¿Por qué aumentan los suicidios?

¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?... Eso es lo que la joven viuda se había preguntado a sí misma mil veces desde que su esposo se había colgado. Parecía tener tanto por qué vivir... un nuevo bebé, una esposa afectuosa, muchos excelentes amigos, un buen empleo. Todos sabían que podía encantar a un auditorio con su habilidad musical y, aunque relativamente joven, era muy respetado en la comunidad.

No había ni el menor indicio de que planeara quitarse la vida. Pero lo hizo. Y ahora los vivos, particularmente su esposa, tienen que llevar la tremenda carga, no solo de la pérdida de su esposo, sino también el estigma social que a menudo se le atribuye a la palabra... suicidio.

Quizás la pena que desgarra a esta joven nunca le ha sobrevenido a usted. Pero el tema de los suicidios todavía merece su atención porque están aumentando. La Organización Mundial de la Salud informa que cada día mil personas se suicidan en todo el mundo; eso significa una cada 86 segundos. Hubo casi 25.000 suicidios “oficiales” en los Estados Unidos en 1973. Pero estas cifras no lo dicen todo.

Se calcula que solo un norteamericano entre diez que intentan quitarse la vida logra hacerlo; en otras palabras, en 1973 quizás haya habido 250.000 intentos. Las cifras que se dan del número de suicidios son bajas. Debido a sentimientos religiosos u otros, o para preservar los beneficios de los seguros de vida, a menudo se indica “ataque cardíaco” —no suicidio— en las partidas de defunción. Evidentemente muchos ahogados y “accidentes” automovilísticos en realidad son suicidios.

El suicidio no es nada nuevo. Pero ahora es particularmente frecuente en ciertos grupos. ¿Por qué?

Por ejemplo, se dice que las personas mayores, que a menudo sufren extremadamente de soledad, están recurriendo con más frecuencia al suicidio. Entre los hombres negros que tienen entre 20 y 35 años de edad es dos veces más frecuente que entre los blancos del mismo grupo. El Dr. H. Hendin, autor de Black Suicide, dice que esto se debe a “la frustración y la rabia del barrio pobre de los negros.” También se culpa la frustración por el aumento del problema entre las mujeres profesionales. El suicidio ha alcanzado ‘proporciones epidémicas’ entre la juventud. Los expertos culpan a la preocupación por las notas, los padres y el sexo opuesto como las causas.

Pero, ¿son estas las verdaderas o únicas razones? Es cierto, muchas personas mayores sienten la soledad, pero esto no es completamente nuevo. Multitudes de mujeres se desgarran entre una carrera y el hogar; pero son relativamente pocas las que se matan. ¿Acaso los jóvenes no han tenido siempre problemas de escuela, de padres y de muchacho y muchacha? Cada uno de estos factores, aunque contribuye al problema actual del suicidio, también deja mucho sin decir. Tiene que haber otros factores.

Los hay. Las ciudades han aislado a los ancianos como nunca antes. Los movimientos contemporáneos sociales instan a las mujeres y a los negros a “realizarse” a cualquier costo o ser desechados. Los jóvenes, con poca disciplina en estos días, se entregan al alcohol y a las drogas. Adicionalmente, las películas modernas y la televisión glorifican la violencia y hacen que la vida parezca de poco valor. El espectro de un holocausto nuclear pende sobre el mundo. Parece que en todo frente el mundo actualmente está en una tremenda dificultad. Y, sobre todo, la gente siente que no hay nadie a quien pueda recurrir por ayuda.

Ya no se confía en las iglesias; le han dicho a la gente por demasiado tiempo que la Biblia es un libro de mitos. Casi toda la religión rápidamente está perdiendo la influencia que posiblemente haya tenido. No ha podido edificar en la vida de los individuos las cualidades necesarias para soportar las presiones modernas.

Cuando las crisis personales se les amontonan una encima de otra y las contemplan contra el fondo de los problemas más grandes que enfrenta toda la raza humana, muchas personas se sienten desesperadas. No tienen refugio.

Por supuesto, cada caso individual es diferente. Los expertos no están de acuerdo en cuanto a cuál realmente es la peculiar mezcla de circunstancias que por fin impulsa a una persona a morir por sus propias manos. ¿Hay algún indicio de que es inminente el suicidio? Los médicos buscan un modelo o patrón, pero es difícil de hallar. Algunas personas planean cuidadosamente quitarse la vida, pero otras actúan impulsivamente. Algunas se hacen erráticas antes de matarse, pero una calma súbita se asienta sobre otras.

Sin embargo, la mayoría de los suicidios no tienen un historial de desarreglo mental. Como sucedió en el caso del joven que se mencionó al comienzo de este artículo, la muerte de los suicidas les causa sorpresa sacudidora a todos.

Enfrentándose al suicidio

Los desconsolados familiares pueden estar particularmente alterados, razonando que la persona “sabía que eso no era lo que debía hacer.” Sí, probablemente lo sabía; pero muchas personas “normales” tienen momentos un poco irracionales. Dice un artículo en el National Observer: “La crisis suicida no es una característica de toda la vida. A menudo es un asunto de solo minutos u horas.” Desafortunadamente, cuando la tendencia ataca a algunas personas, la oportunidad para llevarla a cabo también está convenientemente a la mano.

Miembros de la familia y amigos con frecuencia sienten que de algún modo son responsables por lo que sucedió. “Debiera haber sido más atento, más amoroso,” quizás digan. Por supuesto, tal razonamiento no puede hacer volver al muerto. No obstante, la impresión tardía de lo que se debía haber hecho graba en todos nosotros una cosa: La necesidad de ser más sensibles a las necesidades emocionales de otros que frecuentemente no se mencionan.

Por supuesto, al fin de cuentas, el suicida tiene que aceptar la responsabilidad por su acto ante el Dador de vida. Aunque los que observan no entiendan las razones, lo que el suicida hizo fue incorrecto. A algunas personas se les hace difícil comprender este hecho. Sin embargo, Jehová sostiene la rectitud de Su ley acerca de la santidad de la vida.—Éxo. 20:13; Rom. 13:9.

Pero los que están vivos pueden confiar absolutamente en que Él también es misericordioso y comprensivo. Él es el único que conoce todos los factores complejos, personales y sociales, que pueden atormentar a una persona que desde todo otro aspecto es saludable y hacerla creer que tiene que matarse. La Biblia muestra que ‘el Juez de toda la tierra va a hacer lo que es recto.’—Gén. 18:25.

Los vivos hacen bien en fortalecerse para no cometer el error de pensar que el suicidio es la mejor salida de los problemas de la vida. Cultive un verdadero amor por Dios, un respeto por la vida. Aprenda su Santa Palabra; esta le mostrará que usted puede soportar las presiones peculiares a nuestro tiempo. (Mat. 7:24-27) No aumente las cargas de los que quedan atrás por el acto de un suicida. Haga suya la determinación de ayudarlos a ellos también a confiar en Aquel que conoce completamente los pensamientos y las intenciones del corazón.