¿Qué están obteniendo al comprar vino?
QUIZÁS usted jamás haya comprado una botella de vino. Sin embargo, para muchas otras personas el comprar vino es relativamente común. La mayoría de estas personas disfrutan de beber vino con moderación, a menudo con las comidas. No son alcohólicas. Pero, ¿qué están obteniendo las muchas personas que compran vino?
Clases de vinos
El vino es jugo de fruta fermentado, comúnmente el jugo de uvas. Hay dos categorías generales de vino: “seco” y “dulce.” Los vinos secos se producen dejando que el proceso de fermentación convierta la mayor parte del azúcar de la uva en alcohol, mientras que los vinos dulces son lo que resulta cuando el proceso de fermentación se detiene mientras todavía queda una considerable cantidad del azúcar de la uva. En algunas variedades de vino dulce se añade azúcar después de la fermentación.
En la elaboración de los vinos dulces por lo general el proceso de la fermentación se detiene añadiendo una pequeña cantidad de brandy. A los vinos que se les ha añadido brandy también se les conoce como “vinos de postre.” El brandy sirve para conservar el azúcar de uva que queda, y también aumenta el contenido de alcohol del vino. Aunque el contenido de alcohol de los vinos secos de mesa no pasa de 14 por ciento, el de los vinos de postre es de aproximadamente 20 por ciento.
Los vinos blancos se producen comúnmente de uvas blancas, aunque también se pueden usar uvas rojas si el jugo se separa rápidamente de la cáscara. Prescindiendo del color de la cáscara de las uvas que se usen para fabricarlos, la mayor parte de los vinos blancos se fermentan tan solo del jugo. En la producción del vino tinto, se permite que la pulpa y la cáscara de las uvas rojas se fermenten junto con el jugo. El pigmento natural de las cáscaras entra en el jugo, proporcionándole al vino su color tinto. Además, sustancias como el tanino de las cáscaras y semillas contribuyen a darle al vino tinto un sabor más fuerte que el del vino blanco. Los vinos rosados son el resultado de dejar que el jugo se fermente con uvas rojas trituradas por un tiempo corto, después de lo cual se decanta el jugo para que continúe fermentándose solo.
Vinos espumosos como el champaña y el borgoña espumoso son efervescentes debido a la presencia de anhídrido carbónico. Se forma anhídrido carbónico natural durante un segundo proceso de fermentación en recipientes cerrados, ya sea en la botella en que se vende el champaña o en tanques grandes forrados de vidrio. Los productos fermentados en botella, por supuesto, son más caros que los champañas elaborados a granel. Variedades todavía más baratas son carbonatadas artificialmente.
La calidad y variedad de las uvas que se usan tiene relación directa con la calidad de los vinos que se producen de ellas. Aunque se han hecho vinos de mala calidad de uvas buenas, nunca se puede producir buen vino de uvas malas. No solo tienen que ser las uvas de una variedad buena; también el suelo y el clima tienen que ser adecuados para la clase particular de uvas que se use. Las uvas que se cultivan en valles montañosos fríos y en laderas son las mejores para la mayoría de los vinos de mesa. Pero para los vinos dulces las uvas que se dan bajo el sol de valles más calurosos y en zonas casi desérticas son superiores.
El contenido de azúcar natural de las uvas es mayor cuando el tiempo es asoleado más bien que nublado y lluvioso. Por lo tanto, en Francia y Alemania, donde el clima es más variable que en las regiones vinícolas de Italia, España y California (EE. UU.), la calidad del vino varía a mayor grado de año en año. Por consiguiente, particularmente en relación con los vinos alemanes y franceses, muchas personas consideran importante saber la vendimia del vino, es decir, el año en que se cultivaron las uvas y se produjo el vino.
Por qué se seleccionan ciertos vinos
A menudo se seleccionan los vinos para beberlos con determinados alimentos. Aunque muchas veces se exagera cuando se dice que cierta clase de vino es el mejor complemento de un platillo en particular, hay unas cuantas combinaciones básicas que han hallado aceptación general.
Por lo general se considera que los vinos secos de mesa son los que mejor van con el platillo principal. Puesto que los vinos tintos de mesa tienen sabor más fuerte que los vinos blancos de mesa, se recomiendan los vinos tintos con las carnes rojas de sabor más fuerte. Pero los vinos blancos de mesa van bien con los mariscos y con la carne blanca de las aves. Un vino tinto o blanco de mesa se puede usar con carne oscura de aves. El jerez y el champaña se usan popularmente como aperitivos, y los vinos dulces de postre se sirven comúnmente con los postres.
