Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Aquí en Betel nosotros todavía estamos pensando en la grata Asamblea de Distrito “Hombres de Buena Voluntad” a la que asistimos este verano y todavía seguimos hablando de ella. ¡Y verdad que hay mucho de que hablar!
Ninguno de nosotros ha olvidado el drama conmovedor de Mardoqueo y Ester. No solo fue la historia lo que nos impresionó, sino el significado que encierra para nosotros. ¡Con cuánto vigor se demostró que tenemos que estar seguros de que ninguna desavenencia personal jamás debilite el vínculo de amor que nos une! Tan profundo debe ser el interés que tenemos en cada uno de nuestros hermanos y hermanas que arriesgaríamos nuestra vida para ayudarlos. Eso nos da algo en que pensar, ¿verdad?
Lo que se dijo acerca del corazón también fue impresionante. ¿Captaron la nueva idea? Fue interesante aprender que las referencias que la Biblia hace al corazón humano tienen que ver con el corazón carnal mismo, no con algo simplemente figurativo. Pero de lo que hemos estado hablando aun más aquí en Betel es la exhortación que se nos dio de examinar nuestro corazón con regularidad y de ser honrados con nosotros mismos en cuanto a por qué hacemos las cosas, de escudriñar y descubrir nuestras debilidades y esforzarnos por remediarlas. Así, nuestro corazón resultará aceptable a Jehová.
A medida que pensamos en los puntos sobresalientes del programa, también nos acordamos de que se identificó la “cosa repugnante” con la bestia de color escarlata del capítulo 17 de Revelación, a saber, las Naciones Unidas. Esto es algo que muchos habían deseado saber desde que se celebraron las asambleas el año pasado. También sirvió para fortalecer nuestra fe oír el discurso “Adoramos lo que conocemos” y ver lo cierto que es eso en nuestro caso, en contraste con los que practican la religión falsa. ¿Y recuerdan el tono de urgencia que había en el discurso “Aprovechándose finalmente del ‘año de la buena voluntad’”? Discursos como éstos nos llenan del deseo de hacer todo lo que podemos en el servicio de Jehová, ¿no es así?
Hubo además el programa de sábado por la noche, “¿Quién necesita su ayuda?” Esa noche cuando partimos del sitio de la asamblea, los puntos que se aclararon estaban vívidamente grabados en nuestra mente. Pero se borran pronto si uno no los repasa. ¿No convienen ustedes en que sería provechoso repasar francamente en cada círculo de familia el consejo útil que se dio para proteger a los jóvenes así como también a los de más edad? Cuando el apóstol Pedro les escribió a sus hermanos, dijo que por medio de recordarles las cosas que habían oído quería “despertarlos.” (2 Ped. 1:12, 13) Eso es algo que nosotros hoy día también necesitamos hacer los unos por los otros.
Hemos oído que la concurrencia total al discurso público de las asambleas pasó de medio millón... realmente fue de 523.799. Esto se refiere solo a los Estados Unidos. Y en estas asambleas desde la última parte de junio hasta los primeros días de agosto, se bautizaron 10.527 personas. ¿No es eso magnífico?
La asamblea hizo mucho para ayudar a todos nosotros que somos “hombres de buena voluntad” de Dios a cumplir nuestra declaración como pacificadores. Ahora, durante octubre y los meses venideros, hay trabajo que cada uno de nosotros podemos hacer para ayudar a otros a vivir en paz con Jehová y los unos con los otros. Que Jehová los bendiga a medida que participan al mayor grado posible en este grandioso privilegio de servicio.
Reciban cada uno de ustedes nuestro amor cordial.
Sus hermanos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN