Más precioso que los corales
Cada vez más visitantes se extasían ante las vistas submarinas que ofrece el mar Rojo, como la que se reproduce en esta página.
Los que bucean en estas claras aguas quedan maravillados por la exuberancia de peces multicolores. Pero observe que alrededor de los vistosos peces se encuentran otras maravillas submarinas no menos llamativas, entre ellas, los iridiscentes corales.
Los hermosos corales se hallan en muchas formas y colores. Como puede imaginarse, incluso en tiempos antiguos se valoraban mucho las piezas de coral vistosas. Los artesanos confeccionaban con ellas adornos preciosos, y los escritores de la Biblia mencionaron el coral junto con el oro, la plata y los rubíes. (Proverbios 3:14, 15; Ezequiel 27:16.) Esos escritores nos ayudan también a ver más allá de la belleza y el valor de los mismos corales.
Enseñaron que hay algunas cosas de más valor que los corales y que deberíamos tener en alta estima. Una esposa buena y capaz es una de ellas, pues leemos: “Una esposa capaz, ¿quién la puede hallar? Su valor es mucho más que el de los corales”. (Proverbios 31:10.) ¿Es usted un hombre casado? Mire de nuevo estos exquisitos corales y piense si valora a su esposa como se merece.
Seamos hombres o mujeres, casados o solteros, los espléndidos corales deberían ayudarnos a reconocer el valor aún mayor de la sabiduría, el discernimiento y el conocimiento divinos. La Palabra de Dios dice: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia; y el tenerla como producto, que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella”. (Proverbios 3:13-15; 8:11.)
De modo que los veamos buceando o en fotografía, los corales del mar Rojo son una belleza que debe incitarnos a la reflexión provechosa.