Cristianos predicando en una calle de Éfeso
En la antigua Éfeso, la calle que unía el gran teatro de la ciudad con su bullicioso puerto era amplia y tenía pórticos a ambos lados. La ciudad estaba en un importante cruce de caminos. Por eso, en esta calle, los cristianos podían predicarle “las buenas noticias de la paz” a todo tipo de personas (Ef 6:15). El apóstol Pablo es el escritor de la Carta a los Efesios. Él conocía bien la ciudad porque había predicado allí durante unos tres años (Hch 20:17, 18, 31). Gracias a su ministerio en Éfeso, “todos los que vivían en la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor” (Hch 19:10). En este territorio tan productivo se formó una entusiasta congregación que no dejaba de crecer (Hch 19:20).
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