Que oigan el otro lado

A MENUDO los asuntos tienen dos lados. Aunque uno concuerde con un lado, ¿está dispuesto a oír el otro?

El oír el otro lado, el lado opuesto de un asunto, es el proceder sabio. Entre otras cosas, aumenta el conocimiento sobre el tema que se considera. También le ayuda a uno a entender el punto de vista de la otra persona. Y aun más importante, a menudo es una buena manera de llegar a las verdades básicas.

Uno de los muchos campos donde hay necesidad de oír el lado opuesto es el de la ciencia. Sería ingenuo el pensar que hoy ninguna teoría científica necesita examen adicional. ¡Pues, teorías hay que se aceptaban hace solo unos cuantos años que hoy están descartadas!

En cuanto a la teoría de la evolución es muy necesaria esta anuencia a oír el otro lado del asunto. En las escuelas norteamericanas, por ejemplo, por lo general se enseña la evolución sin mencionar absolutamente otras posibles explicaciones de cómo llegó a existir el hombre en la Tierra. Como C. P. Martin, un evolucionista de la Universidad McGill, dijo de los muchos estudiantes que observó: “No es que estén al tanto de las dificultades [de la teoría de la evolución] . . . y las consideren de poco peso e importancia; nunca oyeron de ellas y se sorprenden ante la posibilidad misma de que se critique la teoría aceptada.”

Desequilibrio sobre el tema

Hubo un tiempo en que diversas leyes prohibían la enseñanza de la evolución en las escuelas. Pero muchos educadores consideraron que esto era tiránico. Opinaban que se les debía permitir presentar la evidencia a favor de la evolución. Por consiguiente, se emprendieron acciones jurídicas para anular aquellas leyes. Ahora se puede enseñar la evolución en las escuelas.

Sin embargo, en gran parte la situación es igual... tiránica. ¿Por qué? Porque los que promueven la evolución a menudo tratan ahora de prohibir toda otra enseñanza sobre el tema del origen del hombre.

¿Es esa actitud realmente científica? ¿Es justa? ¿Promueve educación verdadera el saturar a los estudiantes con una sola idea en cuanto al origen del hombre cuando muchos científicos reconocen que la evidencia no es concluyente en absoluto, sino que principalmente es conjetural? ¿Por qué no dejar que los estudiantes oigan evidencia científica a favor de que el hombre es una creación separada y distinta de los animales? La investigación de los hechos que se presentan en ambos lados es educación verdadera sobre ese tema.

Lo mucho que se necesita esta clase de equilibrio se puede discernir de los comentarios de un director de escuela que dijo: “Imagínese, tenemos una biblioteca de más de 10.000 libros pero ninguno de ellos suministra el lado opuesto de la teoría de la evolución.” Viendo este desequilibrio, aceptó información que proporcionaba el otro lado del asunto.

A muchos padres y educadores les preocupa este desequilibrio. Consideran tiranía educativa el enseñar teorías no probadas en contra de las cuales no se tolera ninguna otra idea.

Y esto no es asunto de abogar por cierta religión en el salón de clases. Si el presentar evidencia científica a favor de la evolución no se considera objetable, entonces, ¿por qué el presentar evidencia científica en contra de ella debería considerarse objetable?

Algunos educadores están dando pasos para poner este asunto en mejor equilibrio. Por ejemplo, dos miembros de una junta estatal de California nombrados para reacondicionar la educación protestaron al notar que solo se recomendaba enseñanza evolucionista en cuanto al origen del hombre. Los médicos John R. Ford y Thomas G. Harward declararon que la enseñanza de la evolución debe presentarse solo como una teoría, llamando atención a que hay otras enseñanzas como la de creación. Propusieron que se presentaran ambos lados del asunto para que los estudiantes pudieran decidir por sí mismos.

En su decisión, la junta de diez miembros de California votó unánimemente a favor de enmendar la estructura científica de las escuelas públicas de modo que muestre que “toda la evidencia científica que hay hasta la fecha acerca del origen de la vida entraña un dualismo, o la necesidad de usar varias teorías para explicar plenamente las relaciones entre los puntos de información establecidos.” La junta agregó: “La ciencia ha postulado independientemente varias teorías de creación.”

Max Rafferty, superintendente estatal de escuelas en California, dijo que a los estudiantes se les deben presentar ambos lados del asunto acerca del origen del hombre.

Se acoge bien considerar el otro lado

Tocante a esto, varios educadores han acogido bien a conferenciantes invitados de los testigos de Jehová en sus salones de clase para considerar el otro lado de este asunto. Representantes locales, o estudiantes mismos que son testigos de Jehová, son invitados a considerar este asunto con los estudiantes. Estas discusiones han resultado muy educativas y tanto los maestros como los estudiantes han disfrutado de ellas.

En una escuela de Pueblo, Colorado, el maestro permitió que un estudiante que es testigo de Jehová considerara la evolución durante todo un período de clase. Todo estudiante participó. En una escuela católica de College Point, Nueva York, un conferenciante invitado, testigo de Jehová, recibió varios períodos de clase para considerar el otro lado de la evolución. Después, grupos de estudiantes se reunieron para hacer más preguntas. Era obvio, por sus muchas preguntas sinceras, que el oír el lado opuesto había estimulado su pensamiento sobre el tema.

Dijo un maestro de la universidad de California en Santa Cruz: “Soy maestro de ciencia. Enseño la ciencia que tiene que ver con los principios del razonamiento válido o lógica. Hemos considerado la teoría de la evolución de Darwin, una de Ingersoll y otras dos o tres publicaciones sobre la evolución, y en ellas no hemos hallado absolutamente ni una sola pizca de evidencia o raciocinio lógico.” Pidió que los testigos de Jehová hablaran a su clase y también acepto para uso de sus estudiantes la publicación ¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación?, una consideración documentada de 192 páginas de información científica sobre la evolución que también proporciona el otro lado del asunto de la evolución.

Al pedir la misma publicación para sus estudiantes, un profesor asociado del departamento de biología de un colegio de Fredonia, Nueva York, dijo: “Me gusta dar a mis estudiantes la oportunidad de evaluar ambos lados de una cuestión.” Otro maestro de una escuela semisuperior de Chicago que hizo lo mismo declaró: “Se espera que yo enseñe el arte de la argumentación lógica y haga que los estudiantes estén al tanto de que muchos argumentos aparentemente lógicos muy a menudo se basan en prejuicio. Opinando que la verdad no se obtiene a menos que se oigan los dos lados del argumento, mencioné este libro a mis clases y lo recomendé a los que se interesan en la verdad. Para sorpresa mía, la respuesta fue abrumadora.”

Si usted es educador, los testigos de Jehová tendrán mucho gusto en hacer arreglos para que un conferenciante invitado lo visite o hacer disponible a usted información impresa que muestra, desde el punto de vista científico, cuál es el otro lado en lo que se refiere a la teoría de la evolución. A menudo la verdad se hace más patente cuando se escuchan los dos lados de un argumento. Por eso, ¿por qué no dejar que los estudiantes oigan el otro lado?