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  • ¡Despertad! 1975
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¡Despertad! 1975
g75 8/3 págs. 8-11

Lo que las naciones pobres dicen

NADIE quiere ser pobre. Sin embargo actualmente hay grandes cantidades de personas pobres por todas partes. ¡En muchos países casi toda la población vive en la pobreza!

Los líderes mundiales llaman a esas naciones, naciones “en desarrollo.” Pero en realidad son pobres. También se les llama el “Tercer Mundo,” estando alistadas debajo de las naciones prósperas y las naciones que tienen cierto grado de abundancia.

Siglos atrás las comunicaciones limitadas impedían que la mayoría de la gente en los países pobres observara cómo vivía la gente de los países más prósperos. Pero en la actualidad es diferente. La gente pobre en todas partes, debido a los diarios, revistas, aparatos de radio y televisión, están observando cómo vive “la otra mitad.” Ellos también quieren vivir de este modo.

Muchas autoridades dicen que la situación mundial se puede hacer muy explosiva debido a las crecientes esperanzas de las naciones pobres. Se piensa que si la situación de éstas no mejora, quizás estén dispuestas a aceptar soluciones radicales a sus problemas. Y por lo general también se está de acuerdo en que ya ha pasado la época cuando se podía convencer a las naciones pobres de que su condición era cuestión de “destino,” lo cual debían aceptar.

“Juicio de acusación”

En la primavera de 1974, los países “en desarrollo” patrocinaron una sesión especial en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta sesión de tres semanas se dedicó a sus problemas, especialmente al uso que los países más acaudalados dan a sus materias primas.

De estas reuniones, James Reston del Times de Nueva York dijo: “En las Naciones Unidas también se está llevando a cabo una especie de juicio de acusación... no de un hombre, sino de una civilización. Cada día las naciones pobres redactan los artículos de acusación en contra de las naciones ricas.”

¿Qué dijeron las naciones pobres? Sus ‘artículos de acusación’ se muestran en la página siguiente.

Estos son algunos de los puntos de queja que presentan las naciones pobres. También señalan al tremendo consumo o hasta el exceso de desperdicio en las naciones más acaudaladas. Por ejemplo, el mundo ahora gasta más de 200.000 millones de dólares al año en armamentos, principalmente los países industriales. Las naciones pobres piensan en las muchas cosas que se podrían hacer para remediar su situación con todo ese dinero. ¡Y sin embargo, gran parte de los presupuestos anuales de la mayoría de las naciones pobres se emplea en gastos de armamentos!

Las naciones pobres también pueden señalar que si los norteamericanos solo comieran un emparedado menos por semana, el cereal ahorrado sobrepasaría lo que la India espera importar en un año. También se calcula que el abono que los norteamericanos despilfarran en sus céspedes, arbustos y flores haría mucho por compensar el déficit de abonos en Asia, lo cual ayudaría a los asiáticos a alimentarse a sí mismos. Además, según los expertos agrícolas, la cantidad de cereales que se usa cada año para producir bebidas alcohólicas en los Estados Unidos podría mantener vivas a 500.000 personas en el sur del Asia durante ese mismo año.

Pero, ¿es ser práctico el esperar que la gente en las naciones más ricas se prive de tales cosas para ayudar a los países más pobres? James Reston pregunta: “¿Pueden las naciones ricas y las pobres continuar de este modo? ¿Pueden las naciones adelantadas consumir y desperdiciar y cobrar por la mano de obra como lo hacen, pasando por alto la miseria de la mayoría de la raza humana en los países pobres?” Entonces él señala que los países pobres preguntan: “¿Escucharán siquiera los países grandes?” “La respuesta,” dice Reston, “obviamente es ‘todavía no.’”

Y así es que, a medida que continúa el debate internacional, aumenta el pesimismo. ¿Por qué? Porque los problemas de la mayor parte de las naciones pobres no se están solucionando. Están empeorando.

A pesar de todas las conferencias y esfuerzos encaminados al “progreso,” la cantidad de personas pobres en el mundo aumenta. Hoy día, cuando los hombres viajan a la Luna y se ha dominado la energía del átomo, ¡hay muchas más personas hambrientas, pobremente vestidas, inadecuadamente alojadas y analfabetas en el mundo de lo que jamás hubo en toda la historia! ¿Cuántas? Contesta el secretario general de las Naciones Unidas Kurt Waldheim:

“La más devastadora acusación contra nuestra actual civilización mundial es la continuada existencia de una pobreza absoluta, que se difunde entre las dos terceras partes de la población del mundo.

“Se infiltra en cada fase de la vida de los países en desarrollo: en la desnutrición de los niños, en los brotes de enfermedades, en el desempleo ampliamente esparcido, en proporciones bajas de alfabetismo, en ciudades superpobladas.”

