La buena conducta une a una familia
A VECES sucede que cuando una persona comienza a cambiar su vida para ponerla en armonía con la voluntad de Dios, esto al principio no impresiona favorablemente a los miembros de la familia. Sin embargo, con el tiempo, llegan a apreciar los cambios provechosos que la persona ha hecho y por lo tanto ellos mismos comienzan a estudiar la Biblia.
Esta fue la experiencia de un hombre en la República de San Marino. Sus malos hábitos hacían imposible una vida de hogar feliz. En vez de pasar el tiempo en casa con su familia, a menudo pasaba las noches en un bar. Perturbado por su modo de vida, él le oró a Dios por ayuda para deshacerse de sus malos hábitos. Más tarde, mientras visitaba a su madre cierto día, se enteró de que ella estaba estudiando la Biblia con los testigos de Jehová. Comenzó a asistir a este estudio, pero esto solo hizo surgir la oposición de la familia. Su esposa no se interesó en lo que él estaba aprendiendo. Ella hasta amenazó con dejarlo y llevarse a los hijos.
Entonces, un día, este hombre entró en una disputa con su suegro acerca de asuntos de familia. Su suegro se enojó tanto que golpeó a su yerno con sus puños. Aunque el yerno sabía que estaba en lo correcto, no se desquitó. Perdonó a su suegro y no le guardó resentimiento. Impresionada por la conducta de su esposo en este asunto, la esposa comenzó a investigar las creencias que su esposo había aceptado. Comenzó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová. Comentando acerca de los acontecimientos posteriores, el esposo dijo: “Empecé a estudiar la Biblia con mis hijos y mi esposa, y es un gozo ver que ella está progresando y que ahora somos una familia unida.”