La creciente amenaza del abuso de las drogas
“SOMOS una sociedad que depende de las drogas,” “una sociedad obsesionada por las drogas,” dicen las autoridades. Ya hay millones de personas que no pueden dormir, despertar ni sentirse a gusto sin la ayuda de las drogas. Muchísimos adultos se echan píldoras en la boca por cualquier cosa que les duela. Los botiquines están surtidos de medicinas: píldoras para adelgazar, calmantes estomacales, soporíferos, sedantes, barbitúricos, anfetaminas, laxantes y analgésicos.
En un solo año en los Estados Unidos se fabricaron 12.000.000.000 de anfetaminas y barbitúricos en forma de comprimidos y 50.000.000 de sedativos. La Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos dice que cada año las miles de millones de píldoras estimulantes desviadas a uso ilegal y uso completamente incorrecto podrían “mantener despiertos y saltando a todos los estadounidenses durante una semana” y los barbitúricos podrían “mantenerlos en estupor durante una semana.”
Los jóvenes usan las drogas a un grado considerable. Funcionarios policíacos calculan que entre el 15 y el 20 por ciento de los adolescentes de cualquier comunidad suburbana estadounidense quizás estén experimentando con marihuana y otras drogas. En algunas universidades grandes, las encuestas indican que del 10 al 30 por ciento de los estudiantes han probado las drogas por lo menos una vez. No se sabe hasta qué grado abusan de las drogas los estudiantes de primera y segunda enseñanza, pero se informa que lo hacen hasta un grado significativo y está aumentando.
En una pequeña población norteamericana, quince niños de segunda enseñanza fueron arrestados por usar marihuana. Un padre, diácono eclesiástico, era el que la suministraba. Cinco muchachos de preparatoria de Nueva Inglaterra fueron expulsados de la escuela por usar drogas; uno de ellos era hijo de un congresista estadounidense. Los hijos de dos senadores han sido arrestados, acusados de fumar marihuana, así como también los hijos de un congresista y actor de California.
Las investigaciones hechas en las escuelas han revelado, entre otras cosas, que niños de edad tan joven como los trece años se estaban inyectando un estimulante que se llama “Methedrine” debajo de la lengua para que las marcas de la aguja no se vieran. Una encuesta en una escuela reveló que el 18 por ciento de los muchachos y el 12 por ciento de las muchachas del séptimo año por lo menos habían experimentado con marihuana. El Centro de Adictos del Distrito de Columbia de Washington ha descubierto consumidores de marihuana de solo ocho años de edad.
¿Dónde y cómo se envuelven los niños en el abuso de las drogas? Principalmente en las escuelas. Los niños mismos llaman a las escuelas los “supermercados” de las drogas durante el período escolar y las calles de la ciudad y parques en otras ocasiones. Esto es lo que dicen algunos.
Un jovencito de diecisiete años de Connecticut dijo: “Acababa de entrar en la segunda enseñanza cuando me vi expuesto por primera vez a las drogas. Casi toda persona en la escuela conoce a alguien que vende drogas, sea que las utilice o no. Lo más curioso de todo es que todo se hace abiertamente. Las drogas se guardan en las gavetas de los armarios de los estudiantes. Si usted viera las gavetas de los traficantes llenas totalmente de bolsas de a ‘cinco centavos’ y ‘diez centavos’ [de dólar] de marihuana, se escandalizaría.”
Dijo un adolescente: “La primera vez que me invitaron a participar de la marihuana fue cuando era estudiante de segundo año. Muchos de mis amigos la probaban, simplemente por curiosidad. Después de un tiempo la fumé yo.”
Un muchacho de Detroit, Michigan, escribe: “En mi clase de biología del último semestre había un muchacho que me dijo que si cambiaba de parecer y quería drogas, me las daría baratas.”
Un joven de dieciocho años de New Haven, Connecticut, escribió: “Empecé a usar las drogas cuando tenía 16 años, en la ciudad de Nueva York. Mientras estaba en la escuela, un amigo me convenció de que las drogas más fuertes eran lo ‘hip.’”
Una muchacha de San Francisco escribe: “Cuando estaba en el segundo año, colocaron un cigarrillo verde en mi escritorio. Me escandalicé cuando me enteré de que era marihuana. Los muchachos me retaron a fumarlo.”
Los informes por lo general son iguales, sean de Nueva York o de San Francisco... las escuelas son un centro principal de proliferación para el vicio de las drogas. Pero de lo que muchos jóvenes no están plenamente convencidos es del grado al cual son perjudiciales y peligrosas las diversas drogas.
¿Es peligrosa la marihuana? La respuesta es: Sí. Muchas son las personas que padecen de efectos adversos. Un joven de dieciséis años de Maryland dijo que estaba dejando la marihuana “porque ya no me puedo acordar de nada.” Otra persona “se fumó un cigarrillo y llegó a estar inquieta, agitada, mareada, temerosa de sus alrededores y temerosa de la muerte, y le dieron tres ataques cortos de inconsciencia.” La marihuana perjudica el juicio y deforma la visión, el oído y el sentido del tiempo y de la distancia en casi todo consumidor. Y en la mayoría de los casos en que se tomaron drogas más fuertes, se reconoció que el fumar marihuana definidamente preparó el terreno. ¿Es eso lo que se pudiera llamar una droga segura?
Se sabe que las drogas alucinantes como la LSD han causado un cambio permanente de personalidad, daño a los cromosomas humanos, conducta de pronóstico reservado que resulta en intentos de suicidio y dependencia psicológica. Los sedativos (barbitúricos) pueden causar delirio, alucinaciones, convulsiones y coma. Los estimulantes (anfetaminas) pueden causar cambio permanente de personalidad. La heroína destruye la fuerza de voluntad, causa desasosiego extremado, dolores severos y la muerte por dosis excesiva. El oler solventes perjudica el hígado y los riñones y muy a menudo resulta en la muerte.
¿Qué pueden hacer los padres para proteger a sus hijos de las drogas que afectan la mente? ¿Qué pueden hacer los hijos para protegerse de la influencia esclavizadora de las drogas que arrolla al mundo? Hay algunas cosas específicas que los padres y los hijos pueden y deben hacer ahora. El siguiente artículo dice cuáles son.