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g74 22/12 págs. 17-23

El cáncer... ¿hay esperanza de una curación permanente?

DE TODAS las enfermedades que afligen a la humanidad, el cáncer es una de las más temidas. Y con buena razón. El número de sus víctimas con lesiones corporales, aflicción y muerte es aturdidor. Esto ha sido especialmente cierto en nuestro siglo veinte.

Debido a la naturaleza de la enfermedad, la persona que descubre que tiene alguna forma de cáncer, por lo general pasa por una grave tensión emocional. Lo mismo ocurre con sus familiares queridos. Algunos consideran el tener cáncer como una sentencia automática de muerte.

Pero, ¿es ése verdaderamente el caso? No; porque aunque el número de víctimas de cáncer es trágicamente elevado, y crece en cifras netas, también ha crecido la proporción de individuos que han sido tratados con buen éxito.

Sin embargo, aunque ha habido una mejora en el tratamiento del cáncer, ¿hay alguna esperanza real de pronto poder conquistarlo permanentemente? Muchas autoridades médicas piensan que el ataque sin precedentes en contra del cáncer ahora en marcha, algún día producirá una curación. La Sociedad Canadiense contra el Cáncer informa: “El ataque en la investigación del cáncer es la más grande y costosa empresa singular en la historia médica. El problema es tan amplio y tan profundo que virtualmente cada rama de la ciencia moderna está participando en la investigación del cáncer.”

Pero a pesar de todo este esfuerzo, desde el punto de vista médico no hay una curación total de todas las clases de cáncer a la vista. No se han abierto “brechas” científicas que puedan dar esta esperanza. Sin embargo, a pesar de esto, podemos decir con seguridad que esta temida dolencia será completamente eliminada de la familia humana.

Antes de considerar cómo se realizará eso, echemos una mirada más de cerca al problema. ¿Cuán esparcido está el cáncer? ¿Qué es exactamente? ¿Qué es lo que causa la enfermedad? ¿Cómo se le trata ahora?

Un enorme número de víctimas

Aunque en casi toda clase de sociedad se puede hallar el cáncer, éste prevalece especialmente en las naciones industriales “desarrolladas.” Por ejemplo, en los Estados Unidos, el Medical World News calcula que en 1973 hubo aproximadamente 665.000 nuevos casos de cáncer. Eso no incluye el cáncer superficial de la piel. También calculó que durante 1973 murieron de cáncer aproximadamente 350.000 personas. Y las estadísticas sugieren que, a la proporción actual, uno de cada cuatro norteamericanos con el tiempo tendrá alguna clase de enfermedad maligna.

Con la excepción de las enfermedades del corazón, el cáncer es la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Para los hombres, la clase de cáncer que produce la mayor mortandad es el cáncer pulmonar. En años recientes se ha convertido en una epidemia. Un informe muestra que la proporción de muertes causadas por esta forma de cáncer ha subido 1.400 por ciento en los últimos cuarenta años. Para las mujeres, la más alta proporción de mortandad proviene del cáncer del pecho. Y entre hombres y mujeres, la segunda cantidad más alta de muertes por cáncer se debe a los cánceres del colon y del recto.

En un tiempo la proporción de supervivencia para el cáncer era lamentablemente baja. La Junta Consultiva Nacional sobre el Cáncer en los Estados Unidos dice que en 1938 solo sobrevivía uno de cada cinco que tenían cáncer... es decir, tenía una oportunidad de estar vivo cinco años después del diagnóstico. Pero para 1969 la proporción de supervivencia había subido a uno de cada tres. En 1973, un informe mostró que el 47 por ciento de los que tuvieron cáncer sobrevivieron.

¿Qué es el cáncer?

El cáncer no es una sola enfermedad. De hecho es más de cien diferentes enfermedades. Dado que las células del cuerpo difieren, la clase de cáncer depende de la clase de célula en la cual éste se origina. Sin embargo, lo que todos los cánceres tienen en común es el crecimiento anormal de las células. A esto se hace referencia como malignidad, es decir, la tendencia de empeorar progresivamente y posiblemente resultar en muerte.

