¿Quisiera usted tener una vida libre de problemas?
¿LE PARECE a veces que casi lo aplastan los problemas de la vida diaria? ¿Quisiera verse libre de estos problemas para realmente disfrutar de la vida?
Imagínese la situación si su vida fuera así: Usted despierta por la mañana sabiendo que todo el día que le espera le será completamente agradable. No tiene problemas por asuntos de dinero, ni impuestos, hipotecas ni alquiler. En vez de eso, usted realmente disfruta de completa seguridad económica.
Y cuando al ir a lavarse va a su espejo, ve que su rostro luce una tez limpia, sin manchas, sin las arrugas de la edad avanzada, sin bultos debajo de los ojos. Su rostro brilla con salud perfecta, y lleva por corona una hermosa mata de pelo.
Imagínese lo que sería también saber que ya no necesitaría ningún seguro de salud, porque jamás volverían a enfermar ni usted ni su familia. Y que no habría más informes noticieros acerca del cáncer, las enfermedades cardiacas, ni ninguna otra enfermedad, porque todas ellas habrían sido vencidas... para siempre. ¡Qué magnífico sería eso!
Además, piense en lo que significaría el que usted pudiera salir por la puerta de su casa y saber que pudiera quitarle la cerradura, porque se hubiera eliminado todo delito o crimen. ¡Sí, saber que en ninguna parte del mundo hubiera cárceles, ni fuerzas policíacas, ni ejércitos, ni armas de destrucción, por no necesitarlos!
Suponga que también pudiera esperar con gusto el día porque estuviera profundamente satisfecho con la clase de trabajo que estuviera haciendo, que de veras le deleitara. Y que disfrutara muchísimo de todos sus vecinos, porque ellos fueran muy agradables y bondadosos, estuvieran dispuestos a ayudar y mostraran estar completamente libres de prejuicio. Y sobre todo, que usted verdaderamente disfrutara de su vida de familia debido a que fuera muy armoniosa, y todos los miembros de la familia se mostraran amor profundo y respeto unos a otros.
¿Le gustaría un día como ése? “Bueno,” quizás diga usted, “¡por supuesto! ¿A quién no le gustaría? Pero todo eso es solo quimeras, un sueño. Nadie podría tener una vida sin dificultades como ésa.”
Pues, entonces, ¿de qué estamos hablando? ¿Hemos descrito alguna clase de vida en el cielo? No, ni estamos refiriéndonos a vida en otro planeta en algún otro lugar del universo. Tampoco estamos efectuando alguna clase de ejercicio mental, soñando despiertos. Estamos hablando del tiempo que viene en el cual cada día de la vida, aquí mismo en la Tierra, será un deleite genuino; en el cual los problemas que causan angustia desaparecerán en vez de privarnos de gozo; en el cual los desafíos que nos presentará la vida serán estimuladores, interesantes, y producirán el profundo contentamiento que acompaña al hacer cosas que verdaderamente merecen el esfuerzo que se requiere.
¿Puede suceder una cosa como ésta? ¡Sí, puede! De hecho, toda persona respetable desea que suceda, porque se nos ha hecho de manera que deseemos esa excelente vida. Pero, ¿sucederá? ¡Sí, sucederá! De seguro se hará realidad esa deleitable condición en la cual se vivirá libre de las cruelmente dolorosas dificultades de hoy. Nada en el cielo ni en la Tierra puede impedirlo.