Presentando las buenas nuevas... dispuestos a ajustarnos a las circunstancias
1 En estos días todo el mundo está ocupado, incluso nosotros. El programa diario de actividad mantiene a los miembros de las familias en la mayoría de los hogares moviéndose rápidamente tratando de hacerlo todo. Cuando hallamos a alguien que muestra interés en la verdad, quizás sea muy difícil el ponernos en comunicación con esa persona más tarde debido a horarios opuestos. Cuando esto sucede, ¿está usted dispuesto a hacer algunos ajustes en su actividad personal para adaptarse al horario del individuo? Si verdaderamente tenemos afecto tierno por los que tienen cualidades de oveja, entonces trataremos de solucionar el asunto para provecho de ellos, mostrando que estamos dispuestos a sufrir inconveniencias, si es necesario, para ayudarlos.—1 Cor. 10:24; Rom. 15:1, 2.
2 Ciertas comunidades tienen muchos trabajadores de tanda a los cuales se les exige que trabajen horas irregulares. Si usted halla a una persona de esa clase que muestra interés, ¿estaría usted dispuesto a visitarlo temprano en la mañana o tal vez tarde en la noche para conducir un estudio?
3 Las esposas que desean estudiar a menudo piden que uno conduzca el estudio a una hora en que el esposo y los niños puedan estar presentes. En otras situaciones, quizás haya familiares opuestos en el hogar y a usted se le pida que venga a una hora en que ellos estén ausentes. Algunas circunstancias pudieran exigir que usted condujera el estudio en su propio hogar o quizás en algún otro lugar. ¿Haría usted eso, aun si esto significara considerable inconveniencia personal?
4 No es fuera de lo corriente localizar a una persona interesada que solo puede estudiar a una hora en que usted no tiene el automóvil a su disposición o no puede llevar a alguien consigo. Si es necesario, ¿estaría usted dispuesto a usar la transportación pública o aun a caminar para llegar allí? Si no hay nadie que le acompañe, ¿iría usted solo si no hubiera peligro en hacerlo?
5 Es cosa común el hacer arreglos para un estudio y hallar, al llegar, que algo inevitable ha surgido que les impide tener el estudio. Si ellos aprecian sinceramente el estudio y le piden que vuelva más tarde durante el día o posiblemente en otro día de la semana, ¿lo haría usted con gusto?
6 Muchas congregaciones tienen territorios que no se trabajan con regularidad debido a que es necesario viajar una distancia considerable para trabajarlos. ¿Siente usted el suficiente interés por la gente en esa zona como para estar dispuesto a dedicar tiempo adicional y costos de viaje necesarios para llegar hasta ellos? Si usted halla a alguien que muestra interés, ¿volvería usted con regularidad a celebrar el estudio?
7 A menudo es difícil hallar a la gente en su hogar durante el fin de semana, que es cuando la mayoría de nosotros podemos participar en el servicio del campo. Si se sugiriera en su congregación, ¿estaría usted de acuerdo con que se haga un ajuste en el horario de sus reuniones o en los arreglos para servicio a fin de que sus esfuerzos pudieran obtener mejores resultados?
8 Es posible que se presente la oportunidad para un buen estudio durante el tiempo que su familia ha apartado para recreo o para atender asuntos personales. ¿Estarían los miembros de su familia dispuestos a hacer otros arreglos o aun hasta privarse de algo innecesario con el fin de que usted pueda conducir un estudio bíblico?
9 Por supuesto, toca a cada uno de nosotros el decidir hasta qué grado podemos razonablemente ajustar nuestros asuntos para adaptarnos al horario de aquellos a quienes deseamos ayudar. No obstante, si nos sentimos como Pablo, estaremos dispuestos a ‘impartir nuestras propias almas,’ trabajando noche y día para ayudar a los que tienen cualidades de oveja a aprender de la esperanza que puede salvar sus vidas.—1 Tes. 2:8, 9.
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