¿Están ganando la lucha contra el cáncer de los pechos?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Brasil
QUIZÁS usted sea una de las muchas mujeres por todo el mundo que hacen esta penosa pregunta. ¿Habrá una respuesta positiva dentro de poco? ¿A qué conclusiones se llegó en el Cuarto Congreso de Mastología que se celebró en Campinas, Brasil?
En febrero de 1977 unos 500 especialistas internacionales se reunieron para compartir sus hallazgos en el campo de la mastología, la ciencia médica que trata del pecho o la mama y sus enfermedades. El programa se enfocó en el cáncer de los pechos, o sea, de la mama, su diagnóstico, prevención y tratamiento. Le invitamos a considerar algunos de los puntos principales.
Frecuencia y causa
El cáncer mamario se ha convertido en un azote de nuestro tiempo. Tan solo en los Estados Unidos, ha alcanzado proporciones epidémicas, con 90.000 casos al año. Desdichadamente, la enfermedad llega a afligir a una de cada 13 norteamericanas. Aunque existe la posibilidad de sanar del cáncer mamario si se descubre a tiempo, hoy esta forma de cáncer es la principal causa de muerte en los Estados Unidos entre las que padecen el cáncer, pues mata a 26 de cada 100.000 mujeres. La situación en otros países, como Inglaterra y Francia, no está mucho mejor. De hecho, aproximadamente el 4 por ciento de todas las adultas del mundo occidental se ven afectadas. Solo en la América Latina sufren más las mujeres del cáncer del útero y de la piel, mientras que el cáncer de los pechos ocupa el tercer lugar, con una mortalidad de 10 por 100.000. Por razones todavía desconocidas, las orientales son menos susceptibles al cáncer de los pechos.
A pesar de no tener información internacional completa, se observó en el Congreso que la mortalidad debido al cáncer mamario ha continuado estable por 40 años. Las mujeres de edad madura sucumben con más frecuencia, y las que tienen entre 40 y 65 años de edad forman un grupo muy arriesgado, y el riesgo aumenta a la par con la edad. Además, las mujeres en los llamados países desarrollados tienen mayor propensión al cáncer de los pechos que las que viven en los países menos desarrollados. Por eso, algunos médicos se inclinan a creer que el cáncer de los pechos está relacionado con el grado de desarrollo de la comunidad. Otros consideran como posibles causas la menor cantidad de hijos, la lactancia artificial, la mayor ingestión de alimentos grasos... todo lo cual es característico de la vida en los países desarrollados.
Prescindiendo de cuáles sean las verdaderas causas, el cáncer mamario empieza como un nudo pequeño que no causa dolor. Crece de tamaño y puede extenderse a los ganglios linfáticos del sobaco y a veces a los ganglios linfáticos situados donde las costillas se articulan al esternón. Con tal que se le detenga cuando llega a estos ganglios, es operable y curable.
Detección temprana... manera más segura de combatirlo
Los médicos en el Congreso a una enfatizaron el hecho de que la clave para curar el cáncer mamario estriba en descubrirlo temprano. Después de una biopsia preliminar, la extirpación quirúrgica es posible. Mientras más pequeño sea el nudo al tiempo de detectarlo, mayor la probabilidad de sanar, que puede suceder en hasta el 95 por ciento de los casos. A esto se debe que en los países donde el cáncer mamario es el asesino número uno se están haciendo esfuerzos concentrados por ayudar a las mujeres a detectar el cáncer cuando éste todavía es pequeño. Las campañas de publicidad ponen a las mujeres sobre aviso, les enseñan a hacer un autoexamen y recomiendan reconocimientos médicos periódicos.
En los Estados Unidos, las mujeres mismas descubren el 90 por ciento de los nudos por medio de palpar los pechos. Pero además de este método sencillo, hay métodos científicos modernos de hacer el diagnóstico. ¿Qué, pues, debe hacer uno si descubre un nudo?
