Unidad internacional mediante la fe... Montreal 1978
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Canadá
CORRÍA el año de 1960. ¿Y la fecha? El 1 de septiembre. Estaba por acontecer un suceso que haría época en Montreal, Canadá. En su suburbio de Verdun estaba a punto de comenzar una asamblea de distrito de los testigos de Jehová completa en francés, la primera para la provincia de Quebec.
¿Qué había de extraordinario acerca de que los Testigos tuvieran una asamblea de distrito completa en francés en Quebec? Bueno, durante los años que precedieron a 1960 —especialmente desde 1945 hasta los años cincuenta— hubo mucha oposición oficial a sus actividades cristianas. El primer ministro Maurice Duplessis, un opositor manifiesto había declarado “guerra sin misericordia en contra de los testigos de Jehová.” ¡Y ciertamente fue una guerra! Las batallas se lucharon principalmente en las cortes del país.
Una mirada a la historia
Por más de 30 años, los testigos de Jehová de Quebec habían luchado por tener la libertad para predicar las buenas nuevas del reino de Dios. Al principio, eran pocos. Por ejemplo, en 1945, cuando la persecución estaba a su punto máximo, solo había unos 300 Testigos en toda la provincia de Quebec. La mayoría de ellos estaban concentrados en Montreal que en ese entonces era la ciudad más grande del Canadá. Estos Testigos solo constituían el cuatro por ciento de los testigos de Jehová que había en todo el Canadá, y la mayoría era de habla inglesa, aunque en Quebec predomina la gente de habla francesa. La oposición era tremenda para solo 300 personas. A muchos de estos Testigos los arrestaron más de una vez acusándolos falsamente de difamación sediciosa y de vender sin licencia. Los acosaron y molestaron de muchas maneras. La violencia de las chusmas, a menudo inspirada por el clero, era común. Ascendieron a miles los casos pendientes ante los tribunales.
Sin embargo, para 1960 se habían conseguido cinco decisiones de importancia en la Corte Suprema del Canadá a favor de los Testigos, las cuales probaron infundados los cargos que se habían hecho contra ellos. Este viraje en los acontecimientos virtualmente eliminó de los tribunales los casos pendientes. Al tener presentes estos antecedentes legales, se puede ver cómo fue posible celebrar la primera asamblea de distrito completa en francés en Quebec durante 1960. Aunque era obvio que había algún prejuicio —las cinco decisiones de la Corte Suprema no podían borrar eso— el celo y determinación de los Testigos les trajo la bendición del espíritu de Dios, y pudieron celebrar la asamblea. Hubo 3.219 personas presentes para el discurso público... un tremendo estímulo para los cristianos de allí porque de esa cantidad 1.000 no eran Testigos. A pesar de ser pequeña esa asamblea, hizo época.
De oposición a cooperación
Pero eso fue en 1960 y ya hemos entrado en 1979. ¿Qué se puede decir acerca de la situación en días más recientes? Se nota un cambio señalado desde varios aspectos. Como ejemplo sobresaliente, considere la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” de los testigos de Jehová que se celebró en Montreal del 5 al 9 de julio de 1978 a la cual hubo una concurrencia de 80.000. Para una multitud de ese tamaño fue necesario usar todas las instalaciones del Parque Olímpico, incluso el inmenso Estadio Olímpico. Por supuesto, no todos los delegados a la asamblea vinieron de Quebec, puesto que ésta era una asamblea internacional. Pero, ¡qué contraste presentó esta asamblea con la reunión de 1960! Esta vez 10.000 voluntarios trabajaron con estropajos y cubos para asegurar la limpieza de las instalaciones.
Cuando se anunció que iba a celebrarse esta asamblea, ¿cómo recibieron las noticias los residentes de Quebec? ¿Se manifestó algún prejuicio de parte del público o de los funcionarios, o surgieron problemas en cuanto a la cooperación? El administrador de la asamblea reflejó los sentimientos de todo su personal cuando dijo poco antes de la asamblea: “En todas las asambleas en las que he servido de administrador, nunca antes he experimentado cooperación tan excelente de parte de los funcionarios cívicos, desde el alcalde hasta el último subordinado.”
A un Testigo, que había asistido a la asamblea de distrito en 1960, le asombró la cortesía, la cooperación y el interés que demostraron los oficiales de la ciudad y del Parque Olímpico. “¡Qué diferente,” dijo él, “es esto de los días en que Duplessis y la Iglesia tenían el mando!”
El administrador de la asamblea dijo en resumen: “Con cada día que pasaba en la preparación de la asamblea, se me comunicaba el sentimiento de que la ciudad realmente quería que estuviéramos aquí.” No había duda de que cada una de las 110 congregaciones de Testigos de habla francesa y las 32 de habla inglesa de Quebec querían que la asamblea se celebrara allí. Lo mismo pudo decirse de las seis congregaciones de habla italiana y también de las congregaciones de habla griega, española y portuguesa que funcionan en Montreal.