La actual población del mundo es de casi 4.000 millones. Dos terceras partes, según Waldheim, se encuentra en una pobreza absoluta. ¡Eso es aproximadamente 2.600.000.000 de personas! Sin embargo la población mundial, especialmente la de las naciones pobres, está creciendo explosivamente. A la proporción actual, se duplicará en tan solo 35 años. El científico sueco en alimentación Georg Borgstrom dice:

“El crecimiento explosivo en el número de humanos está amenazando con barrer los adelantos que la raza humana ha hecho y socavar todos los valores humanos, hundiendo a una creciente porción de la raza humana en una pobreza abyecta.

“Contrario a la creencia general y a pesar de todas las medidas que tomemos en su contra, la cantidad de personas hambrientas, sedientas, pobres, y analfabetas está aumentando constantemente, tanto en términos relativos como absolutos.”

La India, que ocupa el segundo lugar entre las naciones más pobladas del mundo, tiene casi 600 millones de habitantes y ahora añade 13 millones más cada año. Un ministro del gabinete de ese país calcula que ahora aproximadamente las dos terceras partes de la población de la India vive “por debajo del nivel de pobreza.” ¡Eso es aproximadamente 400 millones de personas! Según el informe, estas personas tienen un promedio de ingresos de unos seis dólares y medio al mes. La cantidad de desempleados en el campo se ha sextuplicado en veinte años, de más de tres millones a más de dieciocho millones ahora. Y las condiciones en la India continúan empeorando debido a las malas cosechas y a los precios exageradamente altos de los productos que tiene que importar.

La cantidad de analfabetos, personas que no saben leer o escribir, está aumentando. Aproximadamente tres cuartas partes de toda la población de las naciones africanas es analfabeta. La mitad de Asia lo es. Y aproximadamente una cuarta parte de los latinoamericanos es analfabeta.

En algunos países la pobreza se ha hecho tan grave y evidentemente tan desesperada que “le han dado a la palabra ‘pobreza’ nuevas dimensiones,” dice la revista Atlantic. Esta publicación declara acerca de una de las naciones asiáticas:

“Uno hasta pudiera decir que ya ni siquiera pudiera alistarse entre las naciones que luchan del Tercer Mundo; encabeza la aparición de un Cuarto Mundo de estados jóvenes y destituidos que se mantienen vivos solo mediante fuertes transfusiones de ayuda extranjera. . . .

“Se hundirían como piedras sin la ayuda internacional . . . Nadie las necesita, o las quiere.”

La brecha se ensancha

Lo que alarma a muchas autoridades es que la mayoría de las naciones pobres se están quedando cada vez más lejos de las naciones ricas. Los ingresos de la gente en Europa y la América del Norte han sido mucho mayores que los ingresos de la gente en los países pobres. Y la brecha está creciendo, no disminuyendo.

Por ejemplo, las estadísticas que llevan las Naciones Unidas muestran que en un reciente período de ocho años, el ingreso de una persona de término medio en los Estados Unidos aumentó en una cantidad 25 veces mayor que la de una persona de término medio en África, 16 veces mayor que los ingresos en Asia, y 9 veces mayor que los de la América Latina.

Lo mismo es cierto de la producción de alimentos. En un reciente período de seis años el promedio de la producción de alimentos por persona aumentó 9 por ciento en Europa occidental. Pero durante el mismo período, disminuyó 5 por ciento en África. La América Latina y el Cercano Oriente no mostraron ningún aumento en absoluto por persona. Y estas cifras se dieron a conocer antes de las recientes desastrosas escaseces de alimentos en África y parte de Asia.

Tampoco es práctico que las personas en las naciones pobres piensen que algún día tendrán los bienes materiales que tienen las naciones más acaudaladas. Si todas la naciones produjeran los bienes que producen los Estados Unidos, sería necesario que la producción mundial de las materias primas aumentara a una proporción fantástica. Por ejemplo, la producción de hierro y cinc tendría que aumentar aproximadamente 75 veces la cantidad actual. Tendría que haber 200 veces más plomo y 250 veces más estaño. En vista del hecho de que aun ahora los recursos de la Tierra se están produciendo en cantidades extraordinarias para sostener el enorme y creciente apetito del mundo industrial, la producción para poner a las naciones pobres a la par con las naciones ricas actualmente está más allá del campo de lo posible.

Recientemente las naciones productoras de petróleo cuadruplicaron sus precios del petróleo. Esto fue un serio golpe para las naciones industriales. Pero para las naciones pobres ha sido una catástrofe. Estas naciones no estaban pagando lo que gastaban ni siquiera antes del aumento. Es por eso que el canciller Helmut Schmidt de Alemania occidental dijo: “Los países en desarrollo están en peligro de quedarse rezagados en la corriente de acontecimientos. Sus mismísimas existencias están amenazadas por los precios crecientes del petróleo.”

Estas sombrías perspectivas para las naciones pobres fueron señaladas por los autores Paul Ehrlich y Dennis Pirages en su reciente libro Ark II:

“Está claro que las creencias acariciadas de que [las naciones pobres] algún día puedan alcanzar a las naciones industriales no son nada más que mitos propagados por los que ‘tienen’ para mantener a raya a los que ‘no tienen.’

“La información muestra que la brecha entre las naciones ricas y las naciones pobres se está ensanchando, no angostando.”

Actitud cambiante

La brecha que se ensancha también está produciendo consecuencias serias para las naciones ricas. Esto se debe a su dependencia creciente de las materias primas de las naciones del “Tercer Mundo.” Pero ahora estas naciones han cambiado sus actitudes en cuanto a cómo se usarán sus recursos, y cuánto habrá que pagar por éstos.

Un ejemplo de esto fue la acción tomada por las naciones en desarrollo que producen petróleo, acción que ha sacudido a todos los países industriales. Por muchas décadas las naciones más pobres productoras de petróleo tuvieron que vender su petróleo a un precio relativamente barato. Pero recientemente, estas naciones se unieron y acordaron en cuadruplicar sus precios. El sha de Irán expresó el cambio de actitud de esas naciones, al decir: “La era del petróleo barato se terminó. Debemos añadir que la era de la explotación se terminó.”

Después de observar lo que pasó con los precios del petróleo, el canciller Schmidt de Alemania occidental declaró: “La lucha por los precios del petróleo quizás sea seguida mañana por una lucha similar por los precios de otras materias primas importantes.” Ese punto de vista fue reforzado por el primer ministro de Jamaica, cuyo país es rico en el mineral de bauxita del que se produce el aluminio. Él declaró:

“Los países en desarrollo no pueden continuar suministrando las materias primas a los países desarrollados sobre las bases anteriores, y en un mundo en donde impera la inflación es importante enlazar el valor de la materia prima con el valor de los productos terminados.”

Es evidente que las naciones pobres han puesto un desafío ante las naciones ricas. Ya no aceptarán pasivamente lo que las naciones industriales se han supuesto por más de dos siglos. Esa suposición fue que siempre habría materias primas baratas disponibles de las naciones pobres. La situación ha cambiado.

Sin embargo, el dilema de las naciones pobres es que la mayoría de ellas no están bendecidas con una abundancia de materias primas. La mayoría de ellas carece de abundantes recursos minerales y petrolíferos. En su gran parte son países agrícolas, y en los años de mala cosecha no tienen a qué recurrir para vender a otras naciones. Así es que no tendrán el dinero para comprar los alimentos y las otras cosas que necesitan para ayudarse en los años de malas cosechas. Eso es precisamente lo que les está sucediendo ahora a varios países en África, Asia y la América Latina.

Por lo tanto, en una nación pobre un poeta iracundo escribió: “¿Cómo soportamos el calor del sol? Quemándonos. ¿Cómo nos protegemos de la lluvia? Empapándonos. ¿Cómo mantenemos alejada el hambre? Pasando mucha hambre. ¿Cómo curamos las enfermedades? Muriéndonos.”

¡Cuán evidente es que el actual sistema de cosas de la Tierra no puede resolver los problemas! La humanidad necesita imperiosamente un nuevo sistema, uno que pueda traer beneficios a los pueblos de todas las naciones. Solo el venidero nuevo orden de Dios puede hacerlo y lo hará.

[Recuadro de la página 9]

‘ARTÍCULOS DE ACUSACIÓN CONTRA LAS NACIONES RICAS’

1. Uno de cada tres bebés que nacen en las naciones pobres muere antes de cumplir cinco años;

2. Para los niños que sí sobreviven, dice el Dr. Mubashir Hasan, ministro de finanzas de Paquistán, “es una vida de privaciones, desesperación y degradación. Es una lucha intensa, pero misericordiosamente corta, pues su promedio de vida no pasa de treinta años”;

3. La creciente catástrofe que envuelve a muchas naciones africanas debido a la sequía y la mala administración está más allá de la imaginación de las naciones adelantadas. Es también un reproche a las Naciones Unidas, las cuales en su Carta prometieron promover “un nivel de vida más elevado, empleo para todos, y condiciones de progreso económico y social y de desarrollo”;

4. Las naciones de lo que se llamaba el Occidente Cristiano y ahora se llama el Occidente Industrial o el Mundo Desarrollado y Adelantado están engañando a las naciones pobres. ¿Cómo? Por medio de comprar a las naciones pobres sus materias primas y otros productos a un precio muy barato, y venderles devuelta los productos manufacturados a precios muy elevados;

5. Las naciones ricas pagan a sus obreros de diez a veinte veces más de lo que se paga a los obreros en los países pobres. Si la paga fuera aproximadamente igual, los países pobres recibirían aproximadamente 250.000 millones de dólares más cada año por su trabajo y productos.

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