Una extensa categoría de cánceres se llama carcinoma. Estos son los más comunes. Se originan en las células de los tejidos que cubren o tejidos de revestimiento como la piel y las membranas mucosas de órganos como los pulmones, el estómago, el conducto gastrointestinal y la boca. El sarcoma es otra categoría amplia, sumamente maligna pero no tan común. Este se origina en los tejidos conjuntivos como los cartílagos, los músculos y los huesos. Otras clases, como la leucemia, no encajan en ninguna de estas categorías generales.

Normalmente, las células del cuerpo se mueren, pero otras se dividen en dos y reemplazan a las que se pierden. Pero en las células cancerosas se descompone la regularización de la división celular. De ese modo algunas células se hacen cancerosas. Al principio quizás solo haya unas pocas entre millones de células normales. Pero una vez que el cáncer comienza, estas células comienzan a crecer de un modo anormal e incontrolado. Se dividen mucho más velozmente de lo que deberían, y con el tiempo forman una masa o tumor.

A medida que se multiplican, las células cancerosas tienden a hacer a un lado las células normales, a veces privándolas de la alimentación que necesitan. Algunos cánceres tienden a superar en crecimiento su propio suministro de sangre, y así es que partes del tumor quizás degeneren por falta de alimentación y se conviertan en úlceras pestilentes, aunque siguen siendo malignas y creciendo. A la larga, el cáncer destruye cualquier cosa que se interpone en su camino. Cuando los tumores cancerosos invaden órganos vitales, las funciones de estos órganos se malogran. A menudo el mal funcionamiento de ese órgano apresura la muerte.

Una de las principales características de las células cancerosas es su habilidad de metastatizar, es decir, separarse del tumor original y viajar a otras partes del cuerpo. Esto puede hacerse a través de las arterias y las venas en la corriente sanguínea, o a través de los canales linfáticos, los pasajes por los que fluye el fluido acuoso, la linfa. Las células cancerosas viajeras entonces se establecen en otras partes del cuerpo y comienzan a producir tumores adicionales, o secundarios, que se llaman metástasis.

Sin embargo, no todos los tumores son cancerosos o malignos. Algunos son benignos, o no cancerosos. Aunque estos también son crecimientos, permanecen localizados y por lo general encapsulados. Solo son peligrosos si continúan creciendo y obstruyen órganos o funciones vitales por virtud de su tamaño o ubicación. Por ejemplo, un tumor relativamente pequeño en el cerebro puede ocasionar la muerte por la presión que produce sobre el cerebro, pues el cráneo rígido no permite la expansión. Sin embargo un tumor benigno mucho más grande en otra parte quizás no sea fatal cuando hay más espacio para su expansión.

¿Hay señales de advertencia?

¿Da el cáncer algunas señales de advertencia de que está comenzando? En su primera etapa no da una advertencia clara y específica. Puede estar ubicado donde no se puede ver o sentir.

Además, en sus primeras etapas el cáncer por lo general es indoloro. Por lo general, cuando el cáncer ha progresado a un estado peligroso es que se hace doloroso. Esto sucede cuando el tumor oprime alguna zona sensitiva o cuando obstruye una vía interna vital, como los intestinos o el sistema urinario.

Aunque en las primeras etapas es difícil, y a veces imposible, de detectar, hay cosas que una persona puede buscar. Estas quizás sugieran que existe una condición precancerosa o cancerosa. La Sociedad Norteamericana contra el Cáncer alista siete señales de advertencia.

Por supuesto, otras enfermedades pueden ser responsables por estas condiciones. Y tal vez no tengan nada que ver con el cáncer. Pero puesto que estas condiciones quizás sean señales de advertencia del cáncer, merecen atención inmediata. Y cuanto antes se trate el cáncer, más probable es que el tratamiento tenga buen éxito.

