¿Usar o no usar?
LA ESCENA: Una tienda de ropa para caballeros en una ciudad en casi cualquier parte del mundo occidental.
El reparto: Un moderno vendedor de ropa vestido a la moda y un caballero que desea nueva indumentaria.
“¿Es un traje nuevo lo que desea?” pregunta el vendedor. “Tenemos una extensa variedad entre la cual usted puede escoger. Como usted sabe, ya no está limitado en su selección de telas, estilos y colores. No hace mucho solo había trajes de color café, gris o azul. Pero ahora la selección es tan llena de colorido como el arco iris.
“Tenemos la tendencia más reciente... la silueta modelada. Da un realce sutil a la cintura. Se le realza con solapas anchas y alas de bolsillo proporcionadas. Usted puede escoger entre una variedad de telas a cuadros, rayas, palmeadas o patrones geométricos. ¿Qué le gustaría?”
“Déjeme pensarlo un rato. ¿Qué tiene en camisas?”
“¿Quisiera ver algunas de nuestras camisas de última moda? Se va haciendo más común entre los hombres preferir camisas con diseños atrevidos o un solo tono destacado, como amarillos, verdes, rojos y azules brillantes. Otros prefieren camisas en colores de matiz suave. Sí tenemos camisas blancas, pero están perdiendo popularidad en estos días.”
“¿Tiene usted corbatas que vayan bien con esas camisas?”
“Claro que sí, y son de última moda... grandes, anchas y llenas de colorido. Pero también tenemos corbatas de estilo inglés o bufandas, porque muchos caballeros las usan en vez de corbatas. Para otros, las túnicas, los suéteres de “cuello de tortuga” y los volantes de adorno han reemplazado la corbata. Le podemos suministrar cadenas, pendientes y collares, si usted desea ese toque adicional. Puesto que muchos se interesan en la astrología en estos días, algunas de nuestras joyas para hombres llevan varios signos del zodíaco.
“Y, a propósito, ¿por qué no le echa una mirada a estos abrigos? Usted puede escoger de estilos como un abrigo de los que se envuelven alrededor del cuerpo, hecho de vellón de color gris peltre con cuello ancho y cinturón ceñido de la misma tela. Puede comprar un abrigo maxi, de la variedad extralarga, con la cintura destacada y ensanchado en el borde. Aquí está un abrigo de piel de visón, cruzado, con un cuello grande y solapas y cinturón anchos, también un abrigo de piel de leopardo brasileño con pantalones cortos bombachos que son de la misma tela.”
Sí, hay una enorme variedad de estilos de ropa disponible para los caballeros. Hay combinaciones de colores, patrones y diseños que habrían sido inconcebibles hace solo unos cuantos años. Como lo declaró el Express de Easton, EE. UU.: “Hoy los caballeros tienen mayor variedad de indumentaria que en cualquier tiempo en los pasados 100 años. . . . Esto no quiere decir que el traje con chaquetón que no cruza, de tres botones, sea anticuado. No. Sino que no es la ÚNICA COSA que el hombre puede usar y llamársele bien vestido. Puede usar cualquier cosa desde un traje de un solo botón hasta un traje de seis botones (si es cruzado). Y puede usar una corbata con diseños con una camisa con diseños, una combinación que hace una década era inconcebible.”
La pregunta es: ¿Usar o no usar?
Lo que ha llevado a las nuevas modas
¿A qué se debe esta explosión de colores y estilos que no hace muchos años habría hecho un hazmerreír del que los usara o habría hecho que la gente pusiera en tela de juicio su cordura y masculinidad? ¿Y cuándo comenzó todo?
En un informe especial el Britannica Book of the Year para 1970 dio la historia de las nuevas modas. La llamada “Revolución Pavo Real,” declaró, comenzó en 1957 en la calle Carnaby de Londres. Los primeros clientes principales de la calle Carnaby eran los Mods, jóvenes que tienen afición a la extremada nitidez de apariencia y un fuerte gusto por la ropa muy fina o elegante. Una de las cosas principales que buscaban los Mods era que su ropa fuera completamente diferente de la que usaban sus mayores. De modo que escogieron, por ejemplo, camisas de color de matiz suave, trajes de dos piezas bien cortados con pantalones sin ruedo y zapatos sin botonadura y con puntas excepcionalmente redondas.
Entonces en los años 60 la industria de ropa para caballeros en general echó otra ojeada a la calle Carnaby, venció su escepticismo y “estalló en un frenesí de actividad.” Hasta las tiendas conservadoras se adhirieron a la causa popular de las modas nuevas. Casi toda población de Inglaterra pronto tenía una boutique donde los jóvenes podían comprar la clase de ropa que se ponían cantantes populares como los Beatles.
