Gigantescos depósitos de agua del desierto
¡UN VERDADERO depósito vivo de agua! Así se le podría llamar al gigantesco cacto saguaro. ¿Por qué? Por la cantidad de agua que puede embeber y almacenar esta planta del desierto. Como se sabe, durante muchos meses no cae lluvia en el desierto. Pero cuando cae, el cacto saguaro embebe suficiente agua para seguir viviendo y llevar fruto y florece por un año o aun más. Y cuando está lleno de agua puede pesar cinco toneladas o más.
El estudio cuidadoso de este depósito de aguacacto nos dice que es idealmente adecuado para su hogar en el desierto. En vez de tener una raíz central larga que no podría sobrevivir en las arenas del desierto, este cacto tiene raíces largas cerca de la superficie, y éstas se extienden en toda dirección desde su tallo principal. Cuando llueve, estas raíces adquieren agua de la arena tan aprisa como cae. También su “piel” o corteza suavemente encerada está acanalada para ensancharse como un acordeón cuando está adquiriendo agua. Además, el interior de esta corteza encerada, impermeable, está lleno de un material esponjoso que absorbe el agua que se adquiere por medio de las raíces.
Ahora bien, ¿qué impide que el cacto saguaro se doble todo y se caiga? El Creador lo ha diseñado con un esqueleto de soportes o celdillas duras semejantes a peldaños de dos centímetros y medio a cinco centímetros de espesor que atraviesan su tronco y ramas. Estos también sirven para ayudar a llevar agua hasta el tejido esponjoso.
¡Mire el tamaño del cacto saguaro! Algunos especímenes han crecido a una altura de quince o más metros, con su tronco principal de sesenta centímetros de diámetro. Y se cree que algunos tienen más de doscientos años de edad.
¿Dónde puede uno ver estos gigantescos depósitos de agua? En el Desierto Sonorense al sudoeste de los Estados Unidos, especialmente en la zona que se conoce como Monumento Nacional de los Saguaros.