BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g76 8/6 págs. 27-28
  • ¿Por cuáles ‘Diez Mandamientos’ se rige usted?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Por cuáles ‘Diez Mandamientos’ se rige usted?
  • ¡Despertad! 1976
  • Información relacionada
  • ¿Qué son los Diez Mandamientos?
    Preguntas sobre la Biblia
  • Los Diez Mandamientos—de Dios, no de los hombres
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1961
  • Los principios del decálogo siempre válidos
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1961
  • Diez Palabras
    Ayuda para entender la Biblia
Ver más
¡Despertad! 1976
g76 8/6 págs. 27-28

¿Cuál es el punto de vista bíblico?

¿Por cuáles ‘Diez Mandamientos’ se rige usted?

LOS Diez Mandamientos han sido altamente alabados, y muy apropiadamente. Bien se ha dicho de ellos: “Estos mandamientos . . . en sí mismos nos hacen un llamamiento como provenientes de una fuente sobrehumana o divina . . . Fácilmente están a la cabeza de todo nuestro sistema moral, y ninguna nación o pueblo puede continuar por mucho una existencia feliz en violación abierta de éstos.”—Biblical Law, H. B. Clark.

Algunos tienden a asemejar estos Diez Mandamientos al código de Hammurabi, hasta afirmando que se derivaron de éste, pero nada podría estar más lejos de la realidad. En primer lugar, el énfasis en los Diez Mandamientos se da a la obligación hacia Jehová Dios; en el código de Hammurabi y en otros códigos paganos similares de la antigüedad el énfasis se da a la obligación hacia el hombre. De hecho, el código de Hammurabi no es un “código” según se define por los abogados actualmente, puesto que meramente aplica principios morales generales a casos específicos. Así es que cada una de sus reglas comienza con la fórmula: ‘Si un hombre hace esto entonces le aplica la siguiente pena.’

Esto está en vivo contraste con los Diez Mandamientos, a los cuales se denomina “apodícticos” puesto que son mandatos o prohibiciones breves, absolutos, categóricos, completos en sí mismos, sin necesidad de explicación.

Hay acuerdo general en que solo hay diez de estos mandamientos que Jehová dio a Israel por medio de Moisés, y escribió sobre tablas de piedra. Esto se ve claramente en el registro inspirado, el cual habla de los Diez Mandamientos, también conocidos como el Decálogo, que significa “las Diez Palabras.” Sin embargo, se han numerado de cuatro modos.—Éxo. 34:28; Deu. 4:13; 10:4.

Las diferencias en estos cuatro modos de numerar solo conciernen al primero, segundo, y último de los mandamientos. La numeración por Josefo y Filo, conocidos escritores judíos del primer siglo de la E.C., hizo el Primer Mandamiento la prohibición de adorar a otros dioses; el Segundo Mandamiento, la prohibición de hacer imágenes y adorarlas y el Décimo Mandamiento la prohibición de codiciar per se, es decir codiciar cualquier cosa que pudiera tener el prójimo de uno. Este método de numerar le da la debida importancia a las varias cosas prohibidas y es el método que usa la mayoría de las iglesias protestantes así como los testigos cristianos de Jehová.

Los judíos de hoy día siguen la división que se da en el Talmud. Este alista como el Primer Mandamiento lo que en realidad es el preámbulo, a saber: “Yo soy Jehová tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos.” Es difícil determinar por qué clase de lógica o razonamiento se supone que este preámbulo sea un mandamiento. Debido a contar a éste como el Primer Mandamiento, los talmudistas se vieron obligados a incluir en el Segundo Mandamiento el mandato en contra de adorar a otros dioses y el mandato en contra de hacer imágenes y adorarlas.

Los católicos romanos cuentan el mandato en contra de adorar a otros dioses delante de Jehová, y el mandato en contra de hacer imágenes y adorarlas, como el Primer Mandamiento. Entonces numeran el mandato en contra de codiciar la esposa del prójimo como un mandato separado del de codiciar las otras cosas que tiene el prójimo. Se señala como base para esto el modo en que está escrito Deuteronomio 5:21: “No codiciarás la mujer de tu prójimo. No apetecerás . . . nada de lo que a tu prójimo pertenezca.”—Bover-Cantera.

Martín Lutero siguió el método católico romano en cuanto al Primer Mandamiento. Sin embargo, él contó el codiciar la casa del prójimo como el Noveno Mandamiento y el codiciar la esposa o cualquier otra cosa que tenga el prójimo como el Décimo Mandamiento. Él basó esta numeración en el modo en que reza Éxodo 20:17: “No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás . . . nada de cuanto sea de tu prójimo.”—Franquesa y Solé.

Así es que tenemos cuatro modos de numerar los Diez Mandamientos: El talmudista, el católico romano y el luterano, además del modo que se acepta más extensamente.

Una nota al pie de Deuteronomio 5:21 en la edición de letras grandes de la New World Translation de 1971 muestra sobre qué base el erudito católico romano San Agustín dividió el Décimo Mandamiento en dos mandamientos. Fue para compensar por contar el mandato en contra de adorar a otros dioses y el mandato en contra de hacer imágenes y adorarlas como un solo mandamiento. El pretexto aparente para hacer esto fue el hecho de que se usan dos diferentes verbos hebreos. A los judíos se les prohibía codiciar la esposa del prójimo, pero se les mandaba no ‘apetecer su casa,’ y así por el estilo. Pero la diferencia de verbos en hebreo solo aparece en Deuteronomio 5:21; no aparece en Éxodo 20:17, que contiene las palabras que Jehová Dios mismo escribió. Este mismísimo hecho, de que el Décimo Mandamiento no dice exactamente lo mismo en los dos registros (uno pone la casa del prójimo primero y separadamente y el otro pone a la esposa del prójimo primero y separadamente), ciertamente parece indicar que no se debe hacer ninguna distinción entre lo que no se debe codiciar.

Seguramente la diferencia entre el mandamiento que prohíbe la adoración de cualquier otro dios y el mandamiento de no hacer una imagen o semejanza y adorarla es mucho mayor que la diferencia entre el mandamiento de no codiciar la casa o la esposa del prójimo y el no codiciar cualquier otra cosa que pudiera tener el prójimo. La verdad es que se ha hecho gran daño al contar los dos primeros mandamientos como uno. ¿Cómo? Debido a que las versiones abreviadas de los Diez Mandamientos que generalmente se hallan en los catecismos católicos romanos y luteranos omiten por completo la proscripción en contra de hacer imágenes y adorarlas.

En apoyo de esta declaración es interesante notar lo que la New Catholic Encyclopedia (1967), tomo 4, página 7, dice: “Los cristianos que siguen la tradición de Éxodo procuran mantener la tradición de los ‘diez’ por medio de dividir los dos mandamientos —Ex 20.3 y Ex 20.4-6— que se considera un mandamiento por la tradición de la [Iglesia Católica Romana], a saber, Dt 5.7-10. Se considera que esta división representa la forma más original del Decálogo. . . . Esta opinión, de que Ex 20.4a era originalmente un mandamiento separado, parece ser una solución satisfactoria, especialmente si se sostiene que representa una prohibición en contra de hacer ídolos de Yahweh, puesto que entonces se amoldaría a la naturaleza de la ley apodíctica por medio de regular un tema diferente al del primer mandamiento.”—Compare Éxodo 32:4, 5; 1 Reyes 12:28.

Claramente, los mandamientos en contra de adorar a otros dioses y el mandamiento en contra de adorar a ídolos tienen que considerarse como dos mandamientos separados a pesar de lo que digan los talmudistas y los teólogos católicos romanos y luteranos.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir