El arte de adivinar... ¿realmente puede ayudarlo?
“LEO su futuro como si fuera un libro abierto.” “Contesto todas las preguntas.” “Tráigame sus problemas y yo se los resolveré... no importa de qué naturaleza sean.”
Una adivina hacía estas pretensiones en una hoja suelta en que anunciaba sus servicios.
Muchas personas toman muy en serio estas pretensiones. Por todo el mundo los adivinos gozan de negocios florecientes. Algunas personas visitan a los adivinos todos los días y no toman ninguna decisión de importancia sin consultarlos.
¿Qué es el arte de adivinar? ¿Pueden los adivinos realmente contestar preguntas vitales y resolver problemas? ¿Puede ayudarle a usted el arte de adivinar?
Métodos de adivinar
El arte de adivinar, según The Encyclopedia Americana, implica “predecir la fortuna o futuro de uno por medio de supuestos signos o indicios que los adivinos aficionados o profesionales ven e interpretan.”
Por lo tanto, la adivinación es un procedimiento en que se emplean medios extraordinarios para obtener conocimiento de lo desconocido o del futuro. Es por eso que los nombres de muchos de los métodos empleados terminan en -mancia (del griego manteía: “adivinación”). Hay, por ejemplo, la cartomancia (adivinación por medio de las cartas), la quiromancia (por las líneas de la mano) y la cristalomancia (por el uso de un espejo, bola de cristal u otro objeto trasparente).
Muchos métodos del arte de adivinar implican buscar e interpretar agüeros o signos que supuestamente pronostican acontecimientos futuros. La astrología está en esta categoría. El Sol, la Luna, las estrellas y los planetas afectan, según dicen, los acontecimientos terrestres y humanos. Se supone que cada grupo de estrellas y cada planeta ejercen una influencia particular, positiva o negativa. Los astrólogos trazan un “horóscopo” o cuadro de las posiciones mutuas en que se encuentran los cuerpos celestes en el momento del nacimiento de una persona. Basados en esto dicen que pueden leer su personalidad y destino.
La quiromancia es una forma de predecir el porvenir por medio de examinar las líneas y otras características de la palma de la mano de alguien. Se ve que está estrechamente relacionada con la astrología, puesto que los quirománticos hablan de las manos como si tuvieran “montes,” llamados según los siete planetas conocidos por los astrólogos antiguos.
Algunos adivinos trabajan con naipes tarots. Estos naipes especiales incluyen 22 “tarots” (o triunfos) y 56 naipes numéricos, o numerales. Los naipes numerales se dividen en cuatro palos. A cada palo se le da un sentido total y a cada naipe un significado específico. Los naipes se interpretan según sus significados asignados, modificados por la combinación de un naipe con otro cuando se dan los naipes, o cuando se sacan o se desparraman.
La lectura tarot también está relacionada con la astrología. El libro How the Tarot Speaks to Modern Man explica que los que leen tarot “basan su interpretación de las barajas en la estructura del universo, particularmente el sistema solar simbolizado por la Cábala Santa.” La “Cábala” (un conjunto de doctrina oculta judía) divide el universo en tres elementos (fuego, aire y agua), siete planetas y los doce signos del zodíaco —22 en total— que corresponden con los 22 naipes triunfos de la baraja tarot.
Hay muchos otros métodos de adivinar por medio de agüeros, incluso la forma que toman al asentarse las hojas del té en el fondo de una taza, las configuraciones de gotas de aceite sobre la superficie del agua y la caída de los dados o fichas del dominó.
¿Una base científica?
¿Tiene una base científica esa investigación o averiguación para conocer rasgos de la personalidad de alguien o el futuro por medio de agüeros o presagios? Carece completamente de evidencia. El libro The Biological and Social Meaning of Race dice: “El número posible de diferentes combinaciones de genes que un solo ser humano podría heredar es mayor que el número de átomos del universo.” Los rasgos de un individuo, su modo de pensar y las decisiones que gobiernan su futuro también envuelven su ambiente y cultura.
¿Pudiera haber alguna correspondencia significativa entre la personalidad de alguien o su futuro y la caída de un par de dados (que presenta solo 36 posibilidades), la disposición de las hojas del té o cualquier otra ocurrencia al azar? Y puesto que la herencia en el momento de la concepción es lo que mayormente determina la personalidad, este hecho descarta cualquier “influencia” de parte de cuerpos celestes en el momento del nacimiento de uno.
