Sea maestro como cabeza de familia
1 La Biblia coloca justamente sobre los hombros del cabeza de familia la responsabilidad de ser maestro. Se aconseja a las esposas que busquen la instrucción de sus esposos; se insta a los hijos a que obedezcan a sus padres. ¿Es usted un maestro de su familia? (1 Cor. 14:35; Efe. 6:1-4.)
2 Hay que enseñar muchas cosas: obediencia, respeto y bondad al tratar con otros, orden y limpieza, seriedad o ser digno de confianza y puntualidad, buenos hábitos de lectura, y prudencia al seleccionar compañeros y entretenimiento. Todos deben saber cómo orar. En todas las actividades de la vida debe ayudarse a los miembros de la familia a recordar que dependen de Dios y que tienen que rendirle cuentas a él; deben cultivar profundo aprecio por las muchas bendiciones que Dios les da.
3 Mucha de la enseñanza se imparte en el mismo hogar. Se debe tener una consideración cuidadosa del texto diario y orar como familia cada día. Debe fijarse un tiempo para leer la Biblia y estudiar las publicaciones de la Sociedad regularmente. Las conversaciones informales dejan impresiones profundas en la mente y moldean las actitudes de la familia. El cabeza de familia puede hacer mucho para encauzar la conversación hacia temas edificantes durante las horas de comida. Recuerde, también, que los hechos dicen más que las palabras. Manifieste en su vida las lecciones que usted desea que su familia aprenda.
4 El cabeza de familia continúa desempeñando su papel de maestro en el servicio del campo y en las reuniones. Así como debe acompañar a su esposa en el ministerio periódicamente mientras le presta ayuda personal a fin de que ella desarrolle sus aptitudes, también debe superentender personalmente el desarrollo de sus hijos en el ministerio. Inculque en ellos un aprecio sincero por el servicio, enséñelos a disfrutar de él y a efectuarlo eficientemente. Mediante su participación entusiástica en las reuniones, ofreciendo comentarios regularmente, anime a su familia a hacer lo mismo. También dé un buen ejemplo mediante cumplir concienzudamente con todas las asignaciones que se le den en las reuniones.
5 Un maestro de familia sabio hará que el aprender sea una experiencia deleitable. No solo dará atención a lo que se está enseñando, sino también a cómo se está enseñando y hará que la enseñanza sea viva e interesante. Cuidará de que las actividades de la familia estén debidamente arregladas de modo que el programa sea equilibrado en vez de ser una reglamentación estricta que quite el gozo de vivir. Al mostrar interés amoroso en su familia, el padre siempre será abordable, comprensivo, presto a dar consejo bíblico para mantener la salud espiritual de todos los miembros de su casa.