¿Está usted demasiado ocupado?
“SENCILLAMENTE no hay suficiente tiempo para hacerlo todo.” Apenas pasa un día sin que se oiga a alguien expresarse de esa manera. Pero, ¿significa esto necesariamente que el individuo de veras está ocupado?
A menudo el problema no es tanto asunto de no tener tiempo como de no usar bien el tiempo disponible. Puede que se pasen muchas horas en conversaciones triviales, viendo televisión, leyendo algún material ligero o participando en los deportes, ya sea activamente o como espectador. Debido a las muchas distracciones de esta clase, es posible que a una mujer le sea difícil efectuar sus quehaceres domésticos, y un hombre quizás descuide el hacer reparaciones necesarias en la casa u otras cosas esenciales.
Aunque parezca extraño, una persona pudiera considerar que está muy ocupada cuando, en realidad, no tiene suficiente que hacer. El orador inglés Philip Chesterfield atinadamente dijo: “Es una verdad indudable, que mientras menos tiene uno que hacer menos tiempo halla para hacerlo. Uno bosteza, aplaza las cosas, uno puede hacerlo cuando desee, y, por lo tanto, rara vez lo hace todo.” Pero las personas que verdaderamente están ocupadas haciendo cosas esenciales no pueden aplazar el atenderlas. Como declaró Chesterfield: “Siempre hallan suficiente tiempo.”
Aunque no queremos estar tan conscientes del tiempo que nos hagamos la vida desagradable a nosotros mismos y a otros, deberíamos meditar seriamente en el modo en que usamos el tiempo. Es bueno considerar el tiempo como una propiedad valiosa, algo que no debe despilfarrarse. Nunca deberíamos estar tan ocupadas con las preocupaciones diarias de la vida y en nuestros propios intereses personales que no nos quede tiempo para servir a Dios y ayudar al prójimo. Más bien, deberíamos querer sentirnos como Moisés, quien dijo en oración: “Muéstranos precisamente cómo contar nuestros días de tal manera que hagamos entrar un corazón de sabiduría.”—Sal. 90:12.
¿Qué significaría para nosotros la respuesta a esta petición? Puesto que nuestra vida tiene una duración incierta, recibiríamos guía que nos ayudara a usar prudentemente los días de nuestra vida. Aprenderíamos a contar o a evaluarlos apropiadamente a fin de traer honra a nuestro Hacedor y beneficiar a nuestro prójimo.
A fin de recibir la respuesta a nuestra solicitud de guía, tenemos que obrar en armonía con nuestra oración. El Dios Todopoderoso ha suministrado su Palabra, la Biblia, y también los medios para poderla entender... su espíritu santo y sus siervos devotos en quienes ese espíritu está obrando. (Compare con Hechos 8:26-35; 1 Corintios 2:10, 11.) De la Biblia podemos aprender lo que es de mayor importancia en la vida y qué evitar a fin de gozar de una vida llena de propósito ahora. Por lo tanto, si de veras queremos usar nuestro tiempo de la mejor manera y con la mayor prudencia, tenemos que apartar tiempo para un estudio de la Biblia.
Lo que hace que este asunto sea muy serio es el hecho de que Dios ha fijado un día para juzgar a la humanidad por medio de su Hijo, Jesucristo. Por medio de su Palabra y de los proclamadores de su Palabra, él ha dado a conocer la importancia de comenzar a servirlo sin demora. Hace más de 1900 años se inició una obra docente que hizo manifiesto lo que Jehová Dios espera de la humanidad. Por ejemplo, el apóstol cristiano Pablo le dijo a los habitantes adoradores de ídolos de Atenas: “No debemos imaginarnos que el Ser Divino sea semejante a oro, o plata, o piedra, semejante a algo esculpido por el arte e ingenio del hombre. Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, sin embargo ahora le está diciendo a la humanidad que todos en todas partes se arrepientan. Porque ha fijado un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón [Jesucristo] a quien él ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres la garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.”—Hech. 17:29-31.
Puesto que Jehová Dios bondadosamente ha notificado a la humanidad en cuanto a este juicio, es urgente que la gente en todas partes se esfuercen por tener un registro excelente con él antes de que sea demasiado tarde. El dejar deliberadamente de usar el tiempo prudentemente ahora puede resultar en un juicio condenatorio. La seriedad de la situación se ilustra bien por lo que sucedió en el tiempo de Noé. La gente estaba totalmente absorta en la rutina diaria de la vida y no prestó atención alguna a la advertencia que Noé proclamó. Entonces, de súbito, “vino el diluvio y los barrió a todos.” (Mat. 24:37-39) Así de rápido, así de inesperado, un individuo pudiera ser sorprendido como alguien desaprobado ante Dios cuando Cristo Jesús venga a ejecutar juicio en contra de la humanidad impía. (2 Tes. 1:6-9) O, una persona pudiera morir súbitamente sin haber hecho un registro de obras excelentes con Jehová Dios.—Luc. 12:20, 21.
Por lo tanto, si usted reconoce que ha descuidado los asuntos espirituales, no dilate en dejar que los testigos de Jehová le ayuden a examinar la Biblia. Entonces, use el tiempo prudentemente para edificar un registro de obras excelentes con su Creador. Nunca lo lamentará, pues la Biblia da esta seguridad: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre.”—Heb. 6:10.