Primero, un sentido falso de vergüenza o temor pudiera perjudicar su vida. Recuerde que aunque es posible que un tumor sea maligno también es posible que no lo sea. De hecho, se dice que la mayoría de los nudos son innocuos. No obstante, consulte a un médico inmediatamente. Jamás olvide que si es cáncer, hay más esperanza de que el tratamiento dé buenos resultados si se hace el diagnóstico de la enfermedad en una etapa temprana y se realiza la extirpación quirúrgica del nudo. Se dice que, en la mayoría de los casos, la extirpación de los nudos cancerosos prolonga la vida de uno. Si después de varios años no hay cáncer nuevo, puede que se haya alcanzado la etapa de “no retorno.” Por otra parte, el tamaño de un tumor maligno puede aumentar al doble durante cada período de 55 a 110 días, y hasta en tan solo 22 días. Por lo tanto, ¿de qué métodos de detección temprana puede uno valerse? Se consideraron los siguientes en el Congreso de Mastología.
Métodos de diagnóstico temprano
El tejido epitelial del pecho pasa por varias etapas antes de desarrollarse en cáncer subclínico, es decir, de la clase que no se detecta por las pruebas clínicas usuales, y luego en el cáncer que puede detectarse clínicamente. Por lo tanto, el descubrirlo antes que llegue a la etapa palpable sería mucho más deseable. El equipo moderno permite hacer eso.
Mamografía. Para ésta se usan los acostumbrados rayos X con una película especial y un aparato adaptado al pecho. Pero ¿qué se puede decir acerca de los recientes informes periodísticos de que la radiación misma de la mamografía puede inducir el cáncer?
El Dr. Philip Strax de los Estados Unidos explicó al Congreso que la mayoría de esos hallazgos estaban basados en mujeres que se habían sometido a algún tratamiento radiológico anterior para otras enfermedades. Al mismo tiempo, enfatizó la eficacia del nuevo equipo para la mamografía, el cual emplea una dosis reducida, pues transmite menos de un rad por mamograma medio. El Dr. Benjamin F. Byrd, Jr., anterior presidente de la Sociedad Americana del Cáncer, corrobora esta opinión, diciendo: “No hay información conclusiva sobre los efectos de dosis tan bajas de radiación. . . . Yendo más directamente al grano: hay que colocar el riesgo al lado del beneficio. Los resultados de la mamografía en cuanto a descubrir los tumores del pecho temprano, mientras son curables, son indisputables.”
Por lo tanto, se sostiene que en el caso de las mujeres que pertenecen al grupo de alto riesgo, o que tienen síntomas de cáncer, o que tienen una historia de cáncer en su familia, un examen anual mediante la mamografía de dosis reducida no induciría un cáncer que no existe. Más bien, la Sociedad Americana del Cáncer teme que algunas mujeres perjudiquen su vida aplazando un mamograma hasta que se pierden las ventajas de la detección temprana.
La termografía, o exploración por calor, busca tumores por medio de la radiación infrarroja. Este método se basa en el principio de que los carcinomas emiten una temperatura más alta que el tejido del pecho normal o que los tumores benignos. Se ha perfeccionado este método de modo que produce un mapa fotográfico de la temperatura del pecho en tan solo dos minutos. Parece que la mayor desventaja es el costo elevado.
En la termografía por placas se coloca sobre el pecho una placa que contiene cristales líquidos. El cirujano hace su diagnóstico según la coloración de los cristales. Sin embargo, algunos médicos afirman que es más exacto el método más viejo de termografía en la cámara.
La xerorradiografía ya se ha empleado por unos 25 años. Es una radiografía sencilla pero se emplea una placa de aluminio con una finísima capa de selenio. Se hacen visibles los detalles del tejido y pueden examinarse en una sola exposición.
Tratamiento más compasión
Se está experimentando con la implantación de isótopos, y algunas mujeres prefieren los tratamientos de radiación a la mastectomía. Sin embargo, por ahora, esos medios son inferiores a la cirugía como curación del cáncer mamario. En vista de los aspectos sicosociales de este cáncer, los cirujanos actualmente tienden a ser más compasivos al abordar sus pacientes. No solo está envuelto en la situación el espectro del cáncer mismo, sino el temor de perder la atracción femenina. Esto hasta puede ser una razón por la cual las mujeres esperan —a menudo demasiado— más bien que someterse a exámenes.