Después, muchos jóvenes se dieron a usar drogas. Y estos jóvenes que tomaban drogas “quisieron ropa que reflejara su guerra total contra la sociedad, que no tuviera nada que ver con ninguna cosa que hubiera sucedido antes... que, de hecho, fuera tan desenfrenada como su mente.”
Otro acontecimiento prominente que dio ímpetu a las nuevas modas fue el surgimiento del culto del diseñador de ropa para caballeros. Los diseñadores emprendieron el trabajo de alterar hasta cierto grado el diseño de las nuevas modas para hacer que parecieran menos extremadas al público. Vendieron su nombre a los fabricantes de ropa e hicieron disponibles sus diseños al público en masa. Y por eso al terminarse los años 60 los hombres estaban usando casi todo lo que les parecía que les quedaba bien.
Los diseñadores mismos ven otro factor entre los que han hecho posible para ellos vender las nuevas modas al público en masa. La mayoría de ellos, como informó la revista Life, “atribuyen a los hippies, que obviamente no son dandíes, el hacer posible el retorno al dandismo, simplemente por haber demostrado que el individuo puede usar casi cualquier indumentaria de aspecto raro en público... si se atreve.”
También da razón del caleidoscopio de color el énfasis que se da a la juventud. Acostumbrados al color, el ruido, las luces brillantes y el arte psicodélico, los jóvenes se visten en correspondencia con su medio; y ahora muchos hombres de más edad han adoptado estilos semejantes a los de ellos.
Tampoco debe pasarse por alto el efecto que ha tenido en el público la televisión a colores, en la cual hasta los reporteros se presentan con indumentaria muy llena de color. Otro factor es las influencias sutiles y las preferencias de las mujeres. Muchas mujeres desean que sus novios y esposos se vistan tan coloridamente como ellas.
Es obvio que, con tanto de donde escoger en las modas para caballeros, siga presentándose la pregunta: ¿Usar o no usar? ¿Qué le ayudará a usted a contestar esta pregunta?
El vestir, un reflejo de la moralidad
El asunto de la moralidad está envuelto en la ropa. Una autoridad prominente en la moda masculina moderna, John Taylor, de Londres, expresa el punto de vista de que ciertos estilos de ropa extremados reflejan la actitud y moralidad de la generación. Da esta explicación: “La forma de la moda surge de actitudes que ya existen.” Como lo expresa otra referencia: “Hay una relación íntima entre la indumentaria y los modales.”
Bien conocida es la moralidad de este sistema de cosas que rápidamente degenera. Usted sabe que en todas partes hay un derrumbe de la moralidad, de manera que la falta de modestia, la conducta relajada y la fornicación, el adulterio y la homosexualidad cunden desenfrenados. En algunos sectores los homosexuales, por ejemplo, se visten de una manera que los identifica. Aunque las prendas de vestir quizás no sean incorrectas en sí, si uno se viste de esa manera de seguro dejará cierta impresión en cuanto a su norma de moralidad. Igualmente, si usted se da cuenta de que una norma moral elevada no puede armonizar con pantalones que queden tan ajustados que revelen todo contorno del cuerpo y enfaticen lo sensual, puede buscar dónde comprar indumentaria menos ajustada. Alguna ropa para caballeros queda tan ajustada ahora que muchas veces los que usan ese estilo tienen que usar bolsas de mano porque en los bolsillos de sus ajustadas prendas de vestir no tienen suficiente espacio.
De consiguiente, la moralidad está envuelta en la pregunta: ¿Usar o no usar? Y especialmente si uno es cristiano no quiere que su selección de ropa refleje una actitud que realmente no posee o que no comparte con los que han desechado la restricción moral. Si uno quiere ser reconocido como cristiano no puede dejarse guiar por el ejemplo de aquellos cuya manera de vestir realmente refleja pensamientos inmorales.
Modestia y moderación
Si usted realmente desea evitar extremos o ropa que puede dar una impresión desfavorable de usted, considere los principios orientadores de la Santa Biblia. El apóstol cristiano Pablo, al escribir acerca de la indumentaria apropiada para las mujeres, dijo que deberían vestirse “con modestia y buen juicio.” (1 Tim. 2:9, 10) Este principio también aplica a los cristianos. El seguirlo es el proceder sabio, como dice el proverbio inspirado: “La sabiduría está con los modestos.”—Pro. 11:2.
La Biblia también alista como algunos de los requisitos del superintendente cristiano que sea moderado en los hábitos y de buen juicio. (1 Tim. 3:2) Debe evitar el ser exagerado, el tratar de resaltar como diferente de sus asociados cristianos. De modo que es necesario considerar los principios de la modestia y de la moderación al comprar ropa.
