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  • “Y bien, ¿dónde está su iglesia?”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
w96 15/12 págs. 20-21

“Y bien, ¿dónde está su iglesia?”

A LOS testigos de Jehová de Mozambique les hacen muchas veces esa pregunta. Y francamente, hasta hace poco era difícil contestarla, pues no tuvieron reconocimiento legal en este país hasta 1991. Por ello, no era posible contar con lugares de adoración fijos y fácilmente identificables.

Sin embargo, esa situación cambió el 19 de febrero de 1994. Ese día soleado y caluroso se dedicaron los dos primeros Salones del Reino construidos en Mozambique. Un total de 602 personas asistieron a la dedicación de estos magníficos lugares de reunión de la ciudad portuaria de Beira, ubicada en el punto medio de la costa mozambiqueña. Lo usarán las tres congregaciones de la ciudad.

En todo el proyecto, desde poner los cimientos hasta terminar el edificio, se invirtió un año y dos meses de trabajo arduo. Muchas veces llegaban del vecino país de Zimbabue treinta voluntarios o más y trabajaban hombro con hombro con los Testigos del país. Como no se podía alojar a todos en la casa misional de Beira, que era el centro de operaciones, algunos acampaban alrededor de la casa los fines de semana, y en algunas ocasiones durante semanas enteras.

El Salón del Reino de las congregaciones Massamba y Munhava está ubicado en la carretera principal de Beira. “Los días de mucha actividad, cuando se trabajaba deprisa y se observaba con mucha claridad el avance de las obras —dice un misionero—, vimos que algunos conductores estuvieron a punto de tener un accidente al quedarse mirando fijamente el Salón del Reino y olvidarse prácticamente de la carretera.” Muchos hasta se paraban para observar las obras, y lo que les impresionaba en especial era la presencia de personas de diferentes razas trabajando juntas como una sola.

Los trabajos requirieron mucha planificación y organización. A diferencia de lo que ocurre en otros proyectos realizados en esta parte del mundo, donde escasean los materiales y los recursos, las obras de los Salones del Reino nunca se paralizaron por falta de materiales. En una ocasión se necesitaban 800 sacos de cemento, y el único lugar que podía proporcionarlo no tenía sacos suficientes para meterlo todo. Los hermanos se pusieron en contacto con la sucursal de la Sociedad Watch Tower en la capital, Maputo; los sacos se enviaron por avión, se llevaron a la fábrica de cemento y se llenaron. Los trabajos continuaron sin interrupción.

En otra ocasión, cuando se estaban instalando las cerchas del tejado, se terminaron las vigas de acero. Debido a la extrema escasez, el acero para el proyecto se había conseguido en un lugar que estaba a 600 kilómetros. Uno de los trabajadores se acercó a un señor que estaba observando y le preguntó si sabía dónde podrían encontrar el acero que necesitaban para acabar el trabajo. El hombre le contestó: “He estado aquí de pie observando por más de una hora, y no debe de haber sido por casualidad. No puedo ayudarles, pero admiro el trabajo que están haciendo y el espíritu de este proyecto. Yo tengo justamente el acero que necesitan, y sería un placer para mí obsequiárselo”. Resultó ser una provisión de lo más oportuna.

Muchos observadores se preguntaban qué gran empresa de la construcción estaba a cargo del proyecto. Los trabajadores, por supuesto, estaban encantados de decirles que eran testigos de Jehová que ofrecían voluntariamente sus servicios. ¿Qué fue lo que más impresionó a los observadores? “Ustedes están unidos —dijo uno de ellos—. Aunque son de distintas razas, trabajan juntos como hermanos.” Como resultado, muchos pidieron estudios bíblicos. Las obras también han tenido un efecto en las reuniones. El promedio de asistencia a las reuniones de la Congregación Manga, por ejemplo, es más del doble del número de Testigos.

Los nuevos Salones del Reino han resultado ser verdaderamente una gran bendición para los Testigos de la ciudad. La mayoría de ellos se reunían antes en lugares rudimentarios con un techo de paja o unas pocas planchas de hojalata a modo de tejado; en patios traseros, o en habitaciones pequeñas de hogares particulares. Muchas veces se mojaban cuando llovía; pese a todo, asistían a las reuniones fielmente. Durante décadas, estos fueron los únicos “Salones del Reino” que conocieron los hermanos mozambiqueños. El hermano Caetano Gabriel, anciano de la Congregación Massamba, dijo: “Estamos agradecidos a los hermanos de todo el mundo que contribuyeron para la realización de este proyecto”. Un joven Testigo recordó: “Cuando estábamos en Carico (los “campos de reeducación” donde se internó a los testigos de Jehová por unos doce años), solíamos decir: ‘Si perseveramos fielmente, Jehová nos recompensará’. El nuevo Salón del Reino es una recompensa de Jehová”. Las palabras de los hermanos expresan su profunda gratitud y su determinación de alabar a Jehová.

Muchos de los jóvenes que trabajaron en la construcción se imbuyeron del espíritu de precursor y después empezaron el precursorado regular. Una joven de nombre Isabel, precursora regular de la Congregación Manga, comentó mientras miraba el Salón del Reino, impecablemente limpio, el día antes de la dedicación: “Para mí, este es el lugar más bonito de la ciudad de Beira. Estar aquí es el mayor placer que podría tener”. Adão Costa, uno de los misioneros, explicó que las autoridades del país habían cooperado muchísimo al permitir agilizar los trámites de importación debido a que conocían la honradez de los Testigos. Luego añadió: “Aunque estábamos muy cansados, nos dio alegría ver los frutos de todo este trabajo para la honra y gloria de Jehová”.

Ahora, siempre que un habitante amistoso de la ciudad de Beira pregunta: “Y bien, ¿dónde está su iglesia?”, los Testigos le dirigen a uno de los dos nuevos Salones del Reino y le responden más o menos así: “Está en la carretera internacional, avenida Acordo de Lusaka, justo enfrente de la Comisaría de Policía del Cuarto Escuadrón”. Luego puntualizan: “Solo que no es una iglesia. Es un Salón del Reino”.

[Ilustración y mapa de la página 20]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

ÁFRICA

MOZAMBIQUE

Beira

Maputo

[Reconocimiento]

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