Pablo predica en el mercado de Corinto
La antigua ciudad de Corinto se encontraba situada en el istmo (franja estrecha de tierra) que conectaba la parte central de Grecia con la península del Peloponeso, al sur. Mucha gente atravesaba este istmo en sus viajes por tierra o por mar. La población de la ciudad era muy grande y procedía de muchas naciones y culturas. Pablo siempre buscó un terreno común con todo tipo de personas a fin de salvar a tantas como fuera posible (1Co 9:22). Como en una visión se le dijo que en Corinto había muchos que podían hacerse discípulos del Señor, el apóstol se quedó allí durante un año y medio (Hch 18:1, 9-11). Pocos años después, cuando ya estaba en Éfeso, se enteró de que los discípulos de Corinto se estaban enfrentando a graves problemas. Pablo los quería como a hijos. Por eso les dio consejos y ánimo en la carta inspirada que hoy se conoce como 1 Corintios (1Co 4:14).
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