Presentando las buenas nuevas... a los más allegados a nosotros
1 ¿Es posible que estemos tan ocupados encargándonos de ciertas actividades teocráticas que continuemos pasando por alto o descuidando el dar testimonio a nuestros padres incrédulos u a otros parientes? Pablo, citando de la Ley, dijo: “‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandato con promesa.” (Efe. 6:2) Lo mejor que podemos hacer para nuestros padres si todavía son incrédulos es mostrarles la verdad. Al hacer eso, por supuesto, es bueno tener tacto. Usted puede preguntarse: “¿Qué estoy haciendo para animar a aquellos de mi familia que todavía no han aceptado la verdad?” Si estamos alejados del hogar, podemos ayudarlos por medio de escribir cartas con regularidad e incluir comentarios de las bendiciones que hemos tenido de Jehová y de las que esperamos. Al hacer esto podemos escribir un texto o relatar una experiencia que hayamos tenido. Podemos enviar una suscripción de regalo o podemos enviar por correo un ejemplar de un número apropiado de La Atalaya o ¡Despertad! que pensemos que quizás sea de interés particular.
2 Si uno vive en el hogar con sus padres, que excelente oportunidad tendría de dar un testimonio dejando que la familia observe como el estudio de la Biblia le ha enseñado conducta cristiana. Debe estar ansioso y dispuesto a hacer cosas alrededor de la casa, tales como cortar el césped, botar la basura, lavar los platos, etc., sin que se les pida que las haga. Podemos fortalecer los lazos con nuestros padres mostrando más interés en lo que ellos hacen... preguntando a su padre acerca de su trabajo, agradeciendo a su madre por las muchas cosas que ella hace por usted, etc. El que usted sea bondadoso, atento y respetuoso por fuerza tiene que ganarse el elogio silencioso de parte de los padres incrédulos.
3 Un joven Testigo que aprendió la verdad mientras asistía a la escuela les regaló a sus padres una Biblia y escribió esta nota en la guarda de la Biblia: “Mis queridos mami y papi, les doy gracias de todo corazón por todos los años que ustedes trabajaron para criarme de la manera en que lo hicieron. Me criaron con las responsabilidades de excelentes padres. Sea que lo sepan o no ustedes han usado principios bíblicos para efectuarlo. Me gustaría pagarles estudiando con ustedes este libro verídico que definitivamente nos guiará a la vida eterna aquí en la Tierra. Sin un conocimiento de la Biblia, esto es imposible. (Juan 17:3) No hay nada que me gustaría más que el que ustedes dos vivieran para siempre junto con su familia. Los quiere, . . . .” Como resultado de este regalo y de esas atentas palabras, los padres de este joven hermano comenzaron a estudiar, y ahora siete de su familia han aceptado la verdad.
4 ¿Está haciendo usted todo lo que puede para enseñar la verdad a los más allegados a usted?
¿Tiene usted una ruta de revistas?