Peligros de la riqueza y de la pobreza
¿DESACREDITA la Biblia el ser ricos, y nos anima a ser pobres? Eso creen muchos. Pero dos proverbios relacionados aclaran el asunto.
Proverbios 10:15 declara: “Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte. La ruina de los de condición humilde es su pobreza”. Entonces el Pr 10 versículo 16 añade: “La actividad del justo resulta en vida; el producto del inicuo resulta en pecado”. Note cómo se complementan estos dos proverbios.
El Pr 10 versículo 15 da testimonio de que la riqueza tiene sus ventajas y la pobreza sus desventajas. Las riquezas pudieran proteger a uno de algunas incertidumbres de la vida. Sin embargo, el pobre quizás tenga más problemas que otros por no poder enfrentarse financieramente a sucesos inesperados. En esto, la Biblia es realista. (Eclesiastés 7:12.)
Sin embargo, también se puede entender que el Pr 10 versículo 15 insinúa un peligro que implica la riqueza o la pobreza. Muchos ricos ponen toda su confianza en el dinero; lo ven como toda la protección que necesitan. (Proverbios 18:11.) Sin embargo, las riquezas no pueden ayudar al rico a obtener un buen nombre ante Dios, ni le aseguran felicidad duradera. De hecho, las riquezas pueden hacer más difícil eso. Esto lo confirma la ilustración de Jesús sobre el hombre rico que construyó almacenes más grandes pero no era rico para con Dios. (Lucas 12:16-21; 18:24, 25.) Por otra parte, muchos pobres adoptan el punto de vista equivocado de que su pobreza los condena a un futuro sin esperanza.
Note cómo el Pr 10 versículo 16 completa el cuadro. Sea que el justo tenga mucho o poco en sentido financiero, puede derivar placer de lo que hace. No deja que la ganancia financiera que obtiene de su trabajo interfiera en su buena posición ante Dios. Más bien, los esfuerzos del justo en la vida, además de resultarle en felicidad ahora, le dan seguridad de alcanzar vida eterna en el futuro. (Job 42:10-13.) Pero el inicuo no se beneficia aunque adquiera mucho dinero. En vez de comprender el valor del dinero como protección y vivir en armonía con la voluntad de Dios, usa sus riquezas en fomentar una vida de pecado.