La Hacienda Watchtower... sin igual en muchos aspectos
HAY muchas granjas y haciendas... unos tres millones en los Estados Unidos. Y en África y Asia alrededor de dos terceras partes de la población está compuesta de granjeros. Sin embargo se puede decir con certeza, que, de todos estos millones de granjas, la Hacienda Watchtower es sobresalientemente singular.
Eso no se debe a su ubicación. Ubicada a unos 160 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, la Hacienda Watchtower yace en una fértil zona agrícola. Y su tamaño —de 688 hectáreas— aunque es más grande que la granja de término medio de los Estados Unidos de unas 130 hectáreas, es pequeño comparado con muchas.
Además, el excelente rebaño de 200 vacas y novillas lecheras Holstein de la Hacienda Watchtower no es en sí mismo extraordinario. Tampoco lo es su excelente rebaño de ganado vacuno de 900 Hereford, Holstein, Angus y Charolais. Sus 500 cerdos, 3.400 gallinas ponedoras y 5.000 pollos para freír tampoco son algo fuera de lo corriente. Muchas granjas modernas de vacas lecheras, ganado vacuno, cerdos y pollos son de tamaño mucho más grande.
Sin embargo en estos días de especialización, ¿no es singular esta diversidad? Es cierto que las granjas pequeñas frecuentemente tienen una gran variedad de animales. Pero, ¿sabe usted de alguna otra granja que críe un número tan grande de diferentes animales? La Hacienda Watchtower hasta tiene 50 colmenas de abejas que suministran miel y fecundan los cultivos con su polen.
La diversidad también se extiende a los cultivos. Doscientas ochenta hectáreas están sembradas con cultivos de campo, particularmente trigo, avena y maíz. Otras cuarenta hectáreas producen treinta y cinco diferentes clases de hortalizas. Otras ochenta hectáreas tienen árboles, y el resto de la tierra se usa principalmente para pastar, corrales de forraje, establos y otros edificios.
La Hacienda Watchtower también es singular debido a que puede satisfacer sus propias necesidades. Pocas granjas grandes preparan su propia leche, hacen sus propios productos lácteos, carnean sus propios animales o formulan la alimentación de su propio ganado. ¡Sin embargo ésta sí lo hace!
La Hacienda Watchtower homogeniza y pasteuriza su leche, tiene un equipo de buen tamaño para producir mantequilla y queso, un moderno matadero, un molino de forraje que muele y mezcla el forraje del ganado, y una serie de depósitos de granos con una capacidad de almacenaje de 21.000 hectolitros de varias clases de forraje. Además, tiene un moderno equipo envasador que velozmente congela 94.600 litros de hortalizas al año, además de envasar decenas de miles de litros de frutas y jaleas. Y, también, hay un invernadero grande en el que se crían no solo plantas para los jardines, sino también lechuga y tomates durante el invierno y flores para embellecer la granja.
¿Hay más? Sí, hay un moderno taller de reparaciones, equipado para mantener toda la maquinaria de la hacienda en buenas condiciones. También tiene un aserradero que produce madera para la construcción de las cercas, cobertizos y otras estructuras similares para la hacienda. Para asegurar un abastecimiento de agua pura la hacienda tiene su propio equipo para purificar agua; y para evitar la contaminación del ambiente, recientemente se ha terminado un moderno equipo de depuración de aguas de albañal.
La Hacienda Watchtower hasta tiene su propia cantera y trituradora de rocas que produce anualmente miles de toneladas de rocas trituradas, que se usan en la construcción de caminos, de parques de estacionamiento y como base para otra construcción de hormigón armado. Además hay disponibles grandes generadores diesels capaces de generar electricidad para la hacienda si falla la fuente de electricidad comercial. Algo que también es de importancia es que la hacienda tiene su propia bomba de incendios.
¿Es de asombrarse que la Hacienda Watchtower haya sido comparada con una ciudad moderna, en vez de con una granja? Pero, ¿por qué es tan diferente esta hacienda? ¿Cuál es su propósito?
