La siembra
En tiempos bíblicos había varias formas de sembrar. Algunos llevaban las semillas en una bolsa que colgaba de una cuerda que pasaba por encima del hombro y alrededor de la cintura. Otros las llevaban en un pliegue de la ropa que usaban como si fuera una bolsa. Las esparcían a mano lanzándolas con movimientos amplios del brazo. Como los campos estaban atravesados por caminos de tierra compactada, los agricultores tenían que asegurarse de que la semilla cayera en tierra buena. Y, para evitar que se la comieran los pájaros, la cubrían lo más pronto posible.
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