Los testigos de Jehová de Quebec ciertamente han aumentado en el transcurso de los años. En vez de tener solo el 4 por ciento del número total de Testigos del Canadá, Quebec ahora tiene el 15 por ciento. Allí el aumento de Testigos ha sido 200 por ciento más rápido que en el resto del país. Los Testigos de esta provincia son un grupo dedicado e industrioso. Refleja esto el hecho de que en Quebec uno de cada 11 Testigos es un precursor de tiempo cabal en la obra de evangelizar.
Parque Olímpico y contienda por la fe
Sin duda las excelentes instalaciones del Parque Olímpico contribuyeron al éxito de la asamblea. El estadio mismo tiene asientos para 70.000 personas y allí se verificaron las sesiones de habla inglesa. Se invitó a todos los Testigos del este del Canadá y de porciones del noreste de los Estados Unidos. Las solicitudes de alojamiento que se recibieron en la central de la asamblea revelaron que centenares de delegados vinieron de otras partes del mundo. Sin embargo, la concurrencia de habla francesa vino principalmente de Quebec misma. No obstante, se sabe que delegados de habla francesa también vinieron de otros países, como de Francia, Guadalupe y Martinica. Las sesiones francesas se celebraron en el Velódromo, otra de las principales instalaciones del Parque Olímpico. Unos 9.000 Testigos asistieron a las sesiones de habla francesa. Ciertamente eso hubiera animado el corazón de los pocos Testigos que había en Quebec allá en 1945, si pudiesen haber visto lo que resultaría en el futuro.
El Parque Olímpico fue construido especialmente para alojar los Juegos Olímpicos de 1976 que se celebraron en Montreal. En esa ocasión la llama olímpica ardía allí para significar que los juegos estaban en sesión. Los atletas contendieron por el honor de su deporte y con la esperanza de fomentar la unidad y entendimiento entre las naciones, uno de los objetivos de los juegos. Hasta cierto grado, ha habido un resultado beneficioso. Pero es obvio que todavía hay mucho que se desea en cuanto a la unidad. Se oyó a una persona comentar: “Esto de que algunas naciones rehúsen enviar a sus atletas porque alguna otra nación tiene a los suyos allá... me hace pensar en algunos de los niños que juegan en el parque próximo a mi casa. Oí a uno de ellos decir acerca de otro: ‘Si él va a jugar, entonces yo me voy a casa.’” Sí, en lo que tiene que ver con los Juegos Olímpicos se nota que se disputa de la misma manera entre las naciones. Aunque no sería justo dudar de la sinceridad e integridad de todos los atletas participantes, se puede concluir que los juegos no hacen mucho para adelantar la unidad internacional cuando se compara lo logrado con las grandes necesidades que todavía existen.
En contraste, en julio de 1978 el Parque Olímpico estuvo libre de toda clase de disputa entre grupos nacionales. Los delegados a la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” también tienen una llama, un fuego, pero de una clase diferente. Es un fuego parecido al que ardía en los huesos de Jeremías, el profeta de Jehová, que no pudo contenerse de declarar el mensaje que había recibido de Dios. (Jer. 20:9) Un celo parecido había mantenido activos a los Testigos de Quebec durante los anteriores tiempos de prueba. Y este mismo celo y devoción hizo que miles vinieran a reunirse en Montreal. Ellos también están compitiendo. (2 Tim. 2:5) Están en la contienda por la fe. El apóstol Pablo comparó su actividad a correr en una carrera por el premio de la vida eterna. (1 Cor. 9:24-26) Una asamblea como ésta provee el entrenamiento, estímulo y motivación que atizan los fuegos de la fe. Suministra la instrucción espiritual que verdaderamente une a los grupos nacionales.—1 Cor. 1:10.
Unidad mediante la fe
Hoy en Quebec se destaca una cuestión que tiene que ver con la unidad nacional. Se debate acaloradamente. Pero en el transcurso de los años, los testigos de Jehová, de habla francesa e inglesa, han permanecido unidos, lado a lado. Han resistido los injustificados ataques y han continuado amando a su prójimo y hasta a sus enemigos. Han demostrado que la fe puede salvar las barreras erigidas por el hombre a la unidad. La unidad de los Testigos se hizo patente en la asamblea internacional en la cual se celebraron sesiones en francés, inglés, italiano, griego, español, portugués, coreano, ucranio y árabe.
Montreal es una ciudad grande con aproximadamente 3.000.000 de habitantes. La gente es amigable y se interesa en que los visitantes se sientan cómodos. Especialmente las 55 congregaciones de los testigos de Jehová en la zona de Montreal se sintieron felices ante la perspectiva de que vinieran tantos delegados. Dedicaron muchas horas a la tarea de conseguir habitaciones en hoteles, moteles y casas particulares para que los delegados a la asamblea tuvieran alojamiento cómodo. Por estar el Parque Olímpico directamente en Montreal se les hizo fácil a los delegados llegar a él por metro.
Los que asistieron a la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” en Montreal ciertamente se regocijaron de haberlo hecho. Pues, no solo presenciaron este ejemplo de unidad internacional mediante la fe, sino que participaron en él.