La subida de la potencia mundial angloamericana
DESDE el fin de la II Guerra Mundial las naciones occidentales y el bloque oriental comunista han estado en una lucha competidora que a veces ha estallado en violencia. La Gran Bretaña y los Estados Unidos, como potencia mundial combinada o binaria, han conducido a las naciones occidentales en la resistencia a la expansión del comunismo.
Después de veinticinco años de guerras frías, de actos provocativos por ambos lados y guerras calientes, la situación mundial todavía está tensa y peligrosa, como lo demuestran las condiciones en el Oriente Medio, Asia del sudeste y en otras partes. ¿Qué traerá el futuro? ¿Será aniquilación en una guerra nuclear global? ¿Hay alguna esperanza de que alguna vez se realice paz permanente? Ciertos datos que tienen que ver con la potencia mundial angloamericana esclarecen el asunto.
Relación estrecha
Por largo tiempo ha existido una relación estrecha entre la Gran Bretaña y los Estados Unidos. En 1946 Winston Churchill habló de ella como una “relación especial,” una “asociación fraternal.”
Esta relación se manifestó claramente durante la I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial. Fue la combinación de las máquinas militares y los recursos económicos de estas dos naciones lo que las hizo derrotar el poderío militar de Alemania y sus aliados en esas dos guerras. La bomba atómica que desempeñó un papel tan prominente para decidir el resultado de la II Guerra Mundial fue el resultado de un esfuerzo conjunto de científicos británicos y norteamericanos. Pero eso no es todo.
Ha sido la asociación de estas dos naciones y su iniciativa lo que ha desempeñado papeles claves en el establecimiento de sistemas para comercio y finanzas mundiales. De hecho, las monedas básicas que se usan en el comercio internacional han sido la libra esterlina británica y el dólar norteamericano. Otra indicación de la influencia mundial de la combinación angloamericana es el hecho de que estas dos naciones fueron la fuerza iniciadora detrás de la formación de la Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas.
Poca duda puede haber de que la potencia mundial angloamericana ha ejercido una profunda influencia en los asuntos mundiales de este siglo veinte. Aunque la Gran Bretaña y los Estados Unidos han tenido algunas diferencias de opinión, han tenido, en conjunto, una estrecha asociación que las ha constituido una potencia mundial binaria sin igual en la historia. Sobre este punto el Saturday Evening Post del 1 de julio en 1967 declaró lo siguiente: “A Winston Churchill le complacía señalar al hecho de que los Estados Unidos y la Gran Bretaña juntos formaban una combinación que no podía ser desafiada. Esto todavía es cierto, imperio o no imperio, agotamiento de oro o no agotamiento de oro.”
Tomando nota de la relación estrecha entre los dos países, el embajador británico en los Estados Unidos dijo en un discurso pronunciado el 22 de mayo de 1963 estas palabras: ‘Hoy creo que nuestros dos gobiernos están cooperando el uno con el otro más estrechamente de lo que lo han hecho jamás cualesquier otras dos potencias libres y soberanas en tiempo de paz. . . . Ninguna alianza de la historia ha ejercido tanto poder como el de la asociación angloamericana desde el día de 1941 en que servimos como camaradas en armas.” Esta asociación es significativa, puesto que se predijo en la profecía bíblica.
Principio temprano
Hace mucho tiempo el Imperio Romano plantó en realidad la semilla para la potencia mundial angloamericana. Según la historia bíblica, el Imperio Romano fue la sexta potencia mundial de una serie que comenzó con Egipto de la antigüedad, o la cuarta potencia contando desde Babilonia. Como se predijo, la potencia mundial angloamericana, descrita como un ‘cuerno que habla cosas grandiosas,’ habría de brotar del Imperio Romano. (Dan. 7:7, 8, 23, 24) ¿Cómo se produjo esto?
Cuando los ejércitos romanos llegaron a Bretaña en el primer siglo antes de nuestra era común, la hicieron parte del Imperio Romano. Así llegó a estar firmemente establecida allí la sexta potencia mundial con su capital local en Camulodunum, que ahora es Colchester. Antes de que llegaran los romanos, aquella tierra estaba dividida entre aproximadamente treinta tribus de la gente. Después de ser sometidas estas tribus, aquella zona constituyó la división occidental de las provincias europeas romanas.
Bajo la protección romana Bretaña prosperó, y se levantaron aproximadamente noventa y dos poblaciones allí. Reconociendo este dominio romano de Bretaña como el principio de la historia de la Gran Bretaña, el libro The Historians’ History of the World, por Henry Smith Williams, declara: “Se puede decir que la historia de la Gran Bretaña comenzó cuando las legiones de César desembarcaron en la costa meridional de Inglaterra.” Así vemos el enlace entre el Imperio Romano y la potencia mundial angloamericana o séptima potencia mundial.
Por qué es significativa la fecha de 1763
La primera aparición de la séptima potencia mundial fue en 1763, cuando la Gran Bretaña llegó a ser la potencia comercial preeminente del mundo. Fue en ese año que se apoderó de la mayor parte de las posesiones francesas en la América del Norte al concluir la Guerra de los Siete Años, que envolvió a casi toda nación de Europa y se libró en todo el mundo... en la India, América del Norte, Alemania y en alta mar. Ahora la semilla que había plantado el Imperio Romano se había convertido en una poderosa organización que con el tiempo llegaría a ser una potencia mundial binaria, predicha en la Biblia en Revelación 13:11 bajo el símbolo de una bestia salvaje que “tenía dos cuernos semejantes a los de cordero” pero que “empezó a hablar como dragón.”