¿Parece más afectado por el cáncer algún grupo de edad en particular? Aunque aparece tanto en jóvenes como viejos, definitivamente cobra una mucho más grande cantidad de víctimas de los grupos de edad más avanzada, aunque ciertas clases de cáncer tienden a azotar muy frecuentemente a los muy jóvenes. Por lo tanto se puede decir que, en general, el cáncer principalmente es una enfermedad de la edad más avanzada.

¿Qué causa el cáncer?

¿Por qué comienzan a crecer descontroladamente las células? ¿Y por qué contraen el cáncer algunas personas cuando otras en las mismas circunstancias no lo contraen?

Evidentemente algunas personas son más susceptibles al cáncer que otras. Cuando cierto factor, o combinación de factores, se desarrollan, los que son más susceptibles pueden contraer cáncer.

Por supuesto, hay grados de susceptibilidad. Por ejemplo, en el caso de fumar cigarrillos. Si nadie fumara, nadie contraería cáncer pulmonar debido a fumar. Pero entre los que fuman mucho, el riesgo de contraer cáncer pulmonar es de diez a veinte veces más grande que entre los que no fuman. Esto no quiere decir que el fumar afecta igual a todo el mundo. Aun entre los que fuman mucho hay algunos que no contraen cáncer pulmonar. Es evidente que su resistencia a esta clase de cáncer es más grande.

Por lo tanto se puede ver que hay una cantidad de factores variables que pueden aumentar la probabilidad de que algunas personas contraigan cáncer. Con el transcurso de los años, algunos de los factores señalados por “causar” o aumentar la posibilidad de contraer la enfermedad, son: el humo de los cigarrillos, la energía radiante de la luz solar y de los rayos X, ciertas sustancias químicas o la combinación de éstas, varias anormalidades heredadas y congénitas, irritación crónica del tejido, desequilibrio hormonal y quizás hasta factores emocionales. En años recientes se ha descubierto que los virus “causan” cáncer en los animales, pero no se ha establecido definitivamente su participación en el cáncer humano.

Sin embargo, para que el cáncer pueda ocurrir donde hay presente alguna “causa” tiene que haber alguna falla básica en el sistema inmunológico del cuerpo. Eso significa que hay algún trastorno en las defensas corporales en contra de la enfermedad. Según dice el Dr. Robert Alan Good del centro oncológico Sloan-Kettering en Nueva York: ‘Nunca hemos hallado a un paciente de cáncer en quien no hubiera algo anormal inmunológicamente.’

Sociedades industriales

Quizás la “causa” más significativa del cáncer sea el modo de vivir industrial. Aunque el cáncer se halla prácticamente en todas la sociedades, está más concentrado en las naciones industriales. No es tan pronunciado en las sociedades rurales.

Con la industrialización ha llegado una horda de condiciones anormales. Está la contaminación con su amplia gama de irritantes químicos que se mezclan con el aire que respiramos, el agua que bebemos y el alimento que comemos. Se ha informado que el cáncer pulmonar es dos veces más común entre los habitantes de las ciudades que entre los que viven en el campo. El Journal de Atlanta dice: “El Consejo Nacional de Investigación . . . llegó a la conclusión de que el aire de las ciudades está 15 veces más contaminado que el aire del campo. Y, según dijo el informe, el cáncer pulmonar es más común en las zonas metropolitanas donde la contaminación general industrial es peor.”

Además, el modo de vivir industrial acarrea presiones extraordinarias, un paso más acelerado, más congestión. En resumen, produce una exigencia más severa al cuerpo y a la mente. Todo esto desempeña su parte en descomponer el sistema de inmunidad del cuerpo.

