Prepárese ahora para un futuro interminable
¿LE GUSTARÍA vivir en esta Tierra cuando las condiciones sean verdaderamente apropiadas para la felicidad genuina? ¿Verdaderamente quiere usted vida eterna en esa clase de mundo? Si ése es el caso, ¡usted tiene que prepararse para ello ahora!
Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué no esperar y ver cómo resulta todo?
Tiempo de oportunidad limitado
El tiempo sencillamente no da lugar a ponerse a esperar. La razón para eso no es solo que la vida ya es breve. Más bien se debe a que la vida de la gran mayoría de la humanidad ahora se encuentra en grave peligro de ser acortada abruptamente, cortada por un desastre de proporciones globales.
Quizás usted sepa que los líderes mundiales reconocen públicamente el peligro creciente de una guerra nuclear que haría inhabitable este planeta. Sin duda usted ha leído advertencias de científicos en cuanto a que la contaminación moderna del aire, el agua y la tierra plantea una amenaza tan grande como la de la guerra nuclear. Pero, por encima de todos estos peligros, el mayor factor que hace tan urgente el actuar ahora es que el debido tiempo de Dios para obrar nos ha alcanzado.
Según la cronología bíblica y el cumplimiento de la profecía bíblica, el tiempo que le queda al sistema injusto que ahora opera en la Tierra se está acabando rápidamente. La Biblia no dice que la venidera guerra del Armagedón de Dios, junto con la “tribulación grande” de la cual ésta forma parte, se puede evitar; el proceder injusto en el cual los hombres y las naciones se han endurecido obstinadamente la hace inevitable. (Mat. 24:14, 21, 37-39; Rev. 16:16) Pero le ofrece a usted como individuo la oportunidad de ponerse ahora firmemente de parte de Dios en la controversia y así tener la esperanza de sobrevivir. La supervivencia introducirá a personas de corazón justo a la vida en un nuevo orden, un orden fundado en la provisión que Dios ha hecho para vida por medio de su Hijo y Rey nombrado, Jesucristo, y en el cual el respeto, la devoción y la obediencia a Jehová Dios como el Dador de Vida serán el principio que gobierne.—2 Ped. 3:8-13.
¿Qué hará usted? Esto dependerá de si tiene fe en las promesas de Dios o no. Porque aunque usted reconozca que es ilógico que los árboles y las tortugas vivan más que el hombre inteligente, eso no basta. Tampoco basta con reconocer que en realidad el hombre tiene un lado espiritual en su naturaleza y que el enfoque que presenta la Biblia sobre el pecado y la imperfección heredados como la fuente del envejecimiento y la muerte suministra la única explicación satisfactoria de estos problemas. Aun más que eso, no basta con admitir que la esperanza que se ofrece en la Biblia de obtener vida eterna bajo el gobierno justo de Dios por su Hijo es el único medio genuino de satisfacer los deseos apropiados de las personas de corazón justo. El llegar hasta este punto y no pasar adelante no le traerá ningún beneficio duradero a usted.
El discípulo Santiago declara que “la fe sin obras está muerta,” tal como el cuerpo sin su fuerza de vida o espíritu está muerto. (Sant. 2:26) El simplemente reconocer lo lógico y lo razonable que es lo que dice la Biblia no es tener una fe viva. Su fe tiene que demostrarse por acción, por hechos. Así usted demostrará que no solo acepta mentalmente la promesa que Dios ha hecho de dar vida eterna. Usted mostrará que ésta llega a su corazón, que verdaderamente lo impele a usted.
Si usted recibiera advertencia sobre un terremoto venidero, tal como el que recientemente devastó a una sección grande del Perú y segó la vida de decenas de miles de personas en unos minutos, usted podría obrar para salvar su vida. Hoy, algo peor que un terremoto amenaza a todos los habitantes de la Tierra... la “tribulación grande” acerca de la cual advirtió Cristo Jesús. (Mat. 24:21) De ese tiempo escribió el apóstol Pablo: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. . . . entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.” (1 Tes. 5:2, 3) La vía de escape todavía está abierta, y usted puede aprovecharse de ella antes de que se cierre irrevocablemente.
Quienquiera que usted sea, ciertamente no está solo. Tiene parientes, quizás un cónyuge e hijos, y tiene amigos. Usted tiene una obligación no solo para con usted mismo, sino también para con ellos, de informarse ahora de las provisiones de Dios que permiten sobrevivir y entrar a la vida en su nuevo orden. Entonces, en vez de seguir un proceder egocéntrico de interesarse solo en su propio futuro inmediato, usted puede ayudarles a encaminarse a un futuro interminable en felicidad genuina. Es verdad que quizás usted esté demostrando interés ahora en la vida de ellos al suministrarles alimento, ropa, alojamiento, atención médica y otras cosas necesarias. Pero aun bajo condiciones normales eso solo podría ayudarles a vivir lo suficiente como para que murieran en la vejez... y quizás con alguna comodidad. El amor verdadero requiere que usted busque algo mejor para ellos si se puede alcanzar. ¡Y se puede alcanzar!
Además, ¿siente usted que tiene una deuda de gratitud contraída con la Fuente original de la vida, el deseo de servir para la honra del Creador del universo, incluso de este planeta Tierra y todos sus rasgos deleitables? Entonces usted estará deseoso de aprender cuáles son los requisitos justos de Dios.
¿Qué, pues, debe hacer usted para no desperdiciar el tiempo de oportunidad que queda?
Adquiera conocimiento dador de vida
Le es necesario investigar la Palabra de Dios, la Biblia, estudiarla y averiguar cuál es el propósito de Dios para la Tierra y el hombre, aprender cuál es su voluntad para nosotros en este tiempo, ahora. El Hijo de Dios dijo en oración a su Padre: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.”—Juan 17:3.
Entonces, la vida eterna no viene por beber alguna poción mágica, por pasar por algunos ritos misteriosos o por llevar a cabo algunos ejercicios extraños. Viene por medio de la educación bíblica. Hoy los testigos de Jehová están efectuando una campaña mundial de educación bíblica en más de doscientos países e islas del mar. En más de un millón doscientos mil hogares se están conduciendo estudios bíblicos gratis cada semana con personas que muestran interés: hombres, mujeres y sus hijos. No solo se consideran asuntos como “Por qué envejecemos y morimos,” y “¿Dónde están los muertos?,” sino también temas como “¿Por qué ha permitido Dios la iniquidad hasta nuestro día?,” “Los últimos días de este inicuo sistema de cosas,” “Régimen justo hace de la Tierra un paraíso,” “Cómo identificar la religión verdadera,” “Cómo orar y ser oído por Dios,” “Edificando una vida de familia feliz” y “La adoración verdadera... un camino y modo de vivir.” Al pasar aproximadamente una hora a la semana con un instructor, se consideran las enseñanzas básicas de toda la Biblia en seis meses.
Usted puede hacer arreglos para un estudio bíblico de este tipo en su hogar solicitándolo a cualquier testigo de Jehová de su localidad o escribiendo a los publicadores de esta revista. El único costo para usted será una parte de su tiempo y el esfuerzo de leer y prepararse para la consideración de los temas. Después de todo, es la vida de usted y la vida de sus amados las que están envueltas, y ciertamente esto merece serio esfuerzo. El escritor bíblico Santiago habla de “la implantación de la palabra que puede salvar sus almas.” (Sant. 1:21) Esa implantación de la palabra no se puede efectuar sin que usted haga lo que le corresponde. La Palabra de Dios no puede resultarle en vida a menos que usted reciba sus verdades en su mente y en su corazón para que lo impelan a hacer la voluntad divina. Jesús dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) El ejercer fe en Jesús significa más que el simplemente decir: “Creo en Jesús.” Requiere acción.
Busque ambiente correcto para vida
El ambiente físico malo —incluso la contaminación del aire, la tierra y el agua, las fuentes contaminadas o inadecuadas de abastecimientos alimentarios y las condiciones apiñadas, inmundas, infestadas de gérmenes— obviamente acorta la vida. La gente reconoce esto. Sin embargo pocas personas profundizan mentalmente en la situación como para darse cuenta de que esto también aplica al ambiente espiritual malo. Para prepararnos para un futuro interminable es preciso que estemos alimentando nuestra mente y corazón regularmente con alimento espiritual sano, puro. Necesitamos asociaciones correctas con personas cuya conversación sea edificante, saludable, que contribuya a la fe en Dios, que fomente el deseo de las cosas correctas, que fortalezca la determinación de adherirse uno a las normas correctas. El nuevo orden de Dios estará poblado de personas de esa clase.
Pero aun ahora necesitamos esa clase de asociación. Y podemos hallarla. ¿Dónde?
¿Podrá hallarse en las muchas iglesias de la cristiandad? Bueno, ¿qué sucede hoy en esas iglesias? A menudo se oye que la Biblia está siendo desacreditada por los ministros y clérigos de hoy, que aumenta su tendencia a excusar toda clase de desmán sexual, incluso la homosexualidad, que el clero apoya las manifestaciones públicas contra la autoridad constituida. Quizás usted haya visto personalmente evidencia de considerable hipocresía en tales iglesias. Y es probable que usted haya leído, también, acerca de la decadencia de las iglesias, no solo en un país, sino en todos los países. ¿De qué es evidencia esto? Ciertamente no es evidencia de la bendición de Dios sobre ellas. No podemos culpar a Dios por la condición malsana, moribunda, de esas iglesias. Ellas han sustituido la Palabra de vida con filosofía, política y tradiciones humanas, y están sufriendo las consecuencias.