Algunos médicos abogan por una mejor relación entre cirujano y paciente y una consideración franca de la selección de tratamientos. En una entrevista privada que se celebró durante el Congreso, un reportero del Brazil Herald oyó expresada la creencia del Dr. Henry Jenny de que en el caso de la mayoría de los tumores es posible efectuar las biopsias empleando solo anestésico local y que se pueden realizar pruebas más definitivas dentro de 48 horas. El periódico dice: “Además de eliminar el temor de someterse al anestésico general sin saber el resultado, las pruebas más definitivas le dan a la mujer tiempo de considerar con su médico la selección de tratamientos, o de conseguir las opiniones de otros especialistas. Si se desea la reconstrucción del pecho, se puede planear la cirugía con la ayuda de un especialista en cirugía plástica para acrecentar al máximo la posibilidad del tratamiento cosmético posterior.”
Dos médicos británicos también presentaron a los especialistas reunidos informes sobre sus propios modos compasivos de abordar esta situación. El Dr. Peter Maguire ha obtenido excelentes resultados de un programa en que emplea enfermeras-consejeras para tres etapas de tratamiento, el preoperatorio, la hospitalización y el restablecimiento en casa. Esto ha reducido mucho las reacciones de ansiedad. Se aclamó al otro cirujano, el Dr. Richard Handley, por el uso de la mastectomía radical conservadora. En vez de remover el tejido muscular a grado extenso, como se hace en la mastectomía radical normal, solo elimina el tejido de los pechos y los nudos linfáticos de la axila, pero deja el músculo pectoral entre el brazo y el hombro, y así asegura el mayor recobro posible de la función muscular. El cirujano brasileño Dr. Fernando Gentil de São Paulo ha perfeccionado una técnica parecida.
Aunque el modo compasivo de abordar este asunto es muy loable, una autoridad declara que “según el conocimiento que tenemos hasta ahora, en el cáncer mamario una operación temprana y completa ocupa con mucho el primer lugar para éxito.” No obstante, tomando en cuenta el progreso de la enfermedad, es posible recibir tratamiento paliativo con métodos de radiación cuyo propósito es destruir las células cancerosas. También hay la hormonoterapia y la quimioterapia. Esta última se vale de radicales tóxicos junto con sustancias químicas. Las células cancerosas absorben estas sustancias y pueden ser destruidas. Se dice que un desarrollo más reciente, la poliquimioterapia, ofrece otra posible arma en la difícil lucha contra el cáncer de los pechos.
El valor del amamantamiento
Todavía no se puede decir categóricamente que la lactancia natural de los infantes provoca o previene el cáncer mamario, pero la evidencia sí muestra que hay menos casos de cáncer entre las mujeres que amamantan a sus bebés. Además, la lactancia tiene un efecto directo en el crecimiento, desarrollo y salud física, y tal vez aun mental, de los recién nacidos. Quizás también afecte la salud de la madre.
Un estudio hecho recientemente en el Brasil reveló que el 50 por ciento de los recién nacidos son destetados después de dos meses y medio, y el 20 por ciento ya está acostumbrado a la lactancia artificial al tiempo que sale del hospital. Las enfermedades pueriles ocurrieron con 10 veces más frecuencia entre el grupo que no se alimentó con el pecho. Es cierto que algunas madres sienten dolores en los pechos después de dar lactancia, o a veces se les rajan los pezones. Pero esto no debe ser motivo para dejar de lactar al bebé sin primero consultar al médico. Según el Dr. José Aristodemo Pinotti, presidente del Congreso de Mastología y director de la facultad médica de la Universidad Campinas, hay que reemplazar la lactancia artificial como símbolo moderno del nivel social con la lactancia natural como símbolo del nivel social. La frase: “Mi leche es débil” carece de comprobación médica. Tampoco hay evidencia de que el amamantamiento altere la apariencia de los pechos.
Esperanza de una curación permanente
Prescindiendo de lo loable que sean los esfuerzos humanos, el Congreso y nuestro breve repaso revelan cuán lentos son. Pero hay una esperanza segura de curación permanente de todas las enfermedades, en el futuro cercano. Está predicha en la Biblia.
Bajo el próximo régimen milenial de Cristo Jesús, se realizará esta promesa de curación divina: “Y él [Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.” (Rev. 21:4) Entonces, por fin, se habrá ganado la lucha contra el cáncer.