El Times de Nueva York informa: “Se calcula que del 75 al 85 por ciento de todos los cánceres son directa o indirectamente ocasionados por factores ambientales... la mayor parte de los cuales son potencialmente evitables.” Y el Dr. Frank J. Rauscher, hijo, del Instituto Nacional contra el Cáncer dice también:

“De ochenta a ochenta y cinco por ciento de nuestros cánceres son de naturaleza extrínseca... es decir, se originan de fuentes exteriores al cuerpo humano.

“En otras palabras, el cáncer se desarrolla debido a algo que la persona hace, al modo en que vive, o debido a algo a lo cual ha sido expuesta.”

Un ejemplo de causas externas es el cáncer pulmonar que se desarrolla debido a fumar cigarrillos. Aproximadamente el 90 por ciento de los que contraen este cáncer no lo hubieran contraído si no fumaran.

Otro ejemplo de una causa externa es el amianto. Por algún tiempo se ha notado que los que trabajan con el amianto son más susceptibles al cáncer pulmonar y a otro extraño tumor en el pecho que se llama mesotelioma. La enfermedad se desarrolla después de años de exposición a las fibras de amianto.

¿Está el modo de vivir industrial relacionado con el cáncer del pecho en las mujeres? En un aspecto, sí. Las mujeres en las sociedades industriales tienden a tener menos hijos o ninguno, en comparación con las mujeres en las sociedades agrícolas. Además, con la abundancia de “fórmulas” y alimentos disponibles para bebés en las sociedades industriales, muchas mujeres que viven en éstas optan por no amamantar a sus hijos. Se ha hallado que el cáncer del pecho es más frecuente en las mujeres que no han tenido hijos, o en madres que no han amamantado a sus bebés. Y con más frecuencia azota después que la mujer ha pasado la menopausia.

También es interesante la siguiente observación hecha por el Dr. Rauscher. Dijo: “Es posible que las relaciones sexuales a una edad temprana aumenten el riesgo del cáncer de pecho, y definitivamente hacen más probable el cáncer cervical. Si una mujer tiene múltiples compañeros, su riesgo de un cáncer cervical es mucho más alto que entre las mujeres que no tienen múltiples compañeros y que no participan en relaciones sexuales a una edad temprana. . . . hay un alto riesgo y ocurre a menudo entre las prostitutas.”

Se cree que la excesiva exposición a la luz solar es una “causa” de los cánceres de la piel, especialmente entre las personas de tez más clara. Las autoridades médicas advierten contra el hábito de algunas personas de tez clara de yacer por horas al sol tratando de broncearse.

Por lo tanto, aunque no se ha aislado ni un solo culpable como la “causa” del cáncer, se sabe que muchos factores entran en juego. Y parece que el modo de vivir industrial empeora el debilitamiento de la resistencia del cuerpo al cáncer.

Cómo se trata al cáncer

En el tratamiento de los tumores sólidos, la cirugía continúa dominando. La mayoría de los médicos piensan que lo mejor es extraer el tumor del cuerpo, y que mientras más pronto se pueda diagnosticar y remover, mayor es la probabilidad de detener el cáncer y prevenir la metástasis.

Recientemente, ha habido desacuerdos entre los médicos en cuanto a lo extensa que esas cirugías deben ser en algunas clases de tumores. Esto confronta al paciente con un dilema: el consejo de qué autoridad seguir.

Por supuesto, algunas personas están completamente opuestas a la cirugía. No obstante hay personas que se han hecho cirugía para el cáncer y que han hallado que el cáncer no recurrió. Es evidente, pues, que para algunas personas esta clase de tratamiento tiene buen éxito.

Otro método en el tratamiento del cáncer es la radiación. En ciertas clases de cáncer es preferible a la cirugía; en otras se usa en unión con la cirugía. Con este método, se espera que los poderosos rayos de la radiación maten a las células cancerosas. Puesto que las células cancerosas son anormales, por lo general la cantidad de radiación que se necesita para matarlas es menor que la que se necesita para matar las células normales. Pero puesto que la radiación puede afectar adversamente a las células sanas mientras mata a las células cancerosas, el terapeuta de la radiación tiene que ser un experto en su uso.

