Desfile triunfal
En tiempos de la República, el Senado romano honraba a un general que regresaba victorioso de sus conquistas permitiéndole celebrar un gran desfile. Normalmente, en primer lugar de la procesión iban los músicos, seguidos por los hombres con los animales que serían sacrificados. Después pasaba el botín de guerra. Detrás venían los enemigos capturados: primero los reyes, príncipes y generales junto con sus familias, y luego otro grupo de cautivos, que estaban encadenados. A continuación, iban los encargados de las ejecuciones y, por último, el general vencedor en un carro triunfal. Estos desfiles aparecen representados en esculturas, pinturas y monedas, así como en obras de teatro y otras obras literarias. El apóstol Pablo habla de “un desfile triunfal” en dos comparaciones diferentes (2Co 2:14; Col 2:15). Estas son las dos únicas veces que aparece en la Biblia el verbo griego thriambéuō, que significa ‘guiar o llevar en un desfile triunfal’.
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