El olivo
El olivo (Olea europaea) era muy cultivado en los lugares donde vivían los cristianos del siglo primero. Se da bien hasta en suelos pobres o rocosos (Dt 8:8). Su extenso sistema de raíces le permite absorber agua en climas secos. Estos árboles crecen muy lentamente y pueden vivir más de mil años. Sus frutos son las aceitunas u olivas. Cuando maduran, pasan del color verde al morado o al negro. Entonces los cosechadores varean o golpean con una vara las ramas para que caigan las aceitunas maduras. En tiempos bíblicos, los olivos eran muy apreciados por ser la principal fuente de aceite comestible. Este aceite también se usaba para el cuidado de la piel y como remedio medicinal y combustible para las lámparas (Le 24:2; Lu 10:34).
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