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  • ¿Se están resolviendo los problemas?

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  • ¿Se están resolviendo los problemas?
  • ¡Despertad! 1977
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¡Despertad! 1977
g77 22/4 págs. 4-6

¿Se están resolviendo los problemas?

¿UNA vida en que estemos libres de todos los cruelmente dolorosos problemas de hoy? ¿Cómo puede ser? Cuando lanzamos la mirada afuera al mundo, vemos que los problemas van aumentando.

Por ejemplo, en casi todo país de la Tierra hay muy graves y persistentes problemas económicos. A millones de personas se les hace difícil hallar trabajo conveniente. Hay más deudas que nunca. Los padres se preocupan en cuanto al sostén de sus familias. Las madres ven un alza continua en los precios y quedan frustradas cuando tratan de pasar con lo que tienen. La mitad de las personas de edad avanzada de muchas naciones supuestamente prósperas viven en pobreza. Aumentan el hambre y el analfabetismo en los países más pobres.

Sin embargo, ni siquiera los más sabios economistas del mundo pueden inventar un sistema económico que asegure prosperidad duradera para todos. Solo pueden tratar de ponerle remiendos por algún tiempo a este sistema tambaleante, pero entonces vuelve a desplomarse.

Desplome de la vida de familia

Además, por todo el mundo la vida de familia va desplomándose, no va mejorando. En país tras país se alcanzan nuevas cifras máximas de divorcios.

En una situación marital que se ha hecho muy común, cierta señora escribió: “Me siento muy desdichada. Mi esposo se agita por lo más insignificante. Tenemos un hijo casado, pero él viene a casa sólo en visitas cortas, y casi no me tolera. Tenemos pocos amigos. Ahora, con el transcurso de los años, me veo cada vez más aislada. Me siento completamente sola en el mundo. ¿Qué puedo hacer para que valga la pena vivir?” Son muchísimas las personas que comparten esos mismos sentimientos.

Los padres hoy tienen preocupaciones adicionales. Sus hijos se enfrentan a problemas que ninguna otra generación de jóvenes ha tenido. Estos jóvenes ven en qué clase de ‘selva’ se ha convertido el mundo, y esto disgusta y asusta a muchos. Como dijo un líder estudiantil en su discurso de graduación: “Hoy al partir de la escuela nos agobia un sentimiento de frustración y desesperación.”

¿Dónde pueden buscar los padres ayuda confiable? Note este artículo de fondo del Times de Nueva York. Dijo: ‘Por un siglo o más los padres han sido bombardeados con consejo acerca de la vida familiar. Médicos, enfermeras, maestros y teólogos han suministrado su consejo, y en las últimas décadas a éstos se han unido psicólogos y psicoanalistas. Pero si recogiéramos todo este buen consejo y lo inspeccionáramos, ¿qué hallaríamos? Me temo que no sería mucho más que una enredada y ruidosa masa de contradicciones. Por eso, ¡pobre padre, o madre! Mientras más concienzuda sea esa persona en buscar consejo, más confusa probablemente quedará.’

Problemas con la ciencia

Hubo un tiempo en que se pensó que la ciencia ayudaría a abrir el camino hacia ese mundo mejor y resolvería muchos de los angustiosos problemas de la humanidad. Pero ahora los científicos mismos confiesan que a menudo la ciencia causa tantos problemas como los que resuelve, si no más.

Podemos notar un ejemplo de desilusión en la ciencia al leer el número de julio de 1899 de Scientific American. Allá en aquel tiempo, esta publicación científica predijo que el automóvil ‘tendría excelente influencia en la vida urbana.’ Habló de ‘vehículos livianos de ruedas de caucho que se moverían con rapidez y sin ruido sobre calles limpias, sin polvo y sin olores, lo que eliminaría mucha de la nerviosidad, distracción y tensión de la vida urbana moderna.’

A la luz de la experiencia real, esa predicción causa risa hoy, ¿verdad? Ha sucedido exactamente lo opuesto. Además, cada año por todo el mundo los automóviles matan a decenas de millares de personas y lesionan a millones.

Hasta los inventores de máquinas han expresado desaliento al ver estrellados sus sueños de un mundo mejor. En 1942, durante la II Guerra Mundial, Orville Wright, quien junto con su hermano Wilbur produjo el aeroplano, escribió esto a Henry Ford, padre, el fomentador del automóvil hecho por fabricación en serie: ‘Wilbur y yo pensábamos que el aeroplano apresuraría la paz mundial. Parece que ha hecho lo contrario. Sospecho que cuando usted introdujo la fabricación en serie —una de las grandes invenciones de los tiempos— poco pensaba en que se utilizaría para construir tanques para la destrucción mundial. Parece que no se puede introducir nada provechoso sin que alguien encuentre un uso depravado para ello.’

Esta misma frustración se está sintiendo en el campo médico. Hubo un tiempo en que había grandes esperanzas de que la medicina moderna venciera las enfermedades y ayudara a dirigir hacia un mundo mejor. Pero las enfermedades no han sido vencidas. De hecho, en algunas de las peores aflicciones, como el cáncer y las enfermedades cardiacas, se ven los mayores aumentos. Hasta algunos de los esfuerzos por efectuar curaciones están resultando en lo contrario. Se dice que cada año en los Estados Unidos unas 30.000 personas mueren como resultado directo de drogas recetadas por sus médicos, y que diez veces esa cantidad sufre de malas reacciones.

No hay paz

¿Qué hay de un mundo de paz total, sin cerraduras, cárceles, fuerzas policíacas, ejércitos ni armas de destrucción? Pues, nunca ha estado el mundo más lejos de eso que ahora. El crimen aumenta vertiginosamente; las naciones ahora gastan unos 300 mil millones de dólares al año en armas; hay una guerra tras otra. Los líderes humanos ciertamente no están trayendo paz mundial permanente.

A fines del siglo pasado y principios de éste, la mayoría de los líderes predecían una magnífica nueva era de paz y prosperidad. Una enciclopedia ofrece este comentario: “Antes de 1914, hasta los teólogos creían, como lo hacía toda persona culta y educada, que el mundo iba encaminado a un porvenir mejor. Para los mejores de la vieja generación, 1914 significó una sacudida de la cual nunca se recobraron.” En 1914 el mundo se envolvió en la más horrible guerra hasta aquel tiempo, contrario a todas las predicciones ‘de color de rosa.’ Y la II Guerra Mundial fue peor todavía, ¡pues, según cálculos, segó 55 millones de vidas!

Además, especialmente en los últimos años, la gente ha visto corrupción tanto en el gobierno como en el comercio. Como resultado de esto, las encuestas muestran que nunca ha habido menos confianza en las instituciones humanas.

Lo que causa frustración es que tantos de estos problemas que afectan a la gente estén fuera de su control. Debido a esto, la inestabilidad emocional aumenta. Sí, tan solo en los Estados Unidos durante 1975 se despacharon aproximadamente 57 millones de recetas —implicando miles de millones de píldoras— de una sola clase de droga... un calmante.

Por eso, después de todo este tiempo, podemos estar seguros de una cosa: por sí mismas, las criaturas humanas nunca podrán producir la clase de vida que de seamos, la clase de vida que describimos al principio. Por lo tanto, no debería extrañarnos el leer esto en la Biblia, en Salmo 146, versículo 3: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.”

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