“Como león rugiente”
¿CREE usted que Satanás existe? Hoy en día hay muchas personas que no lo creen. Al parecer, opinan que esta creencia es “poco científica”. Ya en el año 1911, la Encyclopædia Britannica dijo lo siguiente: “La ciencia ha dado suficiente explicación de la naturaleza exterior y la vida interior del hombre como para descartar cualquier mediación satánica”. Según los teólogos, Satanás es solo un símbolo, un mito. The World Book Encyclopedia dice: “Muchos teólogos opinan que el Diablo es un símbolo del mal, de las peores cualidades de la naturaleza humana”.
Sin embargo, ¿qué indican los hechos? Si usted cree en la Biblia, tiene que creer que Satanás es un personaje real. Jesús no solo creía en su existencia, sino que además lo llamó “el gobernante del mundo”. (Juan 14:30.) El apóstol Pablo llamó a Satanás “el dios de este sistema de cosas”. (2 Corintios 4:4.) Y el apóstol Juan, ya anciano, dijo: “El mundo entero yace en el poder del inicuo”. (1 Juan 5:19.)
Si disiente de esta afirmación, fíjese en la historia reciente. Piense en los escuadrones de la muerte y en la torturas que han empleado ciertos gobiernos. Recuerde las guerras y genocidios que ha visto nuestra generación. Añádanse a la lista los crímenes horribles que aparecen en los titulares de periódicos, como por ejemplo los asesinatos múltiples y hasta en masa, violaciones y abusos deshonestos de menores. ¿Quién ha de ser el dios de este mundo sino Satanás?
El apóstol cristiano Pedro dio esta advertencia: “Sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. (1 Pedro 5:8.) Si anduviera suelto un león por su vecindario, ¿se detendría usted a discutir sobre su existencia? ¿O correría a ponerse a salvo?
Tenga la seguridad de que Satanás existe. Es despiadado y perverso, y más fuerte que nosotros. De modo que apresúrese a buscar la protección de alguien que es aun más fuerte. “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección.” (Proverbios 18:10.) Refúgiese en Jehová Dios y tenga presente que dentro de poco la humanidad estará libre de la influencia de ese ser malvado, Satanás. ¡Qué gran alivio! (Revelación 20:1-3.)