El hecho de que la Guerra de los Siete Años, que comenzó en 1756 y terminó en 1763, marcó el surgimiento de la Gran Bretaña como potencia mundial se hace notar en la Encyclopædia Britannica en su edición undécima. Dice: “Esta guerra puso los cimientos del imperio británico. . . . Los tratados de París (10 de febrero de 1763) y Hubertsburg (15 de febrero) marcaron una etapa importante en la historia de Europa. Por el primero [de los tratados] la Gran Bretaña surgió de la guerra como potencia imperial con posesiones por todo el mundo.”
Aunque la Gran Bretaña perdió sus colonias norteamericanas en la Guerra Revolucionaria que comenzó en 1775, continuó ensanchándose en otras partes como potencia mundial. De 1798 a 1805 cuadruplicó su zona de control en la India y para 1818 era la gobernante soberana allí. Durante el reinado de la reina Victoria (1837 a 1901) zonas adicionales de la India, así como de Birmania y grandes porciones del África llegaron a estar bajo control británico.
Cuando murió esta reina el Imperio Británico poseía un kilómetro cuadrado de cada cuatro del área terrestre del mundo, de modo que surgió el dicho de que ‘el Sol jamás se pone en el Imperio Británico.’ Se ha dicho que de cada cinco personas en el mundo una era súbdito británico. Debido a su poder marítimo se decía que ‘Bretaña rige las olas.’ Pero, ¿cómo llegó a ser la Gran Bretaña, como la séptima potencia mundial, una potencia binaria, una potencia que desempeña un papel importante en los acontecimientos mundiales de la actualidad?
Aparece la potencia binaria angloamericana
El principio del cambio vino cuando las colonias norteamericanas, que originalmente eran británicas, se desprendieron para formar una nación separada: los Estados Unidos de América. No pasó mucho tiempo antes de que el Imperio Británico y esta nueva nación estuvieran trabajando juntos en una asociación. Esto fue al tiempo de la Doctrina de Monroe en 1823.
Fue más o menos en ese tiempo que la Gran Bretaña se alarmó cuando varios gobiernos europeos instaron a Francia a enviar tropas a la América latina para ayudar a restaurar allí el gobierno real español y portugués. Sugirió a los Estados Unidos que ambos países deberían expedir una notificación conjunta que advirtiera a los gobiernos europeos que no se metieran con las Américas.
Los Estados Unidos decidieron obrar solos y expidieron la Doctrina de Monroe, la cual declaraba que resistirían todo esfuerzo de aquellas naciones por colonizar o dominar las Américas. Comentando sobre esto, la World Book Encyclopedia, en su edición de 1966, dice: “Pero la doctrina debió su eficacia más al poder marítimo británico que a la norma norteamericana.” En aquel tiempo los Estados Unidos todavía eran relativamente débiles.
Durante la guerra entre España y los Estados Unidos en 1898 Gran Bretaña y los Estados Unidos estrecharon más sus nexos. La New Cambridge Modern History por G. N. Clark, pág. 580, indica esto: “Una guerra que subsecuentemente tuvieron los Estados Unidos con España estrechó este sentimiento. El gobierno y el pueblo de los Estados Unidos reconocieron la ventaja que derivaron de la buena voluntad de la Gran Bretaña en su hora de necesidad, y las dos naciones fueron atraídas a una unión como quizás ningunas otras dos naciones hayan sido atraídas a una unión antes.” Esta relación estrecha ha continuado hasta el siglo veinte, como hemos visto, y el resultado es una potencia mundial binaria.
En muestra de que esta potencia mundial todavía ocupa una posición poderosa en los asuntos mundiales, The Washington Post, en su número del 28 de septiembre de 1969, comentó sobre la presencia militar de los Estados Unidos en otros países. Declaró que esta presencia existe en sesenta y ocho países extranjeros y entonces dijo: “Verdaderamente, el Sol nunca se pone en los desconcertantes enredos militares de los Estados Unidos.” De modo que la influencia de la potencia mundial angloamericana todavía se siente por todo el mundo aunque la Gran Bretaña ya no tiene el vasto imperio que tuvo en otro tiempo. Pero ahora las naciones comunistas están desafiando esta influencia.
¿Qué significa todo esto para usted?
Usted es afectado hoy por el “empuje” que hay entre la potencia mundial angloamericana y el bloque de naciones comunistas. Si esto estallara en una guerra nuclear de alcance mundial, todo el mundo sería afectado de manera aterradora.
Si esta competencia se desarrollara hasta un desplome económico de parte de la potencia mundial angloamericana, es sumamente probable que usted sería afectado económicamente. ¿Por qué? Porque hoy la salud económica de muchas naciones depende de una u otra manera del bienestar económico de la potencia mundial angloamericana. Pero, ¿adónde puede usted dirigirse para obtener información confiable acerca del futuro?
La Biblia contiene la información que usted necesita. Esta no solo predijo la subida de la potencia mundial angloamericana, sino también que participaría en un empuje con el bloque de naciones comunistas. Cuando predice esto, llama a estas potencias políticas el “rey del sur” y el “rey del norte.”—Dan. 11:40.
Lo que dice la Biblia acerca del futuro de la potencia mundial angloamericana y el “rey del norte” comunista puede darle a usted esperanza genuina de mejores condiciones mundiales. No predice victoria para ninguna de esas potencias sobre la otra, sino más bien muestra que las dos tendrán su fin. Serán reemplazadas por el reino de Dios en las manos de Jesucristo, y es este gobierno el que realmente traerá paz mundial permanente.—Dan. 2:44; Isa. 9:7; Sal. 37:11.