Recientemente la quimioterapia ha llegado a usarse más ampliamente. Esta es una aplicación de drogas en la lucha contra el cáncer. En un tiempo se creía que las drogas abrirían una “brecha” contra el cáncer. Pero esa esperanza no se ha realizado. De las decenas de miles de drogas probadas, se han hallado muy pocas que tengan algún efecto contra el cáncer. Además, un problema con las drogas es que, mientras que unas pocas quizás tengan resultados provechosos, también pueden tener efectos nocivos.

La inmunoterapia es un reciente campo de estudio. En éste los científicos esperan controlar el sistema de inmunidad del cuerpo para ayudarlo en la lucha contra el cáncer. Si se pudiera aislar a un agente que ayudara, se cree que a partir de éste se podría desarrollar una vacuna. Sin embargo, por ahora solo ha habido un éxito limitado en tratar los cánceres de la piel con este método.

Otros tratamientos

Aunque los susodichos métodos de tratamiento son los comunes, ha habido, y hay, otros. Unos pocos han recibido alguna prominencia en tiempos pasados, solo para desaparecer cuando no se comprobó su eficacia.

Sin embargo, hay que decir que las “curaciones” promovidas por personas sin escrúpulos cuyo solo interés es ganar dinero de los pacientes de cáncer son inservibles. Por lo general las autoridades las desenmascaran rápidamente y se toma acción en contra de esas personas. Uno debe sospechar de cualquier afirmación de una “curación segura” del cáncer hoy en día. En la actualidad no hay tal curación. El Dr. Salvador E. Luria, especialista del cáncer y ganador del Premio Nobel, declaró: “Cualquier visión de un programa de emergencia que prometa una ‘curación del cáncer’ en tres o cinco o diez años sería un autoengaño y un peligroso engaño del público.”

Entre los tratamientos “no ortodoxos” que ahora se usan, y uno de los más discutidos, está la sustancia que se llama Laetrile, que se hace de la semilla del albaricoque. En los Estados Unidos su uso está prohibido en el tratamiento del cáncer. Pero en México se permite su uso. Sus proponentes creen sinceramente que puede luchar con buen éxito contra el cáncer. Sus oponentes, igualmente sinceros, dicen que es inservible.

Uno de sus más conocidos usuarios, el Dr. Ernesto Contreras de México, mantiene que no es una “curación” sino “un control,” y lo compara al uso de la insulina para la diabetis. Sin embargo, declara él: “Los tumores malignos primarios del hueso, músculo, tendón, etc., los tumores primarios del cerebro, y las leucemias agudas por lo general no responden bien al tratamiento de Laetrile.” En casos de cánceres avanzados, dice él, “la acción paliativa es de un 60 por ciento de los casos,” y “produce un asombroso efecto analgésico y una sensación de bienestar.” En un pequeño porcentaje de estos casos, un 15 por ciento, afirma él, hay una “detención o hasta una regresión de la enfermedad.”

Las anteriores afirmaciones, aunque más modestas que las hechas por algunos promotores de Laetrile, son desafiadas por casi toda la profesión médica. Recientemente, se probó la sustancia en animales experimentales en el centro oncológico Sloan-Kettering en Nueva York. El Dr. Robert Good, director del instituto, declaró: “Hasta ahora, no hay evidencia de que el Laetrile tenga algún efecto sobre el cáncer.” Él agregó: “El Laetrile no parece tener efectos beneficiales sobre los tumores. . . . mucha emoción la rodea pero hay muy poca evidencia científica.” Por supuesto, los proponentes del tratamiento discuten esas conclusiones.

