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  • Majestuosos monumentos de Australia
  • ¡Despertad! 1972
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¡Despertad! 1972
g72 22/8 págs. 25-26

Majestuosos monumentos de Australia

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Australia

AUSTRALIA central es una tierra de curiosidades y maravillas. En nada es más asombrosa que en sus increíbles formaciones rocosas y montañosas. Aquí, por ejemplo, existe una maravilla sin igual... la piedra más grande del mundo. Está completamente sola, irguiéndose abruptamente en una llanura. Se llama la Roca Ayers, se levanta a más de 335 metros sobre la circundante llanura y tiene cerca de tres kilómetros de longitud. ¡Imagínese un vasto y sólido domo de piedra arenisca que abarca una zona de 486 hectáreas y que mide más de ocho kilómetros en su base!

Puede obtenerse una idea del inmenso tamaño de este monolito por medio de poner contra la faz de la roca el famoso Puente del Puerto de Sydney (desde el nivel del agua hasta la punta del arco), añadirle a esto un edificio de 10 a 12 pisos, y los dos juntos no llegarían a la cima de la cara del peñasco. O, represéntese una piedra apenas 32 metros más baja que la altura original del edificio Empire State o 48 metros más alta que la Torre Eiffel.

Durante el día, la áspera roca arenisca ofrece admirables y siempre cambiantes matices de colores. Y durante el amanecer y el atardecer, resplandece desde un púrpura oscuro hasta un anaranjado brillante.

Cañones, grietas y desfiladeros pintorescos

A unos treinta y dos kilómetros de la Roca Ayers están las Olgas. En contraste con la Roca Ayers, éstas son una agrupación de enormes monolitos. Separadas por profundos y angostos cañones, estas altas y fantásticas formaciones rocosas cubren cuarenta kilómetros cuadrados. El pico más alto, el monte Olga, es más alto que la Roca Ayers, con casi 550 metros de alto. Árboles gomíferos de tronco blanco sobresalen, contorsionándose en extrañas y bellas formas en contra de la llameante roca roja y las frías sombras púrpuras.

Otros majestuosos monumentos de la Australia central son las cordilleras Macdonell. Después de mil seiscientos kilómetros de planicie, uno se encuentra con esta barrera cortando el paso. La primera impresión es la de una alta e inescalable muralla que corre de este a oeste hasta donde uno puede ver, sí, por unos 400 kilómetros. De un extremo al otro evocan un sinfín de maravillas. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, estas cordilleras están atravesadas por profundas hendiduras, por las cuales en ocasiones fluyen arroyos. Algunas de estas hendiduras tienen solamente seis o nueve metros en su parte más ancha. Pero las paredes de roca a ambos lados tienen de 120 a 150 metros de alto.

Las cordilleras son de una impresionante piedra roja cubiertas con una capa de verde hierba espinosa. Extrañamente hermosas, son de formas extraordinarias, tales como domos en forma de tortuga, discos de canto, y cubos apilados. Un admirador entusiasta que voló por encima de estas cordilleras, las describió de la siguiente manera: “Había cordilleras y picachos, monolitos rocosos, cúpulas, hendijas, cavidades y estanques ahuecados rodeados de rojas colinas por todo el horizonte . . . convexas, cóncavas, en forma de concha, y erguidas de canto o inclinadas, en un increíble laberinto a través del cual las corrientes de agua profundamente emparedadas de algún modo se habían abierto camino.”—I Saw a Strange Land, por Arthur Groom.

Entre los pintorescos cañones esparcidos por estas cordilleras, está el cañón de King. Sus paredes se alzan a más de 270 metros de altura. Esta hendidura tiene más de 1.600 metros de longitud. Algo que también lo deja a uno sin aliento es la grieta Standley. Las paredes de esta extraordinaria grieta de 76 metros de altura están a solo cinco metros de distancia la una de la otra. Es tan dura la roca roja de esta grieta que apenas puede ser astillada con un martillo.

Cuando el sol da sobre toda esta zona desde diferentes ángulos, ¡este escenario ya preparado se incendia! De repente aparecen colores donde momentos antes aparecía oscuro e inanimado, transformándolo en un nuevo escenario con cada hora que pasa. Al alba, los colores crema, rosado y rojo se transforman en un nebuloso azul, y a la puesta del Sol el lugar se pinta de oro fundido.

En Australia occidental se yergue otro de estos raros y majestuosos monumentos en roca. Es la famosa “Roca Wave” cerca de Hyden, a unos 380 kilómetros al este de Perth. Su composición de granito, con un frente en forma de ola es el resultado de la erosión del viento que la desgastó dándole la forma de una ola de quince metros a punto de romperse.

La inmensidad y asombrosa apariencia de todos estos rasgos sobresalientes han impresionado fuertemente a todos los que los han visto. Dijo un visitante: ‘No creo que nadie pueda ver las extrañas cimas de las Macdonnells, los tolmos Olga y el monolito Ayers, sin que su alma se sienta profundamente conmovida, o pueda volver sin sentirse mejor después de la experiencia.’ En las personas con inclinaciones devotas producen una irresistible sensación de maravilla y admiración ante estas espectaculares manifestaciones de la mano de obra del Creador.

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