Presentando las buenas nuevas... haga que el amo de casa participe en la conversación
1 Casi todo el mundo disfruta de conversar, mientras que casi nadie soporta que lo regañen o sermoneen. En nuestro ministerio, ¿conversamos con las personas o las sermoneamos? ¿Conseguimos realmente comunicarnos con nuestros oyentes, o levantamos un muro, ya que solo nosotros hablamos y no dejamos hablar a los demás? Cuando predicamos debemos hacer un esfuerzo verdadero por hacer que el amo de casa esté a gusto y sienta que es parte de la conversación. Para lograr esto tenemos que aprender cómo lograr con éxito que el amo de casa participe en la conversación.
2 ¿Cuáles son los beneficios de que hagamos esto, y cómo podemos lograrlo de la mejor manera? En primer lugar, si conocemos los puntos de vista de él podremos transmitir nuestros puntos más inteligentemente; quizás hasta podamos adaptar nuestro tema de conversación de modo que podamos remover cualquier objeción que él pudiera tener. Además, a nadie le gusta sentir que se le está presionando a hacer algo. De modo que haga su presentación en forma de conversación amena; ésta es la manera más natural y la que más atrae. Al principio se pudiera hacer esto mediante introducir una o dos preguntas directas. ¿Recuerda usted cómo entabló conversación Felipe con el eunuco etíope? Él comenzó con una pregunta: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. Esto condujo a una conversación y a una conversión. Si la pregunta solo logra hacer que el amo de casa esté de acuerdo con usted en algún punto fundamental, aun así ha logrado el objetivo: hacer que participe en la conversación. Si al amo de casa se le da la oportunidad de hablar, no se siente como si se le estuviera sermoneando. Más bien, ve que está participando en una consideración instructiva. Obviamente esto es mucho más deseable. (Hech. 8:30.)
3 De los ejemplos que muestran la manera como Jesús enseñó a sus discípulos podemos ver que es más provechoso e importante que hagamos que el amo de casa participe en la conversación (Mat. 16:13-19; 17:10-13, 24-27). Imperará un ambiente más informal y sin tensión. Esto permite que podamos comunicar nuestros puntos a los oyentes. Por consiguiente, emplee esta cualidad esencial de la buena testificación, para que su ministerio sea aún más eficaz y usted sea más eficiente en él de lo que es ahora.