Previniendo el cáncer

Otro modo que algunos recomiendan para tratar el cáncer tiene que ver con una mejor alimentación. Se cree que un cuerpo saludable está mejor equipado para mantenerse en guardia contra los avances del cáncer. Y más autoridades están reconociendo los beneficios que pudieran venir de esta “medicina preventiva.” El National Observer informó: “Cuando el Dr. Roger J. Williams le dijo a la Academia Nacional de Ciencias la semana pasada que la mejor prevención del cáncer pudiera ser un régimen alimenticio más nutritivo, nadie se rió.”

En el campo de la prevención, una cosa que pueden hacer muchas personas es dejar de fumar. Esto reduciría en aproximadamente 90 por ciento la proporción de muerte de cáncer pulmonar. Además, el Dr. Marvin Schneiderman del Instituto Oncológico Nacional brinda un buen consejo: “Yo recomendaría . . . moderación en todas las cosas. No fume. Disminuya la ingestión de grasas. Disminuya la ingestión de las sustancias elevadas en calorías. Para los hombres, ciertamente, y quizás para las mujeres también, una buena cantidad de más actividad, una buena cantidad de más ejercicio.” Esta opinión es muy similar a la adoptada por el investigador del cáncer Dr. Boris Sokoloff, quien señala, que en promedio, los pacientes de cáncer pesan más que los pacientes sin cáncer y que “por lo general el exceso de alimentación es común en las historias clínicas de los pacientes cancerosos.”

También se recomienda tener reconocimientos médicos con regularidad. La clave para tener buen éxito en el control de los casos de cáncer frecuentemente estriba en detectarlo temprano. Cuanto antes se diagnostique, más éxito tendrá el tratamiento. Familiarícese con las siete señales de advertencia. Si tiene una o más de estas señales, sería provechoso obtener la ayuda de un profesional.

Curación permanente

Sin embargo, prescindiendo de lo mucho que una persona haga para prevenir el cáncer, y la eficacia del tratamiento, desde el punto de vista humano no hay curación a la vista. ¡Pero sin duda alguna, hay una curación permanente en perspectiva!

El Creador del hombre, Jehová Dios, sabe por qué el cuerpo humano se debilita y lo que hay que hacer para contraatacar toda enfermedad permanentemente. Y pronto el reino celestial de Dios asumirá el trabajo en provecho de la humanidad que resultará en curaciones permanentes para todas las enfermedades, incluso el cáncer.

La Palabra de Dios promete que él “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Rev. 21:4) El rey del reino celestial de Dios, Cristo Jesús, dio seguridades de estas futuras curaciones. Cuando estuvo en la Tierra, él sanó a los enfermos y levantó a los muertos como una evidencia de lo que él haría como el rey asignado por Dios.—Mat. 15:30, 31; Juan 11:38-44.

Toda la evidencia en cumplimiento de la profecía bíblica indica que está muy cerca el tiempo en el que el reino de Dios administrará los asuntos de la Tierra sin ninguna forma de gobernación rival. Eso significa que también está cerca el tiempo para el comienzo del gran programa de curación en el nuevo orden de Dios. Es un gran estímulo saber que entonces se llevará a cabo la erradicación total y permanente de esta gran plaga, el cáncer. ¡El horrible costo en muertes, sufrimientos y lágrimas debido al cáncer entonces se habrá ido para siempre!

[Ilustración de la página 18]

Entre los que fuman mucho, el riesgo de cáncer pulmonar es de 10 a 20 veces mayor que entre los que no fuman

[Ilustración de la página 21]

Se cree que el exceso de exposición a la luz solar es una “causa” del cáncer de la piel

[Recuadro de la página 19]

Señales de advertencia del cáncera

1. Hemorragia o supuración insólita.

2. Una protuberancia o excrecencia en el pecho u otro lugar.

3. Una llaga que no sana.

4. Cambio en los hábitos de los intestinos o de la vejiga.

5. Ronquera o tos persistentes.

6. Constante indigestión o dificultad en tragar.

7. Cambio en el tamaño o color de una verruga o lunar.

[Nota]

a Según alistadas por la Sociedad Norteamericana contra el Cáncer.

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