Haga que su adelantamiento sea manifiesto
1 La madurez cristiana debe ser la meta de todo siervo dedicado de Jehová, y toma tiempo adelantar a esa madurez. Pero, habiendo alcanzado la madurez, ¿cesa el cristiano de adelantar de una manera espiritual? ¡Por supuesto que no! Tal como un hombre casado con una familia que se considera maduro no cesa de adelantar en sabiduría y entendimiento, tampoco puede el cristiano maduro cesar de adelantar en conocimiento de la Palabra de Dios y en el aprecio y entendimiento de esa Palabra. Por eso Pablo escribió a Timoteo, un cristiano maduro: “Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos.”—1 Tim. 4:15.
2 Ciertamente el estudio continuo de la Palabra de Dios es esencial aun hasta para el cristiano maduro si es que va a continuar adelantando. La lectura privada de la Biblia, y el estudio privado y la meditación, lo mismo que el estudio y la asociación con la congregación, son inapreciables. Además, el considerar lo que leemos y estudiamos es una manera excelente de grabar la Palabra de Dios en nuestra mente, y una manera de considerar la Biblia es en nuestro ministerio del campo. De modo que debemos anhelar el compartir nuestro conocimiento de la Palabra de Dios con otros y así hacer que nuestro adelantamiento sea manifiesto.
3 Durante febrero continuaremos ofreciendo la suscripción a La Atalaya a la gente en nuestro territorio. También querremos usar bien los avisos de suscripciones vencidas que recibimos. Los superintendentes de estudios bíblicos pueden hacer arreglos para distribuir las hojas a medida que éstas se reciben cada mes, a fin de poder hacer visitas a los suscriptores anteriores. Estas revisitas son una oportunidad excelente no solo para obtener suscripciones, sino también para comenzar estudios bíblicos. Por medio de participar en esta obra, usted tal vez tenga el privilegio de disfrutar de una experiencia como la siguiente: ‘Visité a una anterior suscriptora y le ofrecí un estudio bíblico de casa gratuito. Se comenzó el estudio ese mismo día, y en menos de seis meses, aunque recibió oposición de parte de su esposo, ella estaba asistiendo a casi todas las reuniones. Ahora sale en el ministerio del campo, ha disfrutado de conducir dos estudios bíblicos de casa, y espera con anhelo poder bautizarse en nuestra próxima asamblea de circuito.’
4 ¿Por qué no busca en los varios sitios donde usted quizás haya puesto hojas de suscripciones vencidas que recibió hace algún tiempo, y visita ahora a esas personas? Además, ¿ha considerado usted hacer una lista de todas las personas a las cuales ha hecho revisitas, y entonces animarlas a hacerse suscriptores? Un precursor lo hizo, con estos resultados: “Una tarde reuní todos mis registros de revisitas, aun algunos que tenía por varios años. Hice una lista de los nombres y números telefónicos de todas las personas con las cuales había estudiado o de las cuales obtuve suscripciones, y algunos que anteriormente visitaba. Comencé a llamarlos por teléfono esa misma tarde, y, para mi sorpresa, obtuve 44 suscripciones de las personas con las cuales me puse en comunicación por teléfono, haciendo arreglos para visitarlos más tarde durante esa tarde y en el resto de la semana.”
5 A medida que usted visita a las personas que anteriormente se han suscrito o a las que halla en la obra regular de casa en casa, es bueno tener presente la excelente información en el interior de la primera página de cada Atalaya, la cual bosqueja el propósito de la revista. Puede que usted desee leerla de vez en cuando a fin de poder presentar claramente el propósito de ésta al visitar a la gente para ofrecerles La Atalaya.
6 ¡Qué maravilloso es ver a tantas personas adelantando como cristianos hoy en día en todas partes de la Tierra, usando La Atalaya como una ayuda para lograr ese fin! Continuemos haciendo que nuestro adelantamiento sea manifiesto a medida que aplicamos los buenos principios de la Palabra de Dios en nuestra vida diaria y ayudamos a otras personas a hacer esto junto con nosotros.
Mantenga madurez cristiana por adelantamiento constante.