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  • Investigación médica en los fetos... ¿correcta o incorrecta?

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  • Investigación médica en los fetos... ¿correcta o incorrecta?
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¡Despertad! 1974
g74 22/3 págs. 27-28

¿Cuál es el punto de vista bíblico?

Investigación médica en los fetos... ¿correcta o incorrecta?

EN MESAS de operaciones por todo el mundo, se están efectuando cirujías en pequeños cuerpos. Sus corazones aún están latiendo firmemente y la mayoría de sus órganos están funcionando. Son fetos humanos completamente formados, abortados de la matriz de sus madres.

Pero, al operar, el médico corta diestramente el cordón que conecta al cerebro con el cuerpo “para asegurarse de que el feto no sentirá dolor.” Entonces rápidamente remueve el cerebro en miniatura, los pulmones, el hígado y los riñones, que todavía están funcionando. O, quizás deje al pequeño cuerpo intacto y lo mantenga vivo por medios artificiales durante horas, posiblemente hasta por días. Estos procedimientos de investigación son comunes en varios países donde hay disponibles fetos vivos de abortos legales.

Muchas personas se espantan al leer acerca de este aparente insensible desprecio por la vida. Pero estos médicos creen que ellos pueden obtener valioso conocimiento médico que no sería fácil de obtener de ninguna otra manera. Uno dijo que es falta de ética el no conseguir “alguna información útil” antes de arrojar a los fetos “en el incinerador como por lo general se hace.” Otra autoridad médica dijo: “No es posible hacer que el feto llegue a ser un niño, por lo tanto lo consideramos como nada más que un trozo de tejido.”

¿Tan solo un “trozo de tejido”?

¿Es eso verdaderamente correcto? ¿Es este cuerpo pequeñito, aun desde el punto de vista biológico, “nada más que un trozo de tejido”? ¿Es ése el punto de vista del Dador de la vida? El punto de vista bíblico nos ayuda a evitar el explicar las cosas del modo que nos convenga y a ver claramente cuáles son las verdaderas cuestiones.

La Biblia muestra que desde el punto de vista de Dios la vida humana comienza antes del nacimiento, no después. Dijo el salmista David: “Me tuviste cubierto en forma protectora en el vientre de mi madre. . . . Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto . . . Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días cuando fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas.”—Sal. 139:13-16, NW; compare con la traducción de Leeser.

Es claro que Dios consideraba al embrión de David como una entidad separada. The Encyclopædia Britannica concuerda con esto: “La historia de la vida de un individuo, como una entidad biológica y distinta, comienza con [la fertilización].” De hecho, un embrión humano es tan “distinto” de su madre que las defensas inmunológicas del cuerpo de ella lo rechazarían como extraño si no hubiera algo que interfiriera. Pero células “trofoblásticas” especiales y más tarde la “placenta” protegen al embrión, para mantenerlo como si fuera ‘cubierto en forma protectora en el vientre de su madre.’

El crecimiento paso por paso del embrión sigue, por decirlo así, el “libro” de instrucciones de Dios que se encuentra en cada célula. Se cree que estas instrucciones se encuentran en un compuesto llamado ácido desoxirribonucleico o DNA para abreviar. Del Creador del DNA puede decirse: “En tu libro todas sus partes estaban escritas.”

La mezcla del DNA de ambos padres al tiempo de la concepción es lo que produce el modelo que determina las tendencias físicas y mentales. Esto hace que el niño difiera de todos los otros niños. Esto ocurre aun antes que las “partes” hayan sido formadas, tal como continúa diciendo el salmo: “respecto a los días cuando fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas.” Esas ‘partes que estaban escritas’ no son solo un “trozo de tejido.” El potencial de los rasgos de personalidad de cada embrión está disponible para que el Creador los vea, como si fuera en su “libro.”

Cómo Dios ve al feto

Con estos antecedentes podemos ver por qué Dios pudo decirle a Jeremías: “Antes de formarte en la matriz te conocí para mí; antes que nacieras te consagré.” (Jer. 1:5, The New English Bible) Note que Dios consideraba a Jeremías como una persona separada mientras todavía estaba en estado prenatal. ¡Él podía “conocerlo” y juzgarlo digno para la obra especial de Dios debido a que un número inconmensurable de rasgos potenciales de Jeremías había sido determinado minutos después de su concepción!

Antes que Juan el bautista naciera, Jehová hizo que el ángel dijera: “Él será grande delante de Jehová. . . . y será lleno de espíritu santo aun desde la matriz.” El espíritu santo hizo que Juan, cuando era un feto de seis meses dentro de la matriz de su madre Elisabet saltara al escuchar ella el saludo de María, que acababa de quedar encinta con Jesús. ¿Habría usado Dios el espíritu para moverlo de este modo si Él hubiera considerado que el feto de Juan era un mero “trozo de tejido”?—Luc. 1:15, 41, 44.

En ese entonces, el embrión en la matriz de María probablemente no era mayor que la cabeza de un alfiler. Pero Jehová sabía lo que se estaba desarrollando en esa partícula de protoplasma. Su espíritu había suministrado el “libro” de instrucciones que produciría un humano perfecto que tendría las cualidades de su Hijo unigénito. (Luc. 1:35) ¿Cómo cree usted que Dios valoraba aquel embrión acabado de concebir? Las palabras de aprecio de Elisabet a María, impulsadas por el espíritu de Dios, son apropiadas: “¡Bendito es el fruto de tu matriz!”—Luc. 1:42.

Los siervos y profetas de Dios también reflejaron Su alto aprecio por la vida en la matriz de la mujer preñada. Ellos registraron la condenación de Jehová sobre los hijos de Amón, entre otros, ‘por rajar a las mujeres encintas,’ en una guerra en contra de Galaad. Dios había tomado nota de lo que sucedió tanto a las mujeres como a su prole aún no nacida.—Amós 1:13.

Por lo tanto, no es de extrañar que la ley de Dios a Moisés abarcara específicamente la vida y el cuerpo del niño no nacido en caso de daño accidental ocasionado por hombres al luchar. (Éxo. 21:22-24) ¿Qué hay del daño deliberado que un médico ocasione a esa vida aún no nacida? Debe considerar seriamente el principio en los Éx 21 versículos 23 y 24: “Tienes que dar alma por alma, ojo por ojo, diente por diente.” Levítico 24:19 a 21 dice: “En caso de que un hombre le causare un defecto a su asociado, entonces tal como él haya hecho, así se le debe hacer a él. . . . el que golpee mortalmente a un hombre debe ser muerto.” A medida que un médico remueve pequeños organismos y pone fin a estas vidas pequeñitas, ¿puede él considerarse inmune a esos principios?

¿Piensa usted que un humano pequeñito no es una vida distinta debido a que no ha pasado por la etapa de salir de la matriz normalmente? Algunos dicen que tal feto no es una vida verdaderamente separada porque no podría sobrevivir sin ayuda después del aborto. ¿Pero diría usted que un astronauta no está vivo debido a que no puede salir de su vehículo sideral sin su traje espacial? Esa no es la verdadera cuestión, ¿no es cierto?

¿No es la verdadera cuestión si puede pasarse por alto la ley de Dios sobre el asesinato por la conveniencia de madres que no desean enfrentarse a la responsabilidad de sus acciones, y médicos que desean experimentar de un modo “fácil”?

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