Establecida con un propósito singular
El propósito de la mayoría de las granjas grandes es el de producir dinero para sus dueños. Pero la Hacienda Watchtower se estableció allá en 1963 con un propósito completamente diferente. Comentando acerca de esto, el Times de Nueva York, dijo a principios de este año: “Es una verdadera tierra de la abundancia... en todo menos en ganancias, porque jamás se vende ni una onza.”
Pero, ‘¿cómo puede ser eso?’ quizás pregunte el lector. ¿Cómo es posible que una granja ‘no venda ni una onza’ si cada año produce 300.000 litros de leche, 22.000 kilos de queso, 60.000 docenas de huevos y más de 136.000 kilos de carne de vaca, de cerdo y de pollos? ¿Quién usa todo este alimento?
Lo usa la gran familia cristiana asociada con la central mundial de los testigos de Jehová. Unos 375 miembros de esta familia trabajan en la Hacienda Watchtower, y unos 1.350 de ellos viven en Brooklyn, Nueva York. En las fábricas en Brooklyn diariamente se produce literatura bíblica, que incluye, 100.000 Biblias y libros, y más de tres cuartos de millón de revistas La Atalaya y ¡Despertad! El propósito de esta literatura es dirigir la atención al reino de Dios, las buenas nuevas que Jesucristo predijo que se predicarían en toda la tierra habitada antes del fin de este sistema.—Mat. 24:14.
Así es que el propósito singular de la Hacienda Watchtower es el de ayudar en el cumplimiento de esta profecía bíblica por medio de proveer alimentos a un precio reducido para la gran familia de la central mundial que trabaja para producir esta literatura. Básicamente es como lo informó el Times de Nueva York: “La función de la hacienda es: la economía en el nombre de los más nobles propósitos espirituales.” Y la economía es considerable.
George Couch, que participa en la superintendencia de la central mundial, calcula que alimentar a la familia de la central mundial solamente cuesta 30 centavos de dólar por comida. “Servimos aproximadamente dos millones de comidas al año,” explicó Couch. “Y cuando dividimos 350.000 dólares, el costo anual de operar la granja, más los gastos de cocina por la cantidad de comidas que servimos. llegamos a la cifra de 30 centavos de dólar.”
¿Le parece increíble que en estos días se puedan proveer comidas excelentes a un costo tan bajo? Lo hace posible otro rasgo sin igual de esta hacienda.
Este rasgo es que ninguno de los 1.725 miembros de la familia de la central mundial, incluso los 96 trabajadores de la hacienda, reciben un salario comercial. Todos sin excepción reciben cuarto y comidas y 14 dólares al mes para gastos incidentales. Pero puesto que todos son ministros cristianos que están sinceramente interesados en ver que las buenas nuevas del reino de Dios se prediquen en toda la tierra habitada, cada cual está contento con la asignación de trabajo que tiene.
Esto se refleja en el excelente trabajo que hacen los granjeros, como lo notó un matrimonio de ancianos granjeros que viven cerca, que dijeron: “Hemos vivido toda nuestra vida en esta zona y queremos decir que lo que esta gente está haciendo con la tierra es sencillamente maravilloso. Mi esposa y yo siempre aminoramos la marcha cuando pasamos por la hacienda de ustedes y no podemos menos que asombrarnos ante todos los jóvenes que tienen trabajando en ella. Es muy raro, porque en la actualidad parece que uno no puede retener a los jóvenes en la granja.”
Pero además de los granjeros hay muchos otros trabajando en la Hacienda Watchtower. Desde febrero de 1973 una imprenta ha estado operando en ella, ¡y para mayo 23 trabajadores ya estaban imprimiendo y enviando por correo un millón y medio de ejemplares de cada número de La Atalaya! Además, se está construyendo otra central impresora. Cuando quede terminada tendrá más de 3 hectáreas de superficie.
Así es que por muchos meses la mayoría de la fuerza de trabajo voluntario en la hacienda ha estado trabajando en la construcción de estas fábricas y en el recientemente terminado edificio residencial de seis pisos. Actualmente unas 250 personas están participando en la construcción. Estos han venido de todos los estados de los Estados Unidos continental. Entre ellos está un arquitecto matriculado e ingenieros civiles, eléctricos y de otras clases.
