¿Qué se requiere para ser precursor?
1 ¿Qué se requiere para ser precursor? Las respuestas que las personas dan a esa pregunta varían. Puede que algunas digan que los precursores son una clase extraordinaria de personas que parecen tener más tiempo disponible para usarlo en el ministerio del campo. O tal vez señalen que éstas tienen ciertas ventajas referente a salud o edad, que tienen seguridad financiera o la habilidad que se adquiere mediante una educación seglar, factores que les facilitan el que sirvan de precursores. Quizás éstos sean algunos factores que le permitan a una persona emprender el servicio de precursor regular y que la mantengan en este servicio, pero no es todo lo que está envuelto en el asunto.
2 Hay muchas personas que disfrutan de salud bastante buena y tienen recursos financieros adecuados, pero no son precursores. Sin embargo, otras que están relativamente mal de salud y que poseen pocos recursos están participando fielmente en la obra de precursor. ¿Podrían más personas que disfrutan de buena salud, que quizás se hayan jubilado y tengan un ingreso fijo, o personas que estén temporalmente sin empleo pensar en emprender el servicio de precursor regular o auxiliar? Después de todo, las personas que se hallan en circunstancias que les permiten ser precursores, emprenden el servicio de precursor porque quieren hacerlo. Ese deseo se debe a muchos factores, incluso al amor, el aprecio, el celo y la lealtad. Cuando el deseo es suficientemente fuerte se pueden vencer obstáculos que parecen montañas. (Mat. 17:20.)
3 A medida que la persona progresa en la verdad, al ir adquiriendo conocimiento exacto y esforzándose en el servicio del campo, experimenta el gozo que proviene de ayudar a otras personas a aprender la verdad. Su servicio adquiere propósito y proporciona un sentido de logro. El fruto del duro trabajo se convierte en un motivo de regocijo (Ecl. 2:24). Este buen trabajo es el resultado de estar cultivando y practicando cualidades piadosas (2 Ped. 1:5-8). Es de estos factores fundamentales que brota el deseo de servir de precursor (1 Ped. 4:2). Los máximos, sin precedentes, que se han logrado recientemente en la cantidad de precursores regulares manifiestan que muchos publicadores han cultivado este deseo.
4 Los que logran esta meta de ser precursores y permanecen en el servicio de tiempo completo recibirán muchas más bendiciones procedentes de Jehová (Pro. 10:22). Puede que los padres pregunten: ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a que cultiven el deseo de ser precursores? Si usted puede llevar la delantera mediante el servir de precursor, esto animará a sus hijos a que sigan su ejemplo. Desde temprana edad, instrúyalos para que lleguen a ser buenos estudiantes de la Palabra de Dios (2 Tim. 3:15). Recuerde, ésta tiene el poder de motivar (Heb. 4:12). Enseña a los jóvenes los principios correctos y cómo aplicarlos (Heb. 5:14). Tal instrucción junto con el buen ejemplo que dan los padres suministra una base sólida sobre la cual edificar. (1 Cor. 3:10-13.)
5 Esta instrucción debe incluir la idea fundamental de ayudar a la gente (Mat. 9:36). Anime a los jóvenes y a los nuevos en la verdad a que sigan el ejemplo de Jesús a este respecto. Esto los ayudará a que consideren a las personas como las considera Jehová (2 Ped. 3:9). Enséñeles por qué el ayudar a otras personas es una parte tan vital de la adoración cristiana. (Mat. 22:39; Juan 21:15-17.)
6 Los jóvenes que asisten a la escuela secundaria tienen que considerar sus metas de largo alcance en la vida y cómo usarán los diversos recursos que poseen. ¿Por qué no fijar el servicio de precursor como meta? Las personas de mayor edad que se han jubilado o las que se están acercando a la edad de jubilarse pueden considerar el servicio de precursor. Las bendiciones que recibamos dependerán grandemente de cómo usemos nuestras oportunidades. (Luc. 8:18.)
7 ¿Está usted procurando positivamente hacer lugar en su vida para el servicio de precursor regular? ¿Está satisfecho con las cosas a las que actualmente da más importancia? Si no lo está, ¿por qué no examinarlas de nuevo? Hágase la siguiente pregunta: ‘¿Qué me detiene a mí de emprender el servicio de precursor?’. ¿Desea usted servir de precursor (Col. 3:23, 24)? Si realmente lo desea, es muy probable que usted también tenga lo que se requiere para ser precursor.