¿Quién manda en el mundo?
“¿QUIÉN es el gobernante del mundo?” Si alguien le formulara esa pregunta, ¿qué respondería? La mayoría de la gente religiosa quizá diga “Dios” o “Jesús”. Un artículo que se publicó en el periódico de Bahamas The Freeport News, ofreció una respuesta un tanto sorprendente.
“Hallé un tratado junto a la puerta de mi casa —comienza diciendo la autora del artículo—. Por lo general, no hago caso de mensajes de este tipo, pero en esta ocasión decidí leerlo. El título planteaba la pregunta: ‘¿Quién es, realmente, el gobernante del mundo?’” Al leer el tratado bíblico, esta señora supo que el gobernante de este mundo no es ni Dios ni Jesús, sino Satanás el Diablo. (Juan 12:31; 14:30; 16:11; 1 Juan 5:19.)
“Piense en las terribles atrocidades que se han cometido a sangre fría —explica el tratado—. El hombre se ha valido de cámaras de gas, campos de concentración, lanzallamas, bombas incendiarias y otros métodos horrendos para torturar y matar sin misericordia alguna al semejante. [...] ¿Qué fuerzas llevan al hombre a perpetrar barbaridades de este calibre o a situaciones que parecen obligarlo a cometer atrocidades? ¿Se ha preguntado alguna vez si habrá alguna malvada y poderosa entidad invisible que impulse a la gente a tales acciones violentas?” ¿Deberíamos sorprendernos de que la Biblia llame a Satanás “el dios de este sistema de cosas”? (2 Corintios 4:4.)
Felizmente, el tiempo en que Satanás y sus demonios dejarán de ser está cerca. “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17.) En efecto, la Biblia promete que los que hacen la voluntad de Dios tendrán la esperanza de vivir para siempre en un nuevo mundo de justicia. (Salmo 37:9-11; 2 Pedro 3:13; Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4.) Qué alivio supondrá la desaparición de la influencia maligna de Satanás y sus demonios.
Después de resumir el contenido de este pequeño tratado, la autora del artículo de The Freeport News concluyó: “Me alegra haber leído el tratado [...] pues a mí también me preocupa la condición del mundo, y saber quién manda en él”.