El superintendente de la construcción, Walter Ludke, un padre de familia de 45 años de edad, declaró: “Entre los trabajadores de más edad hay una docena que son abuelos, y hasta dos que son bisabuelos. En una ocasión uno de los abuelos estuvo trabajando junto a su nieto. Tenemos muchos jóvenes talentosos que están ansiosos de aprender y están dispuestos a trabajar duro.”
Se requiere una tremenda cantidad de hormigón para esta construcción. Puesto que los proveedores comerciales no podían garantizar una cantidad suficiente cuando se necesitara, se compró una instalación hormigonera y fue eregida por los trabajadores voluntarios. Max Larson, que participa en la superintendencia de la construcción, señaló: “Esta instalación ha resultado en un ahorro de 50 por ciento en cada metro de hormigón que usamos. Y así es que la instalación de 50.000 dólares se costeó con los primeros 5.000 metros que hicimos. Y para cuando se haya terminado el trabajo habremos usado unos 25.000 metros.”
Debido al importante papel que la Hacienda Watchtower ahora desempeña en el adelantamiento de la predicación del Reino por todas partes del mundo, cristianos de todas partes del mundo la visitan con regularidad, incluso aviones llenos de pasajeros del oeste y del centro de los Estados Unidos y autobuses repletos de pasajeros desde Nueva Inglaterra y los estados centrales de la costa del atlántico. También la visitan periodistas, granjeros y miembros de campamentos juveniles vecinos y clubes 4-H. En total, unas 15.000 personas la visitaron el año pasado.
Por lo general los visitantes quedan impresionados por el tamaño de la hacienda y la eficacia de su funcionamiento. Por ejemplo, hay dos bandadas de unas 1.700 gallinas ponedoras que se mantienen en un largo cobertizo para aves, de dos secciones. En éste se alimenta y se da de beber a las aves automáticamente. El cobertizo tiene un piso de tablillas con hoyos por debajo para los excrementos. Solo se necesita limpiar una vez al año, para lo cual se emplea un cargador delantero.
Después que las gallinas de una bandada han puesto huevos por un año, su período de mayor producción, son carneadas y reemplazadas por otra bandada lista para poner. Una bandada es reemplazada en la primavera y la otra en el otoño, a fin de mantener la producción bastante uniforme. Los nidos de las ponedoras están inclinados de manera que los huevos rueden hacia adelante dentro de una bandeja cubierta, lo cual facilita la recolección. Uno de los que cuidan de las gallinas es Fred Eckley, un ministro de 93 años de edad.
Es muy eficaz, también, el funcionamiento de la lechería. Las 100 Holsteins pasan a través de un moderno salón para ordeñar donde son ordeñadas en más o menos una hora y cuarenta y cinco minutos, dos veces al día. La leche es bombeada de las máquinas de ordeñar a través de tuberías de vidrio directamente a un tanque de enfriamiento de 7.500 litros de capacidad. Desde allí pasa a una máquina clarificadora, después de lo cual se calienta a 60 grados centígrados antes de la homogenización, y por lo menos momentáneamente a 72 grados centígrados para la pasteurización. Entonces se almacena a 4 grados centígrados hasta que se envía a Brooklyn en envases de acero inoxidable de 38 litros de capacidad.
También se emplean métodos eficaces en la operación de carne vacuna, que es la mayor en la parte sur del estado de Nueva York. Cada año se ceban y carnean cientos de animales. Las razas Hereford, Angus y Charolais son encerradas en corrales de forraje y se les provee con maíz conservado en silos, suplemento de cereales y una pequeña cantidad de heno. “En un período de 16 a 20 meses quedan listos para el matadero, las vaquillas con unos 430 kilos de peso y los novillos entre 450 y 500 kilos,” dijo Lon Schilling, de 33 años de edad, encargado del ganado vacuno. “Se favorece mucho el cruce de animales,” añadió, “lo cual resulta en novillos y vaquillas más grandes y de más rápido crecimiento.”
