BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g75 8/10 págs. 11-14
  • Un gobierno que liberará a la humanidad

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Un gobierno que liberará a la humanidad
  • ¡Despertad! 1975
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Gobernantes probados y capacitados
  • Liberación segura de problemas graves
  • Reino
    Razonamiento a partir de las Escrituras
  • Una Tierra librada de la enfermedad y la muerte
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
  • Dios selecciona sabiamente a los gobernantes de la Tierra
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
  • “Buenas nuevas”... ¡hasta para nuestro día!
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
Ver más
¡Despertad! 1975
g75 8/10 págs. 11-14

Un gobierno que liberará a la humanidad

POR unos mil novecientos años Jehová Dios ha estado preparando un gobierno que traerá alivio a la humanidad pecadora y moribunda. Él ha estado seleccionando de entre la humanidad a los gobernantes de ese gobierno y unificándolos bajo su Hijo como cabeza. (Efe. 1:9, 10) La perspectiva delante de éstos es la resurrección a la vida celestial inmortal, para servir como reyes-sacerdotes. (1 Cor. 15:42-54; Efe. 1:3-23; Rev. 20:6) Junto con Jesucristo, estos reyes-sacerdotes administrarán los beneficios expiatorios del sacrificio de Jesús y liberarán a la humanidad de la esclavitud al pecado y a la muerte. Miles de millones de individuos que ahora están muertos estarán incluidos entre los que se beneficiarán de dichos servicios al ser restaurados a la vida.—Hech. 17:31.

¿Qué seguridad tenemos de que el gobierno de Jesucristo y sus asociados no tendrá ninguna de las características indeseables de los gobiernos del hombre? ¿Por qué podemos confiar en el cuerpo gobernante que Dios ha estado seleccionando por tantos siglos?

Cuando uno piensa en términos de gobierno humano, quizás tenga poca confianza en que algún gobierno tenga la solución de nuestros muchos problemas. A través de la historia, la posición social, rango, hazañas militares, fama, riquezas o cosas parecidas a menudo han determinado quién gobernaba. En muchos países aun la persona más capacitada tendría dificultad en conseguir algún cargo público elevado sin el apoyo de partidos políticos fuertes y generosas contribuciones a su campaña. Los hombres no han podido diseñar un sistema por el cual puedan estar seguros de que los individuos que coloquen en los cargos oficiales tengan tal integridad que no puedan ser corrompidos o influenciados de modo que usen su posición para fines egoístas.

Gobernantes probados y capacitados

¿Qué hay de la selección de reyes-sacerdotes en el gobierno de Dios, su reino celestial? La manera en que las personas obtienen una posición de gobierno en ese Reino es completamente diferente de lo que ha sido el caso con los gobiernos del mundo. La Biblia claramente muestra que la posición social, educación, rango, fama mundial, dinero y cosas semejantes no comprarán un lugar en ese gobierno. (1 Cor. 1:26, 27) Nadie puede hacer campaña por el puesto. El individuo tiene que ser probado para el cargo. En circunstancias difíciles, tiene que probar que es una persona de integridad y que se preocupa más del bienestar de otros que del suyo propio. (Hech. 14:22; 1 Juan 3:16-18) Jehová Dios, que puede leer las motivaciones del corazón, es El que determina si el individuo satisface los debidos requisitos.—1 Sam. 16:7; Juan 6:44; 2 Tes. 1:11; Rev. 22:11-15.

Considere lo que tuvo que padecer el principal de este cuerpo gobernante, Jesucristo. Como hijo unigénito de Dios en los cielos, tenía todo. “Aunque era rico,” dice la Biblia, “se hizo pobre.” (2 Cor. 8:9) Voluntariamente dejó su posición ensalzada en los cielos para llegar a ser hombre, y aprendió la obediencia a su Padre en circunstancias desfavorables. Sufrió mucho, y finalmente murió en un madero de ejecución como un criminal de la peor clase. (Fili. 2:5-8; Heb. 5:7, 8) Debido a lo que experimentó mientras estuvo en la Tierra, Jesucristo realmente comprende las necesidades de las criaturas humanas y puede tratar compasivamente con ellas.—Heb. 2:17, 18.

Como hombre, Jesucristo demostró profunda preocupación y amor por la gente. Voluntaria y afanosamente fue en ayuda de los que estaban angustiados. (Mat. 14:14; Mar. 6:34) También demostró que era cabalmente capaz de resolver los problemas graves a los que se enfrentaba la humanidad. Comisionado por Dios, sanó a los enfermos, a los lisiados y deformes; restauró la vista a los ciegos; destapó los oídos a los sordos; abrió la boca de los mudos; milagrosamente proveyó alimentos para miles de personas, y hasta resucitó a muertos. Estas cosas realmente sucedieron. Han sido registradas por testigos presenciales.—Mat. 11:5; 14:16-21.

En cuanto a los que estarán asociados con Jesucristo en gobernar, no pueden ser como los hombres que prometen mucho pero que, al conseguir el cargo gubernamental, no cumplen sus promesas. La Biblia dice de los que estarán en el cielo con Cristo: “No se halló en su boca falsedad; son sin tacha.” (Rev. 14:5) Así como lo hizo Jesucristo, tienen que demostrar que son altruistas y abnegados y que están dispuestos a morir por sus hermanos cristianos.—1 Juan 3:15-18.

