Un cumplimiento de las profecías bíblicas

EN EL Museo Imperial de la Guerra, situado en Londres (Inglaterra), se exhibe un peculiar reloj con contador electrónico digital incorporado. Al girar las manecillas, el contador emite un leve sonido cada 3,31 segundos, y se suma una unidad al recuento. Cada sonido y cada unidad representan a un hombre, mujer o niño muerto como consecuencia de las guerras libradas durante este siglo.

El contador se puso en marcha en junio de 1989, y se espera que complete el recuento la nochevieja del año 2000 a medianoche. Para entonces marcará cien millones, el número de víctimas que se calcula que han caído en las guerras del siglo XX.

Hace casi dos mil años, Jesucristo vaticinó que habría una etapa de la historia en la que ‘se levantaría nación contra nación y reino contra reino’. Por esta razón, los testigos de Jehová anuncian desde hace mucho tiempo que las devastadoras guerras de este siglo, así como una serie de numerosos terremotos, pestes, escaseces de alimento y otros sucesos, constituyen en conjunto una prueba de que vivimos en “los últimos días”, la fase subsiguiente al entronizamiento de Cristo en el cielo en el año 1914. (Lucas 21:10, 11; 2 Timoteo 3:1.)

Fundándose en la Biblia, La Atalaya anuncia la buena noticia de que el Reino de Dios pronto destruirá a los opresores y convertirá la Tierra en un paraíso. ¿Qué porvenir le espera a la guerra? Las Escrituras dicen: “Vengan, contemplen las actividades de Jehová, como ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes [bélicos] en el fuego”. (Salmo 46:8, 9.)

[Reconocimiento de la página 32]

Reloj: por cortesía del Imperial War Museum