El demasiado interés en estar a la moda tiende a minar la modestia del individuo. Y también tiende a ser reflejo de una inclinación a imitar prestamente a este sistema de cosas mundano. El individuo puede desarrollar una actitud de siempre imitar al mundo, y esto puede resultar en dificultades no solo en el modo de vestir, sino también en otros aspectos de la vida. El consejo sabio de la Biblia es: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas.”—Rom. 12:2.
¿Cómo lo considerarán otros?
Si usted es cristiano, otro factor que puede considerar al escoger ropa, especialmente para ocasiones más formales, es éste: El efecto que tendrá lo que usted use en la actitud de otros para con el ministerio cristiano de usted. El apóstol Pablo, al aconsejar a los cristianos, dijo: “Sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios.” (1 Cor. 10:31) Y también escribió: “De ninguna manera estamos dando causa alguna para tropiezo, para que no se halle nada censurable en nuestro ministerio; antes bien, de toda manera nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios.”—2 Cor. 6:3, 4.
Por consiguiente, una pregunta que debe considerarse seriamente es: ‘¿Evoca comentarios de asombro mi manera de vestir?’ Si los comentarios de asombro provienen de cristianos maduros, es algo acerca de lo cual pensar y debería exigir un reavalúo de la ropa. Si compañeros cristianos muestran asombro por el estilo de vestir de usted, ¿qué pueden estar pensando aquellos a quienes usted predica?
Otra cosa que usted puede preguntarse es ésta: ‘La ropa que yo escoja, aunque no sea extremada, ¿hará que la gente me identifique con los grupos rebeldes o violentos de la sociedad?’ El cristiano verdadero no está en rebelión contra la sociedad, sino que es ‘obediente a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes.’ (Tito 3:1) De modo que si esto es lo que usted afirma, no querrá expresar por su indumentaria una actitud de rebeldía; esto no recomendaría su ministerio cristiano.
No se pueden establecer reglas para escoger la ropa, porque los estilos difieren de continente en continente, de país en país. Lo que se acepta en un país puede hacer que una persona sea encarcelada en otro. Y hasta en un solo país, un estilo puede ser aceptable en una parte del país y en otra no. Pero dondequiera que usted viva, los principios orientadores de la Biblia lo capacitan a usted a escoger ropa que exprese su personalidad y no obstante le permita estar vestido apropiadamente a la vista de los cristianos maduros.
Vista en armonía con sus rasgos personales
Otro punto que debe tenerse presente es que la gente a menudo escoge la ropa debido a su atracción particular a la vista y las interesantes combinaciones de color, cuando realmente sería mucho mejor que el individuo escogiera estilos y colores que realzaran su propia apariencia.
Usted puede guiarse en su selección de la ropa por el color de su pelo y de sus ojos, por la forma de su cara, por la estructura de su cuerpo, por su cutis, etc.
Con la gama extensa de colores en ropa para caballeros hoy día, hay pocos problemas en cuanto a escoger los colores que cuadren con el pelo y cutis de uno. Uno puede acercar la tela a su rostro. Si el tono de cierto color parece desfavorable, entonces quizás otro matiz del mismo color sea más adecuado. Haga la prueba a la luz del día así como bajo luz artificial, puesto que esta última, si es de tungsteno, tiende a amortiguar los colores.
Al escoger ropa, es prudente el tener presente la regla general de los contrastes. Así, un hombre de pelo oscuro, o uno que haya sido muy tostado por el sol, por lo general se ve bien con ropa de colores claros. Los hombres de pelo rubio, por otra parte, se ven bien con ropa oscura.
Ropa cómoda que esté dentro de lo que uno pueda pagar y sea de buen gusto es lo deseable. La mayoría de los hombres descubren que resulta provechoso comprar ropa de buena calidad, aunque haya un mayor desembolso inicial. La ropa de buena calidad dura más y, si se cuida apropiadamente, continúa siéndole útil por un período mucho más largo que la de material más barato e inferior.
Decidiendo
La persona sabia es la que, ni es la primera en adoptar una nueva moda, ni la última en dejarla. Además, hoy en muchas partes del mundo la moda no impone conformidad estricta. De modo que la persona puede con toda libertad, aun desde el punto de vista de la moda misma, vestirse de manera modesta y agradable.
¿Usar o no usar? Esa es una pregunta que debe contestarse, no simplemente según los gustos y aversiones personales, sino en armonía con las normas de lo correcto ante Dios. Cuando considere los estilos de ropa, pregúntese: ‘¿Son modestos? ¿Sería el usarlos consistente con el principio de ser moderado, y así evitar el ser exagerado? ¿Tenderían a identificarme con algún grupo indeseable de la comunidad?’ Recuerde que si usted quiere demostrar que es cristiano, entonces no es lo que aprueba una sociedad en decadencia moral lo que gobernará su selección. Más bien, será su deseo de recibir la aprobación de Dios.