¿Dan buen resultado los caminos de Dios?
¿REALMENTE dan buenos resultados los caminos de Dios? ¿Pueden suministrarnos soluciones prácticas a los problemas diarios de la actualidad, así como del futuro? Bueno, sometámoslos a prueba para ver. Examinemos algunos aspectos de la vida y veamos si realmente dan buenos resultados donde otros métodos fracasan.
Por ejemplo, tomemos uno de los grandes problemas de la vida, un problema global, y veamos si el camino de Jehová da el mejor resultado. Está anotado en el capítulo 2 de Isaías 2, versículo 4, en palabras proféticas acerca de nuestro tiempo: “Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”
Cumplimiento ahora
¿Está esto en realidad cumpliéndose en este mismo momento? La evidencia muestra que ciertamente está cumpliéndose. No, no entre los miembros de las Naciones Unidas; eso es obvio. Estos han estado guerreando entre sí desde el mismo principio de esa organización.
Esa profecía no se está cumpliendo en las religiones de este mundo tampoco. Ellas también han estado en guerra entre sí, por siglos. En cuanto a esto, note lo que dijo un escritor de artículos de fondo del Times de Nueva York el año pasado en un artículo que intituló “Muerte en el nombre de Dios.” Declaró lo siguiente: ‘Es una triste verdad que probablemente la mitad o más de las guerras que ahora se están peleando por todo el mundo o son conflictos francamente religiosos o tienen que ver con disputas religiosas. Y, puesto que casi todas las religiones creen en un solo Dios, esto significa que en este mismo instante los hombres se están matando unos a otros en el nombre de Dios.’
Entonces, ¿en quiénes se está cumpliendo la profecía de Isaías? En los siervos de Dios... sus Testigos. El propósito de Dios de unir a la gente en una sociedad humana pacífica y amorosa por todo el mundo sigue adelante irresistiblemente en este mismo momento. Él ya está recogiendo a personas sinceras de toda nación, juntándolas en una sola familia global, enseñándoles los caminos de la paz total y permanente.
Sí, ahora mismo, en medio de una era que ha sido violentamente rasgada por las más horribles guerras de la historia, los siervos de Jehová en más de 200 países son prueba viva de que puede haber —y hay ahora— una sociedad de personas caracterizada por la paz. A este respecto, los siervos de Jehová están logrando lo que los más poderosos políticos, las más fuertes naciones y ligas de naciones, y las religiones mundanas, nunca han logrado: y eso es acabar con la guerra permanentemente entre personas de toda raza y nacionalidad. Como resultado de esto, estos siervos de Jehová no participan en ninguna de las guerras de las naciones.
¿Cómo es posible?
¿Cómo les ha sido posible este proceder a los siervos de Dios? ¿Es porque sean tan inteligentes?
No, ellos solo son personas corrientes, imperfectas, limitadas, como cualquier otra. Pero les ha sido posible porque los testigos de Jehová han concordado en servir a Dios, hacer lo que él dice. Por eso, cuando Dios dice, en Hechos 17:26, que todos los hombres son hermanos, ellos lo creen. Cuando dice en Hechos 10:34 que él no es parcial, entonces tampoco pueden serlo ellos.
Además, cuando les dice por medio de su Hijo, en Juan 13:35, que “en esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos,” entonces ellos se esfuerzan por cultivar ese amor. Cuando les dice que abandonen sus armas de guerra, hacen eso también.
Cuando los siervos de Dios hacen las cosas según él indica, él los favorece con éxito en sus esfuerzos por estar en paz unos con otros, como lo dice Salmo 29:11: “Jehová mismo bendecirá a su pueblo con paz.” Y, como predijo Isaías 2:4: “Ni aprenderán más la guerra.” Por eso los siervos de Dios hoy no guerrean entre sí, ni con otras personas. ¡Nunca han hecho eso, y nunca lo harán! Así, ya han sido preparados por Dios para entrar en Su nuevo orden y comenzar aquella nueva sociedad humana con un orden de cosas totalmente pacífico... ¡desde el mismo primer día!
Otras personas notan esta paz, armonía y amor. Un observador que asistió a una asamblea de testigos de Jehová por primera vez el verano de 1975 declaró: “Nunca antes en mi vida he visto nada como esto. Jamás he visto tanto amor entre personas de todas las naciones y razas que estuvieran en un mismo lugar a la misma vez.”