Pero de interés particular es el relativamente nuevo programa de alimentación que ha sido instituido con buen éxito. Schilling explica: “Debido a nuestra operación lechera, tenemos disponibles muchos novillos Holstein que ahora criamos para carne. A las cuatro o cinco semanas se les aparta de la leche, y cada ternero es gradualmente cambiado a todo el maíz seco con cáscara que puede comer y medio kilo al día de proteínas minerales como suplemento... ¡y eso es todo! Se ha descubierto que la raza Holstein es singular en convertir rápidamente esta alimentación de mucha energía en carne, alcanzando el peso de 450 kilos de carneada en tan solo once meses.”
También hay eficaces métodos modernos en evidencia en el chiquero de temperatura controlada. “Nuestra operación está preparada para poder carnear 30 cerdos cada dos semanas, o 60 por mes,” dice Gordon Trout, encargado de los cerdos. “Mantenemos a nuestros cerdos separados en cuatro grupos básicos de peso,” continuó. “El primer grupo incluye a lechones de hasta cuatro semanas; el segundo, cerdos de cuatro semanas hasta que llegan a 22 kilos; el tercero, cerdos de 22 a 45 kilos; y el cuarto grupo, cerdos de 45 a 90 kilos. Alcanzan 90 kilos en un período de cinco a seis meses, tiempo en que están listos para ser carneados.”
En un día promedio la Hacienda Watchtower usa 132.000 litros de agua. Para satisfacer esta necesidad se excavó un depósito de unos 68 millones de litros, suficiente para un abastecimiento de más de un año. El depósito se llena con agua de lluvia de un bosque vecino. Para hacer esta agua potable, se construyó un equipo que puede purificar diariamente 380.000 litros.
Este equipo purificador consiste de una serie de tanques en los que se agregan sustancias químicas, como alumbre, para solidificar las impurezas, y cloro, que actúa como bactericida. Para cuando el agua llega al último tanque o “pozo limpio” está lista para beber. El agua entonces se bombea a una torre de agua, de 42 metros de altura, de 150.000 litros de capacidad, de donde por gravedad se alimentan los establos, las residencias y otros edificios del complejo.
Es importante también el deshacerse de las aguas de albañal. En la Hacienda Watchtower esto presenta un gran problema debido a su cantidad y variedad. Además de los desperdicios de 350 personas, hay sangre del matadero, y desperdicios de la quesería, lavandería, lechería, cocina y la fábrica de conservas. En el equipo de depuración las aguas de albañal se pasan por un cedazo antes de ir a un tanque donde se efectúa una mezcla preliminar.
Desde allí las aguas de albañal se bombean a un tanque de aereación que contiene bacterias aeróbicas que se alimentan de desperdicios. Esta clase de bacterias depende del oxígeno para vivir, y el proceso es prácticamente inoloro. Se suministra oxígeno dentro del tanque y las bacterias se multiplican rápidamente.
Después de eso el “efluente,” como se le llama, va a un tanque de sedimentación donde los sólidos se asientan en el fondo como cieno. El agua pura encima del cieno pasa a un tanque donde se le añade cloro para matar las bacterias, después de lo cual entra al río Shawangunk, químicamente apta para beber. El cieno es bombeado a un digestor de cieno, y desde ahí va a la cámara de cieno. Permanece en esta cámara hasta que se bombea a un rociador de abono líquido, el cual hace un surco para el cieno y después lo cubre.
No es de extrañar que los visitantes queden asombrados ante lo que ven en la Hacienda Watchtower. Ciertamente no es una granja corriente. Su diversidad de animales y cultivos, su autoabastecimiento en satisfacer sus necesidades, su dedicada fuerza laboral voluntaria, y su propósito de apresurar la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios en toda la tierra habitada en cumplimiento de la profecía de Jesús... todas estas cosas hacen que la Hacienda Watchtower no tenga igual.
¿Por qué no planea una visita a la hacienda en un día entre semana y véala por sí mismo? Puede que usted, también, exprese los sentimientos de uno de los trabajadores, quien dijo: “Me maravillo de lo que está ocurriendo aquí. Verdaderamente es una manifestación del espíritu santo de Dios.”
[Ilustración de la página 21]
Nuevo edificio residencial de la Hacienda Watchtower
[Ilustración de la página 22]
Depósitos de almacenaje y molino de forraje; lechería a la derecha
[Ilustración de la página 23]
Examinando parte del gran rebaño de reses vacunas