Hay otro problema: A causa de la “precesión de los equinoccios,” que se debe a un leve “bamboleo” de la Tierra al girar sobre su eje, el Sol ahora cruza el ecuador cada primavera en la constelación llamada Piscis en vez de Aries. Esto hace que estén desalineados por una sección entera en los cuadros de astrología tradicionales que dan las fechas en que pasa el Sol por las doce constelaciones del zodíaco.
“Lo que se infiere de esto es claro,” hace notar Christopher McIntosh en The Astrologers and Their Creed. “O la tradición astrológica se hizo anticuada luego que la precesión de los equinoccios empezó a afectar el alineamiento de los signos y constelaciones, o de otro modo las cualidades atribuidas a los signos no están relacionadas con las estrellas en absoluto.”a
Naturalmente, otros métodos de adivinación que están relacionados con la astrología (como ciertos tipos de lectura de los naipes o de las palmas de la mano) carecen igualmente de base científica. Es por eso que las predicciones de los adivinos muy a menudo resultan equivocadas.
“Pero no siempre están equivocadas,” pudiera objetar alguien. Eso es cierto. En ocasiones, algunos adivinos han resultado sorprendentemente exactos. Pero si sus métodos no son científicos, ¿a qué se debe esta exactitud?
Una fuerza misteriosa
Aquí es interesante notar una expresión de la famosa adivina Jeanne Dixon, que a veces emplea una baraja de naipes para predecir el futuro. “No sé una sola cosa acerca de adivinar con los naipes. Simplemente hago que la persona los sostenga para que yo pueda captar sus vibraciones.” Igualmente, el libro Patterns of Prophecy (1973) dice acerca de la adivinación por las rayas de la mano: “Los quirománticos parecen extraer sus más astutas impresiones, no de las líneas de la mano, sino de tocar la persona a fin de establecer contacto psíquico. . . . varios quirománticos alemanes no pudieron hacer declaraciones correctas acerca del carácter de personas cuando solo se les presentaron fotocopias de las impresiones de las palmas de las manos.”
Así que no son los cuerpos celestes, los naipes, la palma de la mano de alguien ni ningún otro agüero los que dan por resultado los ocasionales “aciertos directos” de los adivinos. Sus éxitos se deben principalmente a una misteriosa “fuerza psíquica.”
Ese poder extraño está envuelto en diversos otros métodos de sondear lo desconocido o el futuro. Un ejemplo es la cleidomancia, o adivinación por medio de una llave suspendida de un hilo. Cuando se le hacen preguntas, la llave puede girar o moverse hacia atrás y adelante para indicar respuestas de “Sí” o “No” o suministrar otros tipos de información. Algunos usan otros objetos, como un péndulo, en lugar de una llave. A veces esos dispositivos, cuando se sostienen encima de un mapa, han señalado el lugar donde están objetos ocultos o perdidos y personas que han desaparecido. Cuando se suspende el péndulo encima de letras del alfabeto dispuestas en círculo, se ha sabido que este se ha movido hacia ciertas letras en sucesión para comunicar un mensaje.
Es similar la tabla ouija que contiene las palabras “Sí,” “No” y “Adiós,” las letras del alfabeto y los números del 1 al 9 y el 0. Encima de esta hay un dispositivo en forma de corazón montado sobre tres patas que terminan afelpadas. Cuando el que consulta pone las manos sobre este, una fuerza hace que se mueva por toda la tabla, formando palabras y frases que pueden suministrar información anteriormente desconocida a las personas que usan la tabla.
El mismo principio opera en el caso de cierta tabla en forma de triángulo o de corazón montada en ruedas pequeñitas y con un lápiz proyectado hacia abajo. Una o más personas colocan sus dedos sobre la tabla y un poder misterioso hace que escriba.
¿Cuál es la fuerza que hace posible que los adivinos hagan predicciones correctas en ciertas ocasiones o que obtengan información exacta que normalmente no podrían conocer? ¿Qué hace que el péndulo, la tabla de escritura y el dispositivo de tres patas encima de la tabla ouija se muevan de un modo que comunique información no obtenible por medios normales? ¿Qué es lo que engendra visiones en las bolas de cristal que a veces describen exactamente lo desconocido o el futuro? Obviamente hay en operación una fuerza dirigida inteligentemente. Los investigadores científicos y psíquicos no están seguros de qué fuerza se trata. ¿Beneficiaria a uno explorar ese poder misterioso? ¿Le ayudaría “probarlo solo una vez” para satisfacer su curiosidad?
