Un médico calcula los riesgos de la transfusión
BAJO el encabezamiento “Los peligros de la transfusión,” el Dr. Salomão A. Chaib escribió en el periódico Shopping News de São Paulo, Brasil:
“No cabe duda de que, en ciertos casos, se utiliza la sangre de manera exagerada y abusiva. Tal vez si se ejerciera mayor cuidado para evitar la pérdida de sangre, disminuiría la cantidad de transfusiones.
“ . . . Sin disputa, la transfusión es un importante factor de seguridad y frecuentemente es el único medio de salvar la vida en tiempo de peligro. No obstante, presenta ciertos riesgos, como sucede con todo transplante; una transfusión no es nada más que un transplante. Puede resultar en la transmisión de muchas enfermedades, como la sífilis, la malaria, la hepatitis, la enfermedad de Chagas, los virus; la sangre puede haberse contaminado al ser extraída y puede contener bacterias y provocar infección y sepsis [envenenamiento de la sangre].
“ . . . La sangre que se ha almacenado va perdiendo las plaquetas, de modo que en el caso de la persona que la recibe se hace difícil la coagulación. Si se suministra en grandes cantidades, el resultado será que el paciente sangre más durante la operación y después. Se forma un círculo vicioso: cuanta más sangre recibe el paciente, tanta más sangre pierde. . . .
“Se debe estar alerta al hecho de que personas que han recibido muchas transfusiones desarrollan anticuerpos que combaten la sangre ajena y por lo tanto tales personas no deberían donar ni recibir sangre, a no ser que esto se haga con mucha cautela y bajo observación, a fin de que se pueda notar cualquier reacción. . . .
“Pero el peor accidente es el de la transfusión de sangre incompatible. Esto resulta inmediatamente en choque, falta de aire, una temperatura alta y temblor. Se destruyen los glóbulos rojos de la sangre, hay sangre en la orina del paciente, los riñones sufren daño, y puede ocurrir la uremia [enfermedad causada por el funcionamiento defectuoso de los riñones.] Es difícil observar estas reacciones en el paciente que está bajo anestesia, pues ésta las hace indistinguibles; el cirujano que está alerta notará que los tejidos que se han cortado empiezan a sangrar profusamente de modo que todo se mancha y se empapa de sangre, lo cual puede ser la señal de alarma. Felizmente, si se trata esta condición a tiempo, el cuerpo casi siempre se restablece, con tal que los riñones no hayan sufrido demasiado daño.
“En los Estados Unidos, con toda exactitud técnica, se llevan a cabo unos 8 millones de transfusiones de sangre cada año, de las cuales un promedio de 160.000 producen reacciones adversas. En este país [Brasil], el porcentaje, sin lugar a dudas, tiene que ser más alto.”