Los proclamadores del Reino informan
“Resplandecen como iluminadores en el mundo”
LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ se destacan por su negativa a recibir transfusiones de sangre, hecho que con frecuencia los convierte en blanco de ataques propagandísticos. Su postura, no obstante, se fundamenta en la Biblia, la cual enseña que Dios condena el uso indebido de la sangre, pues esta es preciosa a sus ojos. (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:14.) Habiendo examinado qué dicen las Escrituras, los Testigos comprenden que el mandato bíblico de ‘abstenerse de sangre’ incluye sin duda la práctica moderna de las transfusiones sanguíneas. (Hechos 15:19, 20, 28, 29.)
En los últimos años ha habido facultativos y tribunales de diversos países que han respaldado la postura de los testigos de Jehová tocante a esta cuestión. En Dinamarca, por ejemplo, una joven madre que conocía la enseñanza bíblica sobre la sangre murió a consecuencia de un accidente de carretera. En vista de que rehusó aceptar una transfusión, los médicos recurrieron a los medios de comunicación para lanzar durante todo un mes una campaña de desprestigio contra los testigos de Jehová.
A petición de los padres de la difunta se realizó una investigación, cuyos resultados salieron a la luz en abril de 1994, cuando la Comisión Danesa para las Reclamaciones del Paciente emitió su veredicto. Se dijo que la joven no había fallecido por su negativa a recibir sangre, sino por negligencia médica. La decisión se basó en las investigaciones del Colegio de Forenses y otras autoridades médicas. El Consejo Nacional de la Salud envió una circular a los centros médicos de Dinamarca. El documento declaraba que los médicos se hallan en la obligación de administrar a los testigos de Jehová el mejor tratamiento alternativo de que dispongan, teniendo presente que estos rechazan la sangre.
Otro caso fue el de Dan, un joven Testigo de 15 años que murió de leucemia. En esta ocasión, los médicos respetaron su valerosa decisión de no recibir sangre. El hecho suscitó una extensa campaña de la prensa en contra de los doctores, a quienes achacó la muerte de Dan. Muchos, sin embargo, no concordaron con la denigrante propaganda.
Por ejemplo, el director de la escuela de Dan asistió al funeral, celebrado en el Salón del Reino. Manifestó su indignación ante la forma tendenciosa en que los medios noticieros habían presentado la muerte del joven. Además, hizo varias preguntas sobre los testigos de Jehová a un compañero de trabajo que era Testigo, y aceptó la videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre. Le impresionó tanto que dispuso que la vieran todos los profesores de la escuela. Posteriormente se enseñó el vídeo, clase por clase, a todos los alumnos.
El ministro de Salud también estuvo disconforme con el ataque propagandístico contra los doctores que atendieron a Dan. Declaró que habían cumplido con su deber respetando la decisión madura y las creencias bien fundamentadas de Dan.
Hoy, millones de proclamadores del Reino obedecen las leyes de Dios, y de este modo se destacan porque “resplandecen como iluminadores en el mundo”. (Filipenses 2:12, 15.)