“Hagan discípulos de gente de todas las naciones”
“VAYAN, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo.” Así vierte la Traducción del Nuevo Mundo el mandato de Jesús recogido en Mateo 28:19. Sin embargo, esta versión del texto ha recibido algunas críticas. Por ejemplo, un folleto religioso afirma: “La única traducción que el texto griego permite es: ‘Hagan discípulos de todas las naciones’”. ¿Es cierto esto?
La frase “hagan discípulos de todas las naciones” aparece en muchas versiones de la Biblia y es una traducción literal del griego. Entonces, ¿qué base hay para la traducción “hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos”? El contexto. La expresión “bautizándolos” hace clara referencia a individuos, no a naciones. El estudioso alemán Hans Bruns explica: “El [sufijo] ‘los’ no hace referencia a las naciones (en griego hay una clara distinción), sino a las personas de las naciones”.
Además, debe tomarse en cuenta como se llevó a cabo el mandato de Jesús. Leemos lo siguiente sobre el ministerio de Pablo y Bernabé en Derbe, una ciudad de Asia Menor: “Después de declarar las buenas nuevas a aquella ciudad y de hacer una buena cantidad de discípulos, volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía” (Hechos 14:21). Observe que Pablo y Bernabé no convirtieron a la ciudad de Derbe, sino que hicieron discípulos de algunos de sus habitantes.
Asimismo, el libro de Revelación no predijo que en el tiempo del fin servirían a Dios naciones enteras, sino “una gran muchedumbre [...] de todas las naciones y pueblos y lenguas” (Revelación [Apocalipsis] 7:9). Así, la Traducción del Nuevo Mundo demuestra ser una traducción fiable de ‘toda Escritura, inspirada de Dios’ (2 Timoteo 3:16).