo 1 de marzo. Afuera llovía copiosamente. Dentro, era el día de graduación para los 24 estudiantes de la clase número 82 de Galaad. Mirando a los rostros alegres de los estudiantes, el presidente del programa, Theodore Jaracz, miembro del Cuerpo Gobernante, pasó a decir: “Está claro que [los graduandos] tienen vivo interés en sus perspectivas y se regocijan con ellas. Puesto que la Biblia dice ‘regocíjense con los que se regocijan’, ¡estoy seguro de que todos los presentes nos sentimos de la misma manera!”. El aplauso con que fueron recibidas estas palabras evidenció que las 4.557 personas en concurrencia concordaban con lo dicho.

El primer orador del programa fue John Barr, también miembro del Cuerpo Gobernante. Citando extensamente del Salmo 104, mostró que Jehová no solo ha creado todo cuanto existe —animado e inanimado—, sino que también creó un lugar para todo lo creado. Dijo entonces el orador: “Ahora, mientras ustedes se encaminan a su asignación, piensen: ‘Jehová me ha colocado aquí ’. Nunca olviden eso”.

Después habló un miembro del Comité de las Haciendas Watchtower, John Stuefloten. Recordó a los estudiantes: “El proverbio nos dice: ‘Da a un sabio, y se hará aún más sabio’”. (Proverbios 9:9.) Los estudiantes habían recibido mucho alimento espiritual durante cinco meses. Sin duda, en este día de graduación se sentían llenos en sentido espiritual. “Pero —dijo el orador— ¡apenas están empezando!” Animó a los estudiantes a seguir desarrollándose en sabiduría y misericordia, lo que los equiparía mejor para ayudar a otros. (Proverbios 3:27.)

Después habló George Gangas, del Cuerpo Gobernante, con palabras acertadas acerca de la felicidad. Recordó a los graduandos que ellos sirven al “Dios feliz”, y declaró: “Serán felices en sus asignaciones del extranjero”. ¿Por qué? “Porque Jehová los está enviando para dar libertad a la gente.”

George Couch, del Comité del Betel de Brooklyn, habló sobre la ansiedad. Reconoció que los estudiantes sabían lo que era la ansiedad. Los desafíos de venir a Galaad, vivir en el Betel de Brooklyn y predicar en la ciudad de Nueva York causaban alguna ansiedad. Ahora los estudiantes mostraban ansiedad respecto a sus asignaciones como misioneros. Pero una ansiedad razonable no es un enemigo. “La ansiedad puede aguijonearnos para que hagamos lo mejor que podamos”, explicó, y animó a los estudiantes a confiar en Jehová y rendir el mejor servicio posible en sus asignaciones.

Después habló Jack Redford, instructor de la escuela. Advirtió contra la crítica infundada. Citando ejemplos bíblicos de juicios apresurados que causaron problemas después, citó las palabras de Jesús: “Dejen de juzgar, para que no sean juzgados”. (Mateo 7:1.) La clase graduanda representaba a un Dios de amor. Se enviaba a los estudiantes a sus asignaciones para mostrar empatía, no para criticar.

Ulysses Glass, otro instructor de Galaad, citó el proverbio bíblico: “Los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla”. (Eclesiastés 9:11.) El resultado de un asunto no siempre depende de nuestras habilidades naturales. En la obra misional, lo que con mayor frecuencia se requiere es mostrar fe y disposición de aceptar el reto. El orador encomió a la clase por ser constante, digna de confianza y consecuente. Aquellas cualidades les serían muy valiosas.

El orador final de la mañana, Frederick Franz, presidente de la Sociedad Watch Tower, declaró que la graduación de la clase número 82 mostraba que la fe de los que dieron comienzo a la escuela allá en los días tenebrosos de la II Guerra Mundial estaba bien fundada. Consideró el nombre Galaad, y explicó que es una palabra bíblica que significa “Majano de Testimonio”. (Compárese con Génesis 31:43-53.) Los misioneros de Galaad que permanecen fielmente en sus asignaciones sirven como un majano de testimonio. Son testimonio vivo para la verdad.

Entonces los estudiantes recibieron sus diplomas, y la mañana concluyó con la lectura de una carta de agradecimiento de la clase número 82. Los estudiantes indicaron que ‘la bendición de Jehová es lo que enriquece’. Por eso dijeron: “¡Jehová nos ha hecho sentir como las veinticuatro personas más ricas de la Tierra!”. (Proverbios 10:22.)

Por la tarde, después de un estudio abreviado de La Atalaya, los estudiantes presentaron un programa muy agradable. Este concluyó con unas palabras de sincero aprecio a sus padres, cuyo altruismo y apoyo había permitido a sus hijos salir del terreno local para ser misioneros.

El programa de los estudiantes fue seguido por la presentación de un drama oportuno, después del cual el presidente del programa, Theodore Jaracz, hizo unos comentarios de conclusión. ¡Y qué sorpresa tenía preparada la Sociedad para estos momentos de cierre! El orador anunció que pronto la Sociedad iniciará una nueva escuela, la Escuela de Entrenamiento Ministerial, para entrenar, al principio, a ancianos y siervos ministeriales solteros. Todos tomaron apunte especial cuando el presidente anunció uno de los requisitos para asistir a la nueva escuela: los estudiantes deben estar dispuestos “a servir dondequiera que se les necesite en el campo mundial”.

La noticia sobre esta nueva escuela fue recibida con aplauso entusiástico. (En el artículo siguiente se proveen más detalles de esto.) El programa concluyó entonces con un cántico y una oración de gracias a Jehová. Entonces todos los concurrentes salieron a la nublada noche de Nueva Jersey. Afuera lloviznaba ahora, pero a pocos les importaba. Todos los corazones seguían regocijándose con la clase número 82 de Galaad, que acababa de graduarse.

[Fotografía en la página 26]

Graduados de la clase número 82 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower

En la lista de abajo las filas están numeradas desde el frente hacia atrás, y los nombres alistados de izquierda a derecha en cada fila.

1) Gish, L.; Evans, E.; Dean, S.; Hanson, R.; Suomalainen, A.; DuBose, D.

2) Wallenberg, P.; Wallenberg, M.; Bauer, O.; Suomalainen, H.; Taylor, B.; DiStefano, G.

3) Scott, K.; Evans, M.; Taylor, A., Jr.; Lindby, J.; Hanson, C.; Holmkvist, M.

4) Sampson, T.; Gish, T.; Ball, D.; DuBose, J.; Dean, T.; Scott, D.

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