¿Están en mejores condiciones las religiones no cristianas? No, pues los pueblos que practican esas religiones están sufriendo el mismo alboroto, la misma desunión y el debilitamiento general de la influencia y el vigor como se encuentran en las iglesias de la cristiandad.
La religión falsa no solo es engañosa y no satisfactoria, sino también mortífera. Produce un clima espiritual malsano que carece de amor genuino a Dios o al prójimo, que es deficiente en devoción genuina a las normas de la justicia verdadera. Es por eso que la Biblia representa a toda la religión falsa con el símbolo de “Babilonia la Grande,” una ciudad imperial llena de inmundicia. Revelación 18:4 da la advertencia: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” Toda la religión babilónica, así como sus apoyadores, serán destruidos en la venidera “tribulación grande” para que nada de su pensamiento enfermo infecte a los que sobrevivan y entren en el nuevo orden de Dios.
Entonces, ¿a dónde irá usted? ¿Con quiénes se asociará? La Biblia dice: “Sigue tras la justicia, la fe, el amor, la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Tim. 2:22) Los testigos de Jehová le invitan a usted a familiarizarse con ellos, a asistir a sus reuniones de congregación en sus Salones del Reino, participando con ellos en el estudio de la Biblia. Le invitan a descubrir usted mismo el ambiente espiritual que se experimenta allí. Sinceramente creemos que le parecerá fortificante, como el inhalar aire fresco después de salir de un lugar infestado de humoso aire contaminado. Vea usted mismo si las aguas puras de la verdad de la Palabra de Dios fluyen allí o no en toda su refrescante claridad.
Reaccione a la Palabra de Dios
Al adquirir conocimiento de la Palabra de Dios, usted apreciará la sabiduría de ésta, que puede mejorar inmensamente la calidad del vivir, aun ahora. Usted aprenderá, por ejemplo, el requisito de Dios de reemplazar nuestra “vieja personalidad” con una “nueva personalidad.” ¿Por qué? Bueno, ¿qué hará tan deseable la vida en el nuevo orden de Dios? Entre otras cosas la paz en toda la Tierra. El gritar, el pelear, el reñir afectan tanto la salud mental como la física. A los que buscan la vida en el favor de Dios, la Biblia les dice qué hacer ahora:
“Realmente deséchenlas todas de ustedes, ira, cólera, nocividad, habla injuriosa y habla obscena de su boca. No estén mintiéndose los unos a los otros. Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad.”—Col. 3:8-10.
Por supuesto, se necesitará tiempo para esto. Pero el progreso en esas cosas hará que la vida, la vida de familia en particular, sea mucho más deleitable. De modo que es necesario que los cristianos respondan a la Palabra de Dios.
El mentir, el defraudar, la borrachera y otras prácticas inmorales, como la fornicación, el adulterio y la homosexualidad, todas forman parte de la “vieja personalidad.” Corrompen y dañan física, mental y espiritualmente. Pero el consejo y las instrucciones de Dios son “vida a los que los hallan y salud a toda su carne.” (Pro. 4:22) Le muestran a usted cómo usar su tiempo y fuerzas en actividades constructivas, útiles, que son verdaderamente deleitables y remuneradoras. A medida que usted responda a la Palabra de Dios querrá proceder como dice el Salmo 97:10: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo.” Si usted hace esto, evitará lo que es malo. Y usted hará esto, no solo cuando no tenga oportunidad de hacer lo malo, sino a todo tiempo, porque usted ama lo que es correcto. Al rechazar los pensamientos y las inclinaciones incorrectos, usted ‘salvaguardará su corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.’ (Pro. 4:23) Esto es algo que es necesario hacer ahora a fin de prepararse para la vida eterna.
Su Creador le invita a usted de este modo: “Inclinen su oído y vengan a mí. Escuchen, y su alma se mantendrá viva.” (Isa. 55:3) No desatienda ni desperdicie la oportunidad que ahora tiene de aprender de Él el camino a la vida eterna. Use sus fuerzas mentales, emocionales y físicas ahora en Sus caminos correctos, para el propio bienestar eterno de usted y el de aquellos a quienes usted ama. Sí, prepárese ahora para un futuro interminable en el justo nuevo orden de Dios.