Adulteración de vinos
No todas las personas que compran vino obtienen aquello por lo que pagan. Debido a la adulteración ilegal de varios vinos italianos, por ejemplo, muchas personas en años y meses recientes sin saberlo han comprado mezclas hechas de manzanas y melazas, forraje, higos y dátiles, alcohol sintético y sangre de buey seca. Se informa que la policía italiana descubrió aproximadamente treinta y ocho millones de litros de vino adulterado tan solo en 1970. Esto sugeriría que todo el que compre vinos, especialmente los viajeros, deben ejercer cuidado. En vez de dejarse inducir a comprar un vino que tenga una etiqueta ostentosa, uno mostrará prudencia si compra un producto que conoce.
Una forma más moderada de adulteración que ha preocupado a muchos es el uso extenso de aditivos químicos en los vinos, especialmente en las variedades de combinación. Se han usado aditivos para conservar vinos, para aclararlos y para mejorar su sabor y apariencia. Algunas personas, conscientes de un posible peligro a la salud por beber vino que contenga esos aditivos químicos, piensan que es mejor beber vinos hechos en casa u obtener un producto (a menudo un vino sin combinaciones) que saben que está comparativamente libre de aditivos químicos.
Al seleccionar vinos importados, algunas personas consideran importante averiguar si los embarcadores o importadores en realidad tienen buena reputación. También examinan la etiqueta para ver si están obteniendo un producto auténtico. Por ejemplo, las palabras Appelation Contrôllée (nombre controlado) designan a un vino francés auténtico y la expresión Original-Abfüllung que precede al nombre del productor certifica a los vinos alemanes embotellados en fincas.
Un asunto de mayor interés
No obstante, prescindiendo de lo bueno que sea un vino, puede llegar a ser perjudicial para el comprador si no lo usa con moderación. El alcoholismo es un serio problema de salud en muchas partes de la Tierra. En Francia, por ejemplo, donde se consume mucho vino, uno de cada tres pacientes masculinos encamados en un hospital está allí por beber en exceso. Una obra de consulta médica (The Pharmacological Basis of Therapeutics, publicada por Louis S. Goodman y Alfred Gilman, cuarta edición, 1970, página 291) declara:
“El gran papel que desempeña la producción y el consumo de bebidas alcohólicas en la vida económica y social de la sociedad occidental no debe permitir que minimicemos el hecho de que el alcoholismo es un problema más significativo que el de todas las otras formas del abuso de drogas en combinación. Cinco millones de norteamericanos exhiben alguna forma de alcoholismo, y aproximadamente el 5% de éstos con el tiempo alcanzan el nivel de delincuentes o borrachines empedernidos. Se ha calculado que en los Estados Unidos se pierde un total de 750 millones de dólares al año en posibles salarios, delincuencia, accidentes y atención médica y de custodia; y el costo en hogares rotos, vidas desperdiciadas, pérdida para la sociedad y desdicha humana es incalculable.”
Es obvio que la esclavitud al vino o a cualquier otra bebida alcohólica es enteramente indeseable. Los cristianos en particular tienen toda razón para evitar esa clase de esclavitud. El uso imprudente de las bebidas alcohólicas de parte de ellos traería oprobio al nombre de Dios y a la congregación con la cual están asociados. De hecho, podrían perder completamente el favor de Dios, pues 1 Corintios 6:9, 10 claramente dice que los borrachos no heredarán el reino de Dios.
En cuanto a los cristianos que toman bebidas alcohólicas con moderación, siempre deben recordar que aun entre sus compañeros cristianos quizás haya personas para quienes las bebidas alcohólicas hayan sido o continúen siendo un problema. Por lo tanto, ¿verdad que sería una bondad no animar a otros a beber cuando rehúsan hacerlo? También, si uno conoce a personas que tienden a beber en exceso o que han tenido problemas en cuanto a ejercer gobierno de sí mismas en el pasado, ¿verdad que sería apropiado abstenerse de ofrecerles bebidas alcohólicas o hasta abstenerse de tomar bebidas de esa clase en presencia de ellas?
Por eso lo que la gente obtiene cuando compra vino no depende solo de su selección, sino también de la manera en que usa el vino. Para la persona que bebe vino con moderación, el comprarlo puede añadir un poco de gozo extra a su vida. Como dice el Salmo 104:15: “Vino que regocija el corazón del hombre mortal.” Por otra parte, el comprador que usa vino sin ejercer moderación, o manifiesta mal juicio al servirlo a otros, está obteniendo algo que potencialmente es muy peligroso.