El verdadero poder detrás de la adivinación
La Biblia advierte a todos los que desean ganar la aprobación de Dios que se alejen de esas cosas. El punto de vista de Dios se establece en Isaías 1:13: “No puedo soportar el uso de poder mágico junto con la asamblea solemne [para adoración].” Comentando sobre la palabra hebrea awen, vertida aquí “poder mágico,” Johannes Pedersen, un profesor de lenguajes semíticos, escribe:
“En sentido estricto denota fuerza, pero gradualmente ha llegado a usarse principalmente acerca de la fuerza falsa, el poder mágico, y por lo tanto tiene todas las características del pecado.” “Denota la fuerza falsa, actos que envuelven desastre, brujería y artes mágicas.”—Israel: Its Life and Culture, págs. 431, 448.
Otros textos bíblicos asocian el “poder mágico” con la adivinación, incluso el predecir el porvenir. (1 Sam. 15:23; Núm. 23:16-18, 21; Jos. 13:22) Las personas que desean adorar a Dios aceptablemente tienen que evitar envolverse en esa fuerza, porque no proviene de Dios. Entonces, ¿de dónde viene?
Señalando la verdadera fuente de mucha de la habilidad de predecir el futuro, la Biblia relata lo siguiente en Hechos 16:16-18:
“Encontramos a una muchacha que tenía un espíritu que adivinaba. Era una esclava, y ganaba mucho dinero para sus dueños, adivinando. Esta muchacha comenzó a seguirnos a Pablo y a nosotros . . . Hizo esto por muchos días, hasta que por fin Pablo, ya molesto, volteó y dijo al espíritu que estaba en ella: ‘En el nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.’”—Versión Popular.
Después que el apóstol Pablo hubo expulsado al “espíritu que adivinaba,” o demonio, de esta muchacha, sus amos “vieron que ya no tenían más esperanza de ganar dinero por medio de ella.” (Hech. 16:19, Pop) Ella había perdido su facultad de adivinar.
De esto resulta claro que la Palabra de Dios vincula el poder mágico que hay detrás de la adivinación con las fuerzas de espíritus inicuos, o demonios sobrehumanos invisibles. (Efe. 6:12) Por eso Dios le ordenó a su pueblo que evitara todo tipo de adivinación, diciendo:
“No debería hallarse en ti nadie . . . que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.”—Deu. 18:10-12.
Todas las normas de adivinación, ya sean por medio de la interpretación de agüeros o por algún otro uso de poder psíquico, están abarcadas en esa prohibición.
¿Puede ayudarlo a usted?
¿Cree usted que algo que Dios condena directamente en su Palabra inspirada podría ayudarlo? Realmente, la adivinación podría hacerle considerable daño. ¿De qué modo?
The World Book Encyclopedia da una razón: “Esa creencia puede privar a una persona de confianza en sí misma y en su propia capacidad. Quizás empiece a considerarse como completamente ‘a la merced de la suerte’ que no puede cambiar su destino. Entonces quizás pierda la ambición.”
De más importancia es el hecho de que la adivinación, por implicar el uso de “poder mágico,” que Dios condena, acarrea Su desagrado, haciendo a la persona “detestable a Jehová” e impidiendo que tenga una relación aceptable con Dios. (Deu. 18:12) Además, la Biblia asocia la predicción del futuro por parte de los adivinos con la influencia de los demonios. El que uno tenga que ver con la adivinación puede exponerlo al hostigamiento desde la región invisible.
Por lo tanto, ningún bien genuino puede venir de buscar la guía de adivinos o leer literatura destinada a ayudar a la gente a desarrollar poderes psíquicos. Los cristianos hacen bien en seguir el ejemplo de personas del primer siglo E.C. a quienes favoreció el Señor Jesucristo porque “no llegaron a conocer las ‘cosas profundas de Satanás.’”—Rev. 2:24.
Para los que posiblemente ya se encuentren envueltos en prácticas como la de adivinar, la Biblia contiene el siguiente ejemplo útil: “Muchos de los que se habían hecho creyentes venían y confesaban e informaban acerca de sus prácticas abiertamente. De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos.” (Hech. 19:18, 19) Los que llegaron a ser cristianos dejaron por completo esas prácticas.
Los adivinos con sus facultades psíquicas no pueden ayudarlo a conocer a Dios y sus requisitos para adoración aceptable. Tampoco pueden suministrar guía sana para la vida diaria ni una esperanza segura para el futuro. Esa información se encuentra solamente en la Santa Biblia, que verdaderamente es “inspirada de Dios.” (2 Tim. 3:16; Sal. 119:105; Isa. 46:10) Por lo tanto, el estudiar la Palabra de Dios y no el consultar a los adivinos, es lo que realmente lo ayudará en su vida.
[Nota]
a Para una consideración más extensa sobre astrología, vea el número del 22 de febrero de 1974 de ¡Despertad!, páginas 3-7.