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  • ¿Por qué no cultiva un huerto?

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  • ¿Por qué no cultiva un huerto?
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  • Una palabra acerca del terreno
  • Escogiendo y plantando hortalizas
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¡Despertad! 1974
g74 22/8 págs. 9-12

¿Por qué no cultiva un huerto?

LOS precios de los alimentos en los mercados van en una sola dirección... ¡hacia arriba! Para superar este problema, más y más familias están cultivando huertos. Una Encuesta Gallup muestra que en los Estados Unidos en 1973 había 10.800.000 huertos, un incremento de 30 por ciento en comparación con el año anterior.

Pero hay otras razones para el aumento de los huertos además de las económicas. Los empleados de oficina hallan que el ‘acercarse al terreno’ por medio de trabajar en un huerto provee un agradable cambio de paso de sus horarios regulares. Otra razón principal por la que la gente ha comenzado a cultivar huertos es para suministrar en sus comidas hortalizas más nutritivas y de mejor sabor.

Un huerto también tiene provechos definidos para los jóvenes. Se puede usar para enseñarles a tener un sentido de responsabilidad, la necesidad de cuidar con regularidad de aquello que se les asigna. El aprender a identificar varias plantas ensancha el conocimiento del niño y lo hace alerta a la amplia variedad de vida vegetal que hermosea nuestro hogar terrestre.

¿Cómo cultiva uno su propio huerto? Hay varias sugerencias prácticas, las cuales, si es que aún no las conoce y las pone en práctica, pueden ayudar a hacer que hasta su primer huerto tenga éxito productivo.

Tamaño de su huerto

Primero, hay que considerar el tamaño del huerto. Un hombre con una familia numerosa quizás quiera un huerto bastante grande con el fin de proveer hortalizas frescas a un precio más barato. Sin embargo, es posible que también tenga un trabajo muy exigente y otras responsabilidades que demanden su atención. Así es que debe considerar: ¿Rendirá el huerto lo suficiente como para que valga la pena el tiempo y la energía que tome cuidarlo, así como el dinero que hay que invertir? Quizás se decida por un lote más pequeño del que originalmente tenía en mente. Por supuesto, el tamaño del huerto también se determina por la cantidad de terreno disponible.

Las familias con traspatios espaciosos probablemente pueden encontrar un lugar conveniente y asoleado para un huerto productivo. Cuanto más cerca de la casa esté ubicado tanto más grande será la probabilidad de que el huerto recibirá atención durante los momentos libres que los miembros de la familia puedan tener durante el día.

Aun los que viven en circunstancias más reducidas frecuentemente pueden hacer arreglos para tener un huerto. Se pueden cultivar pequeñas franjas de terreno a lo largo del camino de entrada. O se puede colocar un enrejado con enredaderas de habichuelas o tomates junto a una pared o encima de un patio. Los habitantes de las casas transportables pueden plantar cosechas bajo los bordes asoleados de sus casas rodantes, y los residentes de las casas de apartamientos en las ciudades pueden tener huertos en las azoteas y en las ventanas.

Las personas emprendedoras han hallado otros modos de obtener terreno para sus huertos. Una familia colocó un anuncio en un diario local preguntando si alguien tenía tierra que ellos pudieran cultivar. Recibieron varias respuestas y finalmente escogieron un lote grande de tierra muy fértil ubicado a solo unas pocas cuadras de su casa.

Sin embargo, en realidad un huerto grande a veces produce menos que uno pequeño. ¿Por qué? Porque el bien escogido lote más pequeño puede tener mejor terreno.

Una palabra acerca del terreno

Esencialmente hay tres clases de terreno. El mejor de éstos para cultivar hortalizas es el terreno margoso. ¿Por qué? Porque la marga es rica en humus, una materia orgánica de cosas vivas que han muerto, se han descompuesto y han vuelto al suelo. La marga es oscura, suave y desmenuzable. Aunque retiene el agua, también permite el drenaje y es bastante fácil de cavar.

Las otras dos clases principales de terreno, arcilla y arena, no están tan ricamente dotadas. Pero con trabajo duro y el agregado de nutrimentos apropiados a estos terrenos, por lo general se pueden cultivar algunas hortalizas en éstos. Por ejemplo, considere la arcilla. Por lo general es de color claro y consiste de partículas muy diminutas. Éstas se adhieren, lo cual impide buen drenaje. Pero si con la arcilla se mezclan arena, musgo de pantano y abono de huesos pulverizados, así como otros nutrimentos, ésta puede llegar a ser adecuada para el cultivo.

Semejantemente, la arena, lo contrario a la arcilla y de estructura áspera, quizás requiera un trabajo especial, pero definidamente se pueden cultivar algunas hortalizas en ésta. Los espárragos, por ejemplo, en realidad prefieren un terreno algo arenoso. Lo más probable es que su terreno sea una combinación de las tres clases básicas. Un empleado de vivero probablemente le pueda dar un consejo exacto acerca de cuál es la mejor manera de tratar cualquier terreno que usted vaya a usar.

Aun si su huerto tiene el mejor terreno, solo producirá bien si lo prepara apropiadamente. Las opiniones varían en cuanto a cuál es la mejor manera de lograr esto. Según muchos horticultores, lo ideal es preparar parcialmente durante el otoño anterior el terreno que se va a sembrar en la primavera. Si se remueve cabalmente el terreno hasta una profundidad de aproximadamente treinta centímetros, la humedad penetrará durante los meses de invierno. Al mismo tiempo se puede poner en la tierra el abono; esto sirve para acondicionar el terreno.

Un creciente movimiento de horticultura orgánica apoya el evitar los abonos químicos. Esos horticultores solo usan como abono materiales orgánicos como el estiércol de animal y compuestos naturales.a En un tiempo los materiales orgánicos solo estaban disponibles en las granjas. Pero hoy día a menudo los abonos orgánicos tratados se pueden comprar en los viveros tan fácilmente como las variedades químicas.

Además, algunos horticultores que viven en la ciudad han hallado que los abonos orgánicos se pueden obtener con poco o ningún costo. En la mayor parte de las ciudades hay establos para los caballos y parques zoológicos que frecuentemente permiten a los horticultores llevarse o comprar los excrementos de animales para usarlos como abonos. También están las impurezas tratadas. Al mezclarlas con recortes de césped o paja, las impurezas pueden servir como un abono excelente. Se pueden obtener de las instalaciones que tratan las aguas de albañal. De hecho, los abonos que se aplican a muchos hermosos campos de golf no son nada más que impurezas que se venden bajo un nombre de fábrica y a un costo elevado.

Si uno prepara el terreno al tiempo de la estación del crecimiento, quizás sea un poco más difícil de trabajar. Hay que arrancar las malas hierbas y remover el terreno tan pronto como esté lo suficientemente seco. Entonces se puede añadir un abono tratado. Por lo general no es prudente agregar estiércol fresco en este tiempo, pues es probable que queme las plantas. Entonces se puede nivelar el terreno rastrillándolo para quitar huecos en los que el agua se juntaría.

El saber dónde estará ubicado su huerto y algo acerca del terreno le permitirá determinar qué hortalizas se pueden cultivar en él.

Escogiendo y plantando hortalizas

Una lectura atenta de catálogos de semillas revelará que hay una amplia variedad de plantas disponibles para cualquier huerto. Es obvio que uno le dará preferencia a las hortalizas que su familia disfruta particularmente de comer. Si se permite a los hijos participar en seleccionar las hortalizas del huerto, quizás halle que se sentirán más implicados en el proyecto y por lo tanto cooperarán más fácilmente en cuidar del huerto a medida que éste crece. Pero hay otros asuntos que considerar.

¿Por qué no elegir las hortalizas que por lo general cuestan más en el mercado o las que tienen una mayor variedad de usos? Algunas familias deciden cultivar tomates, no solo porque son caros donde viven, sino también porque los tomates tienen una amplia variedad de usos. Se pueden servir frescos en la ensalada o envasar, exprimir para sacarles el jugo, cocinar en puré y pastas para las salsas.

Además, una selección prudente de hortalizas para su huerto puede más tarde proveer una protección mutua por medio de detener ciertos insectos. Por ejemplo, las habichuelas y las patatas son buenos “compañeros” de huerto. ¿Por qué? Porque las habichuelas alejan a cierta clase de escarabajo de las patatas, y las patatas protegen a las habichuelas del escarabajo mexicano de las habichuelas. Los tomates y los espárragos son otra excelente combinación.

Una vez que uno sabe dónde estará ubicado el huerto y su tamaño y cuáles hortalizas cultivará en éste, entonces puede hacer un plano sencillo en un papel, que muestre qué plantas cultivará en cada parte del huerto. Tome en consideración la cantidad de espacio que se necesita entre las hileras de cada clase de hortaliza. Puesto que algunas hortalizas, como los rábanos, la lechuga, el chalote y la col temprana, maduran temprano, uno las querrá ubicar convenientemente en el huerto, a fin de que sean fáciles de alcanzar a medida que vayan madurando. Además, querrá que cualquier planta más grande, como el maíz, esté situada adonde no obstruya la luz solar necesaria para las plantas más pequeñas.

