Prediquemos a “gente de toda clase”
1. ¿En qué se parecen un buen evangelizador y un artesano diestro?
1 Un artesano diestro no solo posee muchas herramientas, sino que también sabe cuándo y cómo usar cada una de ellas. Del mismo modo, nosotros contamos con diversas herramientas que nos permiten cumplir con nuestro cometido de predicar las buenas nuevas. Por ejemplo, a fin de que prediquemos a “gente de toda clase”, disponemos de folletos con una variedad de temas (1 Cor. 9:22). El suplemento adjunto incluye una lista de algunos de estos, explica para quiénes fueron editados y presenta sugerencias sobre cómo ofrecerlos en el territorio.
2. ¿Cuándo sería oportuno ofrecer folletos?
2 Cuándo usar los folletos. El buen artesano siempre emplea la herramienta más adecuada. De igual forma, si al predicarle a alguien vemos que lo más adecuado es ofrecerle un folleto, podemos hacerlo; aunque no sea la oferta del mes. Por ejemplo, si la oferta es el libro Enseña y vivimos en un país donde la gente no es cristiana ni se interesa en la Biblia, puede que sea conveniente ofrecer a las personas algún folleto y cultivar su interés antes de llevar el libro.
3. ¿Por qué debemos hacernos expertos en el manejo de nuestras herramientas de predicación?
3 En las Escrituras se elogia a quienes son hábiles en su trabajo (Pro. 22:29). No cabe duda de que hoy no existe trabajo más importante que “la obra santa de las buenas nuevas” (Rom. 15:16). Para llegar a ser un “trabajador que no tiene de qué avergonzarse”, hay que hacerse experto en el manejo de las herramientas teocráticas (2 Tim. 2:15).