En el caso de los gobiernos humanos, a menudo los gobernantes no comprenden verdaderamente los problemas de sus súbditos. Pero no es así con los hombres y mujeres a quienes ha escogido Jehová Dios a través de los pasados mil novecientos años. Como grupo, tienen toda clase de antecedentes y vienen de todo ramo de actividad en la vida. No hay prueba ni problema común a los hombres a que algunos de ellos no hayan tenido que enfrentarse. Han experimentado abusos verbales y físicos, difamación, odio y hasta muerte violenta. (Juan 15:19, 20) A pesar de sus propias debilidades e imperfecciones, tuvieron éxito en mantener una posición aprobada ante Dios. Puesto que saben lo que significa sufrir como hombres y mujeres, verdaderamente pueden compadecerse de las imperfecciones humanas y brindar la ayuda que se necesita.

Como personas espíritus inmortales, también tendrán el poder para ayudar a la humanidad. La muerte no podrá acortar los provechosos servicios de ninguno de ellos. Tendrán tiempo abundante para hacer que la raza humana logre la perfección. La Biblia muestra que Dios ha designado un período de mil años para esta tarea.—Rev. 20:6.

Según la Palabra de Dios, Jesucristo y sus reyes-sacerdotes asociados usarán a representantes terrenales para ayudarlos en su tarea vital. (Sal. 45:16) ¿Qué clase de personas serán? El Rey Jesucristo ciertamente nunca usaría hombres arrogantes y egoístas. Él murió voluntariamente por la humanidad en expresión de su profundo amor y, por lo tanto, nunca toleraría como representante suyo a nadie que tratara de explotar a otros para ganancia personal. La actitud de Jesús será como la del antiguo rey David, quien dijo: “No tolerará al de altivos ojos y corazón soberbio. Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para tenerlos conmigo; los que andan por el camino de la rectitud serán ministros míos.”—Sal. 101:5, 6, Nácar-Colunga.

Liberación segura de problemas graves

Las cualidades de Jesucristo, las de sus reyes-sacerdotes asociados y las de los representantes terrenales del Reino garantizan que se salvaguardará el bienestar de todos los que aman la justicia. No tolerarán el desarrollo de un codicioso sistema comercial que se basa en lograr ganancias a fuerza de competencia. Tampoco permitirán que nadie interfiera con la distribución equitativa de los alimentos y otros artículos necesarios. Toda la humanidad, no solo unos pocos, estará libre de necesidad. Con referencia a la abundancia que entonces compartirán todos, la Biblia dice: “Jehová de los ejércitos ciertamente hará para todos los pueblos . . . un banquete de vino mantenido sobre las heces, de platos con mucho aceite llenos de médula.”—Isa. 25:6.

¿Qué hay de la contaminación y de la mala administración actual de los recursos de la Tierra por parte del hombre? La Biblia nos dice que Jesucristo, en su existencia prehumana, trabajó junto con su Padre en la creación. (Juan 1:3; Col. 1:15, 16) Así es que él comprende los varios ciclos responsables del sostén de la vida vegetal y animal. Como Rey, por lo tanto, él puede impartir el conocimiento que impedirá la contaminación, así como la mala administración de los recursos de la Tierra. También puede proveerle al hombre la guía que necesita para transformar la Tierra a una condición de esplendor paradisíaco y para sacar el mayor provecho de su productividad.—Compare con Génesis 1:28; 2:15.

Se terminarán los graves problemas de familia, las desavenencias y las ofensas que se deben a las debilidades y a las imperfecciones, a medida que Jesucristo y sus reyes-sacerdotes asociados ayuden a las criaturas humanas a lograr la perfección. Esto también resultará en quitar todos los otros problemas que se originan del pecado heredado, entre ellos la vejez, la enfermedad y la muerte. Por medio del Reino en las manos de su Hijo, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.”—Rev. 21:4.

Entonces nadie tendrá que temer el llegar a ser la víctima del crimen, la guerra, la injusticia o la opresión. En todas partes la gente estará aprendiendo los caminos de la paz. (Isa. 2:4) A todos se les tratará equitativamente. Hablando proféticamente del modo en que Jesucristo tratará los asuntos, la Biblia nos dice: “Él no juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. Y con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y con rectitud tiene que administrar censura a favor de los mansos de la tierra.”—Isa. 11:3, 4.

Nunca más se enfrentará la humanidad a la fiera competencia, a las frustraciones o a la monotonía que frecuentemente acompañan al trabajo en este viejo sistema. Las personas hallarán placer en hacer trabajo productivo, sabiendo que no están en peligro de ver todo quedar en nada debido a la adversidad. El lenguaje que usó el profeta Isaías revela que hay una base dada por Dios para esta convicción. Leemos: “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No será para nada que se afanarán.”—Isa. 65:21-23.

El reino de Dios por medio de Cristo ciertamente es la solución a los muchos problemas del hombre. Solo éste puede lograr condiciones de paz, seguridad y justicia para todos. Pero ¿cuándo tomará ese reino el control completo de los asuntos de la Tierra?

[Ilustración de la página 13]

El reino de Dios pronto hará de esta Tierra un paraíso

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir