Rio y su internacional festival de la canción
POR EL CORRESPONSAL DE “¡DESPERTAD!” EN EL BRASIL
MUCHO sol, hermosas y atractivas playas, una bahía espectacular con un fondo de elevadas montañas... ¡aquí está algo que inspiraría a muchas personas a cantar! Sea que el clima y el paisaje tengan algo que ver con ello o no, ha llegado a existir en Rio de Janeiro un festival musical mundial. ¿Su propósito? Promover un mejor entendimiento entre los pueblos de todas las naciones por la música. ¿Cómo es?
El Festival Internacional de la Canción Popular, que se fundó hace unos cinco años, sigue las líneas generales de otros festivales selectos, como el de San Remo, en Italia. Sin embargo, la idea no fue hacerlo un festival “exclusivo,” sino con tantas personas presentes como fuera factible... personas que no simplemente serían observadoras, sino participantes que cantaran libremente las canciones que les gustaran más.
Pero, ¿dónde celebrar el Quinto Festival? Un lugar ideal fue el Gimnasio de Maracanãzinho, bajo la sombra de su tocayo colosal, el Estadio de Maracanã, el más grande del mundo. En el gimnasio pueden caber 30.000 personas sentadas cómodamente. Y se necesitarían todos los asientos, ya que la popularidad de este festival ha aumentado con cada año que pasa. Sin embargo, para celebrarlo el año pasado hubo que arrostrar el problema de la calidad decreciente de la música por todo el mundo. ¿Pudo hacer frente el festival a este desafío?
El festival consta de dos partes, la nacional y la internacional. La parte nacional se celebró del 15 al 18 de octubre de 1970, y en ésta se escogió una canción para representar al Brasil en la parte internacional, que tuvo lugar unos cuantos días después, del 22 al 25 de octubre. Unas treinta y cinco naciones estuvieron representadas el año pasado, abarcándose una variedad grande, desde la Argentina hasta Yugoslavia, incluso Hungría, el Japón, Suecia, los Estados Unidos, etc.
El año pasado el festival fue transmitido por televisión en colores directamente a varios países por satélite. Se suponía que alcanzara a unos 350 millones de personas. Pero, ¿realmente querría verlo esa cantidad de personas? David Raskin, presidente de la Asociación Americana de Compositores y Líricos, expresó su punto de vista, diciendo: “Posiblemente, el más elevado elogio que se podría dar al Festival de la Canción de Rio es decir que a un número grande de compositores estadounidenses les habría gustado haberlo visto en los Estados Unidos.”
Escogiendo las mejores canciones
Para el Festival de la Canción de Rio hay una selección previa de la música. Entonces, en dos noches diferentes, se presenta un grupo de unas veinte canciones, una por cada país representado. Entre las treinta y cinco canciones que se presentaron en 1970, se escogieron veinte para la presentación final. De éstas, diez se escogen como las mejores. Se dan premios en dinero y trofeos, siendo el trofeo principal un “Gallo de Oro,” símbolo del festival. Antes, durante y después de la presentación de las canciones hay una función en que presentan en general música hermosa cantantes y directores invitados que a menudo sirven de jueces en la competencia.
Se confía la selección de las mejores canciones a un jurado internacional compuesto de directores, músicos, cantantes, críticos musicales, etc. Sin embargo, la selección del jurado no siempre coincide con la selección de la gente. De modo que se organizó otro jurado por suertes el año pasado, un jurado “popular” que escoge canciones de acuerdo con el gusto general de la gente.
En 1970 los dos jurados se acercaron bastante en su selección, aunque la opinión del jurado oficial es la que prevalece. Como deseaban muchos, las canciones ganadoras fueron del tipo romántico. Una balada de la Argentina acerca de un campesino pobre inesperadamente ganó el “Gallo de Oro,” seguida de una melodía romántica de Yugoslavia. El Brasil quedó en tercer lugar, con un vals ‘soul,’ una pieza llena de contrastes y mucha gritería. También se presentaron trofeos al mejor cantante, compositor, lírico, director, instrumentista y combo.
Enfrentándose a la decadencia en la música
No hay duda de que la música influye intensamente en la gente, especialmente en los jóvenes. Ahora la tendencia es preferir música estrepitosa, ‘estridente,’ con un ritmo fuerte. Con tal que les guste el sonido o ritmo, es probable que los jóvenes no se interesen en si la letra expresa o no sus propias ideas y creencias. Sin embargo, los jóvenes cristianos deben recordar que la música popular tiene sus peligros. Primero, hay el peligro de “adoración de héroes.” Los cantantes y los jugadores no son héroes, pero los jóvenes inexpertos tienden a hacerlos eso. Así, cuando los famosos cantantes Jimi Hendrix y Janis Joplin murieron recientemente, según se afirma por abusar de las drogas, se hizo la sugerencia de ponerles los nombres de ellos a dos trofeos del festival. Sin embargo, varios jueces encargados de menores de edad, que se reunieron en un simposio al tiempo del festival, llamaron a esto “la glorificación de ejemplos deplorables.”
En segundo lugar, ¿qué dice la letra? ¿Expresa pensamientos lascivos, inmorales? ¿Tiene alguna relación con la religión falsa, como alguna de la “bossa nova” y otra música brasileña? “Acuario,” una canción muy popular hace algún tiempo, glorificaba a la astrología, una forma de adivinación arraigada en la religión babilónica pagana y una práctica condenada en la Biblia. (Isa. 47:13, 14; Rev. 18:21-23) En consecuencia, canciones de esta clase no son adecuadas para un cristiano verdadero.
Los jóvenes también deben recordar que la música no es la cosa más importante de la vida. Por eso, ¡qué hay del tiempo y dinero que se gasta en el intercambio de discos, escuchando todas las “más nuevas y estridentes grabaciones”? Es preciso que el cristiano verdadero también se mantenga equilibrado en este asunto de la música.
El Quinto Festival Internacional de la Canción Popular en sí no se escapó de la tendencia general decadente de la música. Así, pues, Wilson Simonal, un cantante brasileño muy popular que presidió el festival anterior, dijo: “El Quinto Festival de la Canción es tan malo, tan malo, que no creo que se celebre el Sexto.”
A muchas personas les pareció que había exagerado el asunto, pero obviamente se estaba refiriendo a algunas canciones presentadas tanto en la parte nacional como en la parte internacional. A pesar de la decadencia en la calidad de la música, nosotros como individuos podemos ejercer selección y todavía disfrutar de música hermosa.