Plante su huerto según su plano, colocando cuidadosamente las semillas a una distancia correcta una de la otra y a una profundidad apropiada en el terreno. (El cuadro que se provee con este artículo puede serle útil a este respecto.) Una vez que se plante el huerto, éste necesitará atención regular.

El cuidado del huerto

Por lo general el escardar semanalmente el huerto lo mantendrá libre de malas hierbas. Este procedimiento también crea una delgada capa de hojas en la superficie de la tierra, y esto ayuda a la conservación del agua. Es prudente evitar cultivar el terreno cuando está húmedo, pues esto causa terrones y éstos se endurecen a medida que se secan. Tenga cuidado, también, cuando escarda cerca de la raíz de las plantas para no dañar a éstas.

En cuanto al riego, por lo general es mejor dar a las plantas un buen riego una o dos veces cada semana. El empaparlas cabalmente, dejando que el agua penetre de diez a quince centímetros, es mejor para las plantas que regarlas superficialmente con frecuencia. El frecuente riego superficial puede tener un efecto adverso, atrayendo a la superficie las raíces que alimentan a la planta. Sin embargo, las raíces de las plantas tienen que penetrar profundamente en el terreno para que no sean chamuscadas por el Sol. Así es que, el riego apropiado es esencial para tener cosechas saludables.

Las plagas de insectos son un problema principal para muchos horticultores. En el mercado se venden varios polvos relativamente seguros para matar insectos. Si se usan como se indica, el horticultor y sus animales domésticos, así como sus plantas, no serán dañados. Pero en esto, también, cada vez son más los horticultores que prefieren lo que ellos llaman “maneras naturales” para deshacerse de los insectos.

Algunos horticultores hacen sus propios líquidos pulverizados seguros. Por ejemplo, muelen varias vainas largas de ajíes picantes y entonces le agregan la misma cantidad de agua y una pequeña cantidad de detergente común para lavar platos (para darle adherencia a la mezcla); esto sirve para desanimar a los insectos que mastican. Otros han usado melaza diluida en 50 partes de agua como líquido pulverizado. Algunos, también, han hecho preparados que incluyen varias mezclas de cebollas, ajo, menta y hojas de geranio, cebollanas, nabos, pimentón y semillas de coliflor.

Disfrute de su huerto

Con el tiempo su trabajo duro se verá recompensado... ¡aparecerán las hortalizas! Observe cuidadosamente para estar seguro de que no se pasan de maduras antes de cosecharlas. Los guisantes son deliciosos si se recogen a tiempo; pero se endurecen si se quedan en la enredadera por demasiado tiempo. El permanecer demasiado tiempo en la enredadera también hace que las judías verdes se pongan “fibrosas.”

El recoger los cultivos que uno ha plantado y cuidado pacientemente y entonces observar a medida que su familia disfruta de comerlos produce mucha satisfacción. La mayor parte de los horticultores consideran esta satisfacción como la mejor recompensa por cultivar un huerto.

[Nota]

a Cómo elaborar su propio abono se considera en ¡Despertad! del 22 de febrero de 1970, páginas 20-22.

[Tabla de la página 12]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

HORTALIZAS COMUNES DE HUERTO

Distancia Distancia

Profundidad entre entre

de semillas hileras plantas

Hortalizas (cm.) (cm.) (cm.)

Col 1,25 45 a 60 30 a 45

Coles de Bruselas 1,25 60 a 75 30 a 45

Coliflor 1,25 45 a 60 35 a 45

Espinaca 1,25 30 a 37 7,5 a 10

Frijoles 2,5 75 a 90 7,5 a 10

Guisantes (tempranos) 2,5 a 5 45 a 60 10 a 12,5

Judías verdes 2,5 60 a 90 7,5 a 10

Lechuga (en cabeza) 1,25 30 a 45 20 a 25

Maíz 2,5 a 3,75 45 a 75 45 a 60

Rábanos 1,25 30 3,75 a 5

Remolacha 1,25 a 2,5 30 a 45 10 a 15

Tomates (rodrigados) 0,6 a 1,25 90 40 a 45

Zanahoria 0,6 a 1,25 30 a 45 7,5 a 10

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