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¡Despertad! 1975
g75 8/5 págs. 25-26

Cálculos renales... antiguo mal todavía con nosotros

LOS cálculos renales se encuentran entre los males más antiguos de la humanidad. Dan testimonio de ese hecho momias y tumbas indias de gran antigüedad. No solo eso, sino que un ataque de cálculos renales puede ser uno de los más dolorosos de todos los males humanos.

Por lo general el dolor es causado como resultado de haberse alojado un cálculo o piedra en el uréter. Esto produce un dolor agudísimo en la espalda o flanco que se irradia a la parte inferior del tronco y hasta la ingle y la cara interna del muslo. Según estadísticas, el uno por ciento de todos los europeos, asiáticos y americanos son “portadores de cálculos.” En EE. UU. se hospitalizan anualmente unas 200.000 personas a causa de cálculos renales.

Si uno está entre los atacados, lo más probable es que tenga menos de cuarenta años de edad. Y si ha padecido de un ataque, entonces hay cuatro probabilidades contra cinco de que no tenga otro. Y esto es más probable aún si el ataque anterior no necesitó operación.

En la terminología médica, las piedras en los riñones caen bajo el título de “cálculos urinarios, o renales.” Las piedras pueden ser casi microscópicas en su tamaño, llamadas “arenilla,” o lo suficientemente grandes como para llenar todo un riñón, y pueden hallarse en cualquier parte del sistema urinario. Se componen de muchas sustancias y adquieren diversas formas. Hay principalmente tres clases de piedras o cálculos, causadas por tres condiciones químicas diferentes, siendo la más común las piedras de exalato de calcio. Se desconoce qué da lugar a la formación de la mayoría de los cálculos, pero ciertos elementos de la orina se aglomeran alrededor de un núcleo y con el tiempo se desarrolla una piedra.

Sus causas

¿Qué es lo que hace que una persona tenga piedras en los riñones? Un especialista al hablar ante un simposio internacional dijo concerniente a las piedras de fosfato de calcio y oxalato de calcio que su “génesis . . . es poco conocido” y su “tratamiento muy poco satisfactorio.”

No obstante, en el mismo simposio otro orador declaró que la formación de cálculos renales era un proceso que envolvía muchos factores. Entre éstos, dijo él, estaban los minerales, desórdenes anatómicos, funcionales y endocrinos así como los trastornos metabólicos (como hiperactividad de la glándula paratiroides), y los de naturaleza bacteriológica.

Y hay considerable evidencia de que los factores genéticos son un factor contribuyente. Así, ciertos especialistas han informado a los pacientes que sufren del tipo congénito de cálculos renales que ésta “no es una afección en el sentido ordinario. Es un estado permanente debido a que ha heredado algo tanto de su padre como de su madre, sin mediar falta de parte de ellos.”

También se reconoce que las condiciones de vida están relacionadas con la formación de cálculos renales. Son mucho más frecuentes en las zonas calurosas y húmedas que en las zonas templadas. Por eso en el sur del oeste estadounidense la relación de portadores de cálculos renales con la población es casi el doble de la que prevalece en las zonas septentrionales. Una ocupación sedentaria también parece favorecer la formación de los cálculos renales.

Lo mismo se puede decir de un nivel de vida “superior.” Por eso, los cálculos renales entre la población blanca de la República Sudafricana son mucho más frecuentes que entre los nativos bantúes africanos. Esta diferencia se puede deber principalmente a la diferencia de hábitos alimentarios. De hecho, se está haciendo evidente que el régimen tiene mucho que ver en la formación de los cálculos renales. Se ha mostrado, entre otras cosas, que hay una relación entre los cálculos renales y el comer abundantemente alimentos muy condimentados, como la salsa Worcestershire (que contiene aceites volátiles y fuertes especias). El condimento curry, un condimento preparado con hojas de un arbusto de la India, raíz de cúrcuma, pimienta y otras especias, está igualmente implicado. Así los vitianos cuyo régimen es blando están prácticamente libres de cálculos renales, mientras que los nativos de la India, que viven en la misma isla, pero comen curry en abundancia, tienen una alta proporción de cálculos renales.

Se ha demostrado que hasta el consumir muchas comidas y bebidas a base de hidratos de carbono, como las que contienen mucho azúcar, tiene relación en la formación de cálculos renales. Lo mismo es cierto de comer muchos productos lácteos.

Lo que se puede hacer

La misma consideración de las causas sugiere lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en cuanto a evitar una repetición de los cálculos renales. No se puede hacer nada con el factor genético en sí, pero uno puede compensar por él.

Parece que las personas que viven en climas calurosos y húmedos y que no beben suficiente agua para compensar su profusa traspiración, son más propensos a tener cálculos renales que los que viven en climas moderados. De modo que una de las prevenciones más simples y eficaces es beber una gran cantidad de agua. En realidad, cuando se sufre de un ataque de cálculos renales, lo primero que hay que hacer es beber agua en abundancia. Eso, junto con reposo y el uso de calmantes, a menudo trae alivio. Pero en casos graves, en que el uréter es bloqueado por una piedra, puede que se requiera una cirugía.

Si se lleva una ocupación sedentaria, hay que hacerse el propósito de hacer más ejercicio. De hecho, a los pacientes confinados a guardar cama se les insta, por esta razón, a moverse en la cama y no permanecer acostados en una sola posición.

Si hay tendencia a formar el tipo de cálculos renales de calcio, el proceder de la prudencia sería comer muy pocos derivados de la leche como el queso y la leche misma. Y puesto que se sabe que el permitirse un exceso de alimentos altamente condimentados causa cálculos renales, será necesario usarlos con moderación.

Entre las cosas que usan los especialistas para prevenir la formación de piedras de exalato de calcio —la clase más común— está la terapia oral de óxido de magnesio con o sin suplementos de vitamina B6. Informes en revistas médicas hablan de médicos que han tenido sorprendente buen éxito en prevenir la repetición de piedras por medio de uno u otro de estos métodos, durante cierto número de años. Claro está, todos esos tratamientos deben estar bajo la dirección de un médico completamente familiarizado con esa clase de terapia. Lo mismo se puede decir de prevenirlos por el uso de sales fosfatadas y antibióticos.

Pero el remedio más simple y el de más amplia y firme recomendación es el beber agua en abundancia. Algunos médicos han obtenido notables resultados haciendo que sus pacientes beban un cuartillo de agua cada 4 horas, hasta interrumpiendo su sueño para hacerlo. De hecho, esto es especialmente importante, puesto que parece que los cálculos renales se forman especialmente durante la noche. El hacer uso de esos remedios puede ser muy eficaz.

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