La caja de preguntas
● ¿Cómo deben considerar los testigos de Jehová las grabaciones que no sean producidas por la Sociedad?
La Sociedad suministra una abundancia de alimento espiritual en diversas formas, incluso grabaciones en casete. Entre estas hay grabaciones de libros de la Biblia y de publicaciones de la Sociedad, tales como La Atalaya, ¡Despertad!, Mi libro de historias bíblicas y Escuchando al Gran Maestro. También se han producido melodías del Reino y varios dramas. Sin embargo, tenemos que ejercer cuidado con las grabaciones de origen privado que andan en circulación y que se parecen a las de la Sociedad en su contenido. Debido a que somos una hermandad que confiamos unos en otros, de vez en cuando puede que algunos acepten copias de grabaciones y las escuchen sin antes averiguar de dónde provienen.
A veces discursos grabados que circulan entre los hermanos rayan en simples conjeturas o presentan información sensacionalista. Por lo tanto, ¿no sería sabio seguir el consejo de Pablo en 2 Timoteo 3:14? Allí Pablo, después de advertir contra los impostores, enfatiza la importancia de conocer a las personas a quienes escuchamos. Tenemos que asegurarnos de no prestar atención a lo que vaya “más allá de las cosas que están escritas” en las Santas Escrituras y en el alimento espiritual que nos provee “el esclavo fiel y discreto”. (1 Cor. 4:6; Mat. 24:45-47.)
En algunas zonas se anuncian y se venden grabaciones para enseñar la Biblia a los niños. Estas grabaciones supuestamente las han hecho hermanos y han circulado entre algunas congregaciones. Aunque el motivo pareciera ser bueno, ¿no equivaldría eso a valerse de sus contactos teocráticos para provecho personal? (Véase Nuestro Servicio del Reino de agosto de 1977, página 3 y febrero de 1980, página 3 y Nuestro Ministerio del Reino de septiembre de 1987, página 4.) La organización de Jehová suministra suficiente instrucción bíblica para educar a nuestros hijos. De modo que no recomendamos el que se promueva ese tipo de grabaciones.
Puede que algunos graben reuniones de congregación o programas de asambleas para su uso personal. Esas grabaciones también pueden beneficiar a otros miembros de la congregación que por buenas razones no hayan podido asistir a esas reuniones. Sin embargo, estas no se deben producir para distribución entre los hermanos o para ofrecerlas en venta a otros. Hagamos, pues, buen uso de todo lo que Jehová ha provisto mediante su organización para nuestro estímulo y nuestra edificación espiritual.