Sin embargo, es verdad que todavía hay horribles guerras entre los que no son siervos verdaderos de Dios. Y esto ciertamente sí afecta nuestra felicidad. Pero Dios mismo resolverá esa parte del problema por medio de aplastar a las naciones guerreantes pronto y aniquilarlas junto con sus diabólicas armas de destrucción. El Salmo 46, versículos 8 y 9, dice: “Vengan, contemplen las actividades de Jehová, cómo ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes [de guerra] en el fuego.”
Poniendo fin a los crímenes
Otra evidencia de que el servir a Dios puede resolver grandes problemas está relacionada con el aturdidor aumento de los crímenes en casi todo lugar. Este es un problema que las autoridades no pueden resolver.
Pero Dios puede. ¡Y lo está haciendo! ¿Dónde? De nuevo, entre los que le sirven y aprenden sus caminos. Se ha observado que entre los testigos de Jehová casi no existe el delito. ¿Por qué? Porque el servir a Dios significa obedecer Sus leyes y principios. Estas leyes prohíben cosas como el robar, la falta de honradez, el asesinato y la violencia, los crímenes sexuales y otros.
En las raras ocasiones en que un siervo de Dios sí comete una ofensa grave, el arreglo judicial que existe entre las 40.000 congregaciones que hay por todo el mundo se encarga del asunto por medio de aplicar las apropiadas sanciones bíblicas. Por eso, con verdad se ha dicho que en todo lugar por todo el mundo los testigos de Jehová disfrutan de la sociedad de personas más libre de delito. Y de nuevo, ellos no aceptan crédito por esto, porque viene de hacer las cosas a la manera de Jehová.
En una asamblea que los testigos de Jehová celebraron recientemente en Montana, EE. UU., el administrador de un lugar de hospedaje dijo: “¡Si toda la gente fuese como los testigos de Jehová, no necesitaríamos policías!” Un agente de la policía que estaba en el estadio Municipal de Cleveland declaró: “Quisiéramos que todas las asambleas que se celebran en este lugar fuesen como la de ustedes. No hemos tenido ningún problema por conducta desordenada.”
Aun así, el rápido aumento en el crimen en otras partes sí afecta hasta a los que sirven a Dios. Pero con relación a esto, también, tal como sucede con relación a la guerra, solo Dios mismo puede resolver y resolverá este problema completamente. Esto lo hará cuando ponga fin al inicuo sistema de cosas actual. Proverbios, capítulo 2, versículos 21 y 22, dice: “Porque los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”
Al mismo tiempo, sin embargo, los principios bíblicos ayudan a darnos mejor protección del crimen, aun ahora. Por ejemplo, la evidencia revela que la mayoría de los asesinatos se cometen entre personas que se conocen... miembros de la misma familia, amigos, vecinos. Con frecuencia es la falta de dominio de sí mismo por parte de la víctima lo que resulta en provocar al que mata. Pero los cristianos entrenados en armonía con los principios bíblicos saben que no deben devolver mal por mal; saben que una respuesta apacible con frecuencia aleja la cólera de la otra persona; y saben que para ser siervos de Dios tienen que esforzarse por desarrollar un genio apacible. Por eso la persona que vive en armonía con esos principios bíblicos tiene mucha menos probabilidad de provocar a alguien a causarle daño corporal.
Extirpando las enfermedades venéreas
Otro problema, uno grande, que el servir a Dios ayuda a su pueblo a evitar tiene que ver con la epidemia de enfermedades venéreas que se esparce muy rápidamente en casi todo país de la Tierra. Las autoridades médicas confiesan que no pueden detenerla.
¿Por qué? Porque el mundo pasa por alto las leyes de Dios que prohíben el adulterio, la fornicación y la homosexualidad; y así es cómo se esparcen las enfermedades venéreas. Pero estas leyes se hacen cumplir entre los siervos de Dios, y de este modo se mantiene limpio a su pueblo. Ellos aprenden a limitar sus relaciones sexuales a donde pertenecen, y Dios nos dice que esto es solamente en el arreglo del matrimonio.
¡Piense en los problemas —las horribles enfermedades, preñeces no deseadas, las riñas, los hogares desbaratados, los dolores de corazón— que los siervos de Dios evitan por completo al hacer las cosas a la manera de Dios en este asunto!
Otra enorme esfera de problemas se relaciona con la vida familiar. ¿Puede el servir a